martes, marzo 27, 2007

Nº:63 - Cambio mediático contra el cambio climático

Cambio mediático contra el cambio climático
Manoel Santos

He ahí que asistimos a un cínico juego mediático, muy sensacionalista pero nada responsable –limitarse a informar sin exigir soluciones no es más que sensacionalismo–, con eso del cambio climático. Especialmente desde que los gobiernos mataclimas del norte planetario comienzan a ver el problema a más corto plazo del que se pensaba, y también –y ahí entra el juego zafio de los medios– desde que Al Gore vio en los premios Óscar –y en los Nobel– una salida honorable ante su bajada intercontinental de pantalones en aquellas presidenciales bananeras que le robó, demoníacamente, el ranchero Bush.

A los poderosos les preocupa porque ya no se trata únicamente de un problema ecológico, sino de una intuíble catástrofe económica, reconocida incluso por el Banco Mundial (BM) y el FMI, los singulares y principales responsables del inminente desastre. En octubre de 2006, Nicholas Stern, que había sido economista jefe del BM, en el informe sobre el cambio climático encargado por Tony Blair escribía: “El cambio climático es el mayor fracaso del mercado que el mundo haya conocido” [1]. Me pregunto si irán por ahí las verdades incómodas del ecologista Al Gore?

Ahora parece que las recientes conclusiones del Grupo Intergubernamental del Cambio Climático, que hablan de calentamiento inequívoco, de aumento de temperaturas por encima de los 4 grados, de agotamiento del agua potable o de subidas espantosas del mar, valen por décadas de advertencias de científicos, ecologistas y gentes de bien. Entretanto los medios analizan las consecuencias (cambio climático) pero no el problema (sistema ultracapitalista depredador) y los gobiernos discurren soluciones de urgencia, chapuzas alarmantes, estúpidos remiendos con fecha de caducidad para ya, e incluso peligrosos juegos, algunos casi de ciencia ficción.

Entre los parches está Kyoto, a todas luces insuficiente, lento e inconsensuado; o las falsas energías renovables, que incluyen por ejemplo los biocombustibles (interesantes a nivel local pero insostenibles a nivel global, por precisar de superficies inimaginables y necesarias para cultivar alimentos, por fomentar los transxénicos o por destruír los bosques tropicales) o las hidroeléctricas (arteriosclerosis de los ríos que aseguran la vida en el planeta). Entre los juegos mortales están las revitalizadas ansias nucleares, por su evidente peligrosidad y por la cuestión irresoluble de los residuos; y en el campo de la ciencia ficción la geoingeniería, a saber, la manipulación del ambiente a gran escala que incluye, y no es coña, la contaminación deliberada de la estratosfera para desviar la luz solar y bajar las temperaturas, o el esparcimiento de partículas de hierro sobre los océanos para enriquecer el plancton y que este capture el problemático CO2 (www.etcgroup.org). Y las ballenas radiantes de alegría.

Sin embargo, lo que muchos intuímos que hace falta es un cambio mediático para hacer frente al climático. Como dice Éric Toussaint, debemos exigir a las instituciones internacionales y a los gobiernos industrializados –y sobre todo a los sensacionalistas medios de (des)información–, que voluntariamente escondieron el problema durante años, el cuestionamento de este sistema capitalista produtivista, generador de daños ambientales y desigualdades, que siempre afirma que puede aportar soluciones a todo, pero que sólo agrava la situación día tras día. El resto son sólo disparates suicidas.

[1] Éric Toussaint. Clima: Los aprendices de brujos del Banco Mundial y del FMI.

viernes, marzo 16, 2007

Nº:62 - 16-3-2002. Cinco años después.

16-3-2002. Cinco años después.
Alberto Ameijide "Amei" [1]

Hace cinco años, el sábado 16 de Marzo del 2002, coincidíamos en la calle, multitud de ciudadanos para protestar por el actual modelo de construcción europea basado fundamentalmente en los intereses del capital.
En aquellos momentos, coincidiendo con la presidencia española de la Unión Europea (rotatoria cada seis meses) se celebro entre los días 13 y 15 de marzo, la cumbre de jefes de estado de la Unión Europea en Barcelona, sitiándose la ciudad por las fuerzas de seguridad y suspendiéndose en parte de la ciudad el trafico circulatorio y el metro.

Tres plataformas bien diferentes [2], "Contra l'Europa del capital i la guerra" (Formada por numerosas organizaciones de lo que entonces denominábamos "antiglobalización"), el "Forum Social Barcelona" (Formada principalmente por asociaciones, partidos políticos institucionales y sindicatos) y finalmente "Plataforma catalana contra l'Europa del capital" (Formada por la izquierda independentista catalana), convocaban una manifestación conjunta para el sábado 16.

Los días antes de la manifestación, los medios de comunicación salvo excepciones ignoraron la existencia de la misma, mientras el gobierno del "neocañi" [3] Aznar, equiparaba a los organizadores como delincuentes, alertando a la población del peligro de la violencia en este tipo de manifestaciones e inclusive cerrando las fronteras a antiglobalizadores "sospechosos". Se seguía pues, el tratamiento mediático clásico hacia los movimientos alternativos, resumido en tres palabras: ignorar, banalizar y criminalizar
A pesar de ello, el resultado final fue que el día 16 de Marzo del 2002, ante la sorpresa de los propios organizadores, mas de 300.000 ciudadanos tomaban las calles para manifestarse pacíficamente.

Entre los multitud de manifestantes nos encontrábamos una heterogénea mezcla de gentes de diferentes tradiciones, movimientos e ideologías que abarcaban todas las gamas ( movimiento por la justicia global, movimiento pacifista, movimiento ecologista, movimiento vecinal, sindicalistas, socialistas, comunistas, anarquistas, trotskistas, ONGs criticas, okupas, independentistas, gentes venidas de otras partes Europa, de Argentina o incluso del Tibet y sobretodo un buen numero de gente no clasificable en ninguno de los grupos anteriores, pero que tienen claro su rechazo a la fotografía actual del mundo y de Europa.

Dos son los detalles básicos que hay que tener en cuenta para entender el éxito de esta movilización.
Por un lado todo el trabajo previo e historia que el entonces llamado "movimiento antiglobalización" había realizado hasta la fecha y por otro el contexto político en el que nos movíamos, donde una ola de movilizaciones sociales durante el primer semestre del 2002 (Plan Hidrológico Nacional, Prestige, Decretazo) significaban una primera reacción a lo que entonces habían sido placidos gobiernos del Partido Popular.

Breve síntesis del movimiento alterglobalización

Nunca he sabido que palabra es la mas adecuada, si movimiento (anti/alter)globalización o movimiento altermundista. En definitiva, aunque con matices, las tres palabras y muchas otras (movimiento de resistencia global, movimiento por la justicia global, movimiento de movimientos,....) se refieren básicamente a una misma entidad. Así pues que usaré el termino alterglobalización cuando me refiera al movimiento (De aquí para adelante M.AG) y altermundista cuando me refiera al pensamiento sobre el que se basa el M.AG.

Podemos definir el M.AG. como el conjunto de organizaciones, personas y colectivos que estan vinculados a las movilizaciones sociales contra la globalización neoliberal y al proceso de creación, consolidación y extensión del Foro Social Mundial y los Foros Sociales derivados.

El M.AG nace como una respuesta de la ciudadanía a un proyecto de expansión global de una ideología, el neoliberalismo (la "globalización neoliberal"), ante la falta de respuestas de la izquierda tradicional, y es heredero de multitud de experiencias y movimientos previos, sin los cuales difícil seria entender su nacimiento.

Su origen se podría datar en 1994, cuando el mismo día que entraba en vigor el TLC entre Estados Unidos, Canadá y México, el movimiento zapatista se levantaba. Aunque su impacto mediático y consolidación no llegaría hasta las movilizaciones de Seattle (1999), y en el caso europea hasta Praga (2000)
No obstante el M.AG se ha ido transformando y cambiando su configuración ha medida que entraban nuevos actores y otros perdían protagonismo y así mismo según la zona y problemáticas locales tener una composición y confluencias con otros movimientos muy diferentes.

En cuanto al M.AG en el Estado español, no es posible entender su surgimiento sin tener en cuenta la existencia previa y la evolución de movimientos sociales y colectivos ya existentes, como el movimiento anti-Maastrich, el movimiento por el 0’7, el movimiento pacifista, el movimiento por la objeción de conciencia (MOC), el movimiento okupa o el movimiento ecologista.
En Catalunya la primera movilización que popularizará el M.AG será la "Consulta sobre la abolición de la deuda externa" a través de la XCADE, coincidiendo con las elecciones generales de Marzo del 2000 a la que seguirán las movilizaciones contra la cumbre del Fondo Monetario internacional (FMI) y del Banco Mundial (Praga , sepiembre del 2000) que dará lugar al Moviment de Resistencia Global (MRG) y en el 2001, "la Campanya contra el Banco Mundial" en Barcelona.

A medida que se populariza el M.AG. van entrando nuevos actores dentro de el, por un lado multitud de organizaciones y ONG’s de carácter reformista, algunas satelizadas por PSC, ICV o ERC. Y por otro lado una serie de crepúsculos, algunos de carácter marxista (fundamentalmente trotskos) como Rojos/Roges, En Lluita, Batzac y CpEA-IV (posteriormente fusionados en Revolta Global) y otros de carácter independentista (Endavant, Maulets, Cajei,....)
Simultáneamente a su crecimiento, el M.AG. comienza a divergir en Catalunya a partir del 2002, sin embargo, primero las manifestaciones (PNH, LOU, Decretazo, Prestige), posteriormente Irak y finalmente los cuatro días de Mayo, tapan parcialmente esta realidad.
Habitualmente, se ha comentado que el M.AG, tiene su máximo desarrollo en 2002-2004, llegando a su cenit con la guerra de Irak, y que a partir del 2004 comienza su receso.
Hoy en día, no estaría claro si, la campaña contra la guerra de Irak (2003), se podría considerar una expresión propia del M.AG, o mas bien como una expresión de algo que podríamos denominar como movimiento anti-PP, donde el M.AG, ponía gran parte del trabajo y Partidos, sindicatos, ONG’s e incluso iglesia, la mayor parte de la gente

El M.AG. en los tiempos del socialiberalismo

Desaparecido el movimiento anti-PP, las diferentes campañas impulsadas por los diversos sectores de M.AG, han tenido escaso impacto, tanto en la ciudadanía, como en el resto de sectores del M.AG.

La agenda mediática es desde entonces marcada por la "caverna" y los asuntos relacionados con el "eje nacional" desplazan en los medios a aquellos otros relacionados con el "eje izquierda/derecha".

También la "cuestión nacional" se convierte en "tema estrella" de una parte del M.AG.
El discurso soberanista estuvo muy presente en la "Campanya dels Països Catalans contra la Constitució Europea" y sectores de M.AG. hicieron campaña por el NO en el referéndum del Estatut.

Así pues, temas como el Estatut o el proceso de paz en Euskadi, llenan televisiones y diarios, mientras que la política económica de ZP (el tema que mas diferencia al PSOE de la izquierda) no se cuestiona.

El M.AG se reduce y mediaticamente desaparece. Sin duda alguna, la falta de un marco estable y unitario de trabajo, ha tenido gran parte de culpa. En ello, también tienen que ver el fracaso primero de la MRG, y posteriormente, aún con sus diferencias, de la XMG, mal planteada desde el principio y que acabó siendo objeto de control de micropartidos políticos como "Revolta Global" o "En lluita"

A su vez se repite una historia recurrente en la intravida de muchas plataformas y redes. Y es que siempre que un partido o crepúsculo, generalmente ortodoxos de pensamiento, intenta "tutelar" un movimiento social, una plataforma, o un organismo plural, dicho movimiento ha acabado convirtiéndose en un mero apéndice del partido o se ha autodestruido en una lucha entre los que no querían ser tutelados y los otros.

Así pues, con el tiempo, el M.AG, se divide en la practica en entornos donde cada entorno va "a su bola".

A grosso modo, podemos distinguir los siguientes entornos:
- El "entorno ATTAC"
- El "entorno ODG" que impulsa las campañas sobre Deuda
- El "entorno neoanarquista" que ahora impulsa "Soles no podem"
- El "entorno independentista" impulsado por un lado Ciemen y por otro organizaciones como Endavant i la CAJEI
- El "entorno rojo" impulsado por Xarxa contra el tancament i la precarietat y la corriente Rojos/Roges
- El "entorno ecologista"

La actual fase de la III ola de movimientos sociales. El Post-altermundismo

Hoy en día existe un receso del M.AG a nivel mundial, victima quizá en parte de su propio éxito es decir, por un lado el hecho de que se hayan erosionado alguna de las puntas del sistema (ALCA, AMI, TCE, ....) ha provocado, una vez conseguido los objetivos, cierta desmovilización y por otro el M. AG no ha sabido pasar de la protesta a la propuesta con la misma fuerza y a su vez a sido incapaz de dotarse de una coordinación coherente.

Sostengo que actualmente estamos en una fase que podemos denominar post-altermundismo marcada por la situación actual de la dualidad movimiento alterglobalización / pensamiento altermundista

Podemos decir que el Altermundismo ha tenido relativo éxito como ideología, manifiestos como el de Porto Alegre [4], llamamientos como el de Bamako [5] y la extensa lista de articulos y libros de numerosos autores que han participado de el, son buena muestra de ello. Parte de esta ideología ha penetrando en organizaciones clásicas (Partidos, Sindicatos) y en los nuevos movimientos sociales (ecologismo, pacifismo, feminismo, vecinal,....)
Sin embargo, el altermundismo como movimiento (el movimiento alterglobalizador) fracasa, repitiendo los errores propios de las formas de organización anteriores (sectarismo entre organizaciones, luchas de poder, falta de rigor, hablar solo para convencidos, Noismo, ....) y encima siendo menos eficiente.

Y es que salvo en América Latina estamos peor que hace cinco años. En Europa, (con la excepción de la derrota del TCE en Francia) el proyecto neoliberal sigue avanzando sin que emerja un contrapeso, mientras el movimiento alterglobalización pierde fuelle.
En América Latina, si que ha hay en algunos países una oposición al proyecto neoliberal, pero esta oposición no se debe tanto al movimiento altermundista, sino a movimientos de carácter popular que han llevado al poder a gobiernos de izquierda o semi-izquierda y al fracaso del ALCA, la pieza clave de la estrategia de los EEUU en su antiguo "patio trasero"
A parte de que estas experiencias no son la panacea. Lula por moderado, Chaves por sus modos, formas y su cuestionable política exterior y energética y Bolivia, porque a pesar de ser la experiencia mas pura y bonita es el eslabón mas débil de la cadena.

Lo realmente a analizar de estas "oposiciones, es que se da desde el "poder".
Los que apostaron por la "huida del poder", como los zapatistas, se encuentran también en crisis. "La otra campaña" ha sido un fracaso e involuntariamente, han contribuido a que AMLO (PRD) perdiera las elecciones frente a Calderón (PAN).
Autores como Negri [6] o Holloway [7], que hace cinco años tomábamos como referencia, hoy por hoy nos suenan de otro mundo.

En definitiva, el M. AG ya deja de ser sujeto político del cambio por si solo.

Los interrogantes del futuro

El futuro de las luchas mundiales contra el modelo de "globalización neoliberal" están condicionada y dependerán fundamentalmente del resultado de tres situaciones que actualmente se dan:
1) Las resistencias en America Latina contra el modelo neoliberal y si hay posibilidades de un proyecto de integración latinoamericana independiente de EEUU y Europa, y el papel que pueda tener el "proceso bolivariano"
2) Si el movimiento alterglobalización es capaz de resurgir de su estancamiento, de su debate sobre ¿que dirección tomar? y la dirección hacia la cual resurja.
3) La coordinación y evolución de las diferentes resistencias que en Europa se producen frente al modelo de construcción Europea y que tiene como punta de lanza el Tratado Constitucional Europeo.

En Europa, es pues, necesaria la construcción de un movimiento político y social europeo, un movimiento heterogéneo, anti-liberal que incluya desde socialdemócratas no-liberales, ecopacifistas, altermundistas, socialistas, trotskistas y post-comunistas... .Una especie de ¿V internacional? (obiamente diferente a las cuatro anteriores), y configurada como una especie de red de partidos, redes, plataformas, asociaciones, colectivos, etc....autónomos e unidos a partir de una carta de principios mínimos.
Para ello, el altersocialismo, como ideología [8], puede ser un punto de encuentro para integrar diferentes tradiciones.

¿Altersocialismo?

A grosso modo podemos definir a escala mundial, tres grandes olas de movimientos sociales a lo largo de la historia.
La I ola de MM.SS., en el siglo XIX, sin duda la mas importante de todas, tuvo como sujeto al movimiento obrero y su aportación ideológica fue el socialismo.
La II ola de MM.SS., a finales de los sesenta, tuvo como sujeto a los nuevos movimientos sociales (movimiento estudiantil, movimiento ecologista, movimiento pacifista, movimiento feminista, movimiento vecinal, ...) y su aportación ideológica fue el ecopacifismo.
La III ola de MM.SS., la actual, tiene como sujeto al movimiento alterglobalizador y y su aportación ideológica es el altermundismo.
Si el ecosocialismo, surgido en los ochenta, es una ideología que pretende integrar el socialismo [9] con el ecopacifismo. El altersocialismo, termino que propongo, seria una ideología que integraria el ecosocialismo con el altermundismo.
Como tal, el altersocialismo, como tal, no pretendería sustituir a ninguna ideología, sino integrar y completar otras ideologías afines.

NOTAS

[1] Para citar: Ameijide, A. (2007) "16-3-2002. Cinco años después". Alterglobalización 62.
[2] Attac y Esquerra Unida i Alternativa (EUiA) formaban parte tanto de la Campaña "Contra l'Europa del capital i la guerra", como del "Forum Social Barcelona" , prueba de su heterogeneidad
[3] "Neocañi" termino con que el autor califica la versión es pañola de los "neocon", es decir: Conservador + Neoliberal + Nacionalista español.
[4] "Manifiesto de Porto Alegre"(2005) disponible en:
(http://altermundismo.blogspot.com/2006/01/n1-manifiesto-de-porto-alegre.html)
[5] "Llamamiento de Bamako" (2006) disponible en:
(http://altermundismo.blogspot.com/2006/04/n16-llamamiento-de-bamako.html)
[6] Hardt, M y Negri A. (2000) Imperio. Rebelión
[7] Holloway, J. (2002) Cambiar el mundo sin tomar el poder. Barcelona, El Viejo Topo
[8] Entenderemos por "Ideología" un conjunto de ideas en torno a la realidad, en torno al sistema político, económico, social, cultural, compartido por un grupo social o por una clase social y que orientan una acción practica.
[9] El autor entiende aquí el socialismo, no como una ideología, sino como un conjunto de ideologías con una raíz común.
En este articulo, el socialismo que pretendemos integrar con el ecopacifismo y con el altermundismo, es el socialismo democrático, lejos pues, del concepto de socialdemocracia que tienen actualmente los PS en Europa (socialiberalismo) y del "socialismo estatista" o "socialismo realmente existente" de tan triste recuerdo y que tanto daño a hecho a quienes nos situamos a la izquierda de los PS europeos.

domingo, marzo 11, 2007

Nº:61 - Globalización, alterglobalización, antiglobalización (Taibo)

Globalización, alterglobalización, antiglobalización
Carlos Taibo

Sabido es que, aunque la palabra globalización existe desde mucho tiempo atrás, su espectacular entronización político-mediática se produjo en la segunda mitad del decenio de 1990. No hay ningún motivo para concluir que esa irrupción fulgurante tuviese un carácter neutro, improvisado y espontáneo. Sobran, en cambio, los que aconsejan sostener que obedeció, antes bien, a razones tan precisas como tramadas.

Tomémonos la molestia de dar cuenta de la principal de esas razones, y sujiramos que de lo que se trataba, por encima de todo, era de deshacerse de otras palabras, y en singular del vocablo capitalismo, que para muchos habían retratado de manera razonablemente fidedigna, hasta ese momento, la mayoría de las relaciones económicas. Se impone recordar que esas molestas palabras tenían una imagen negativa a los ojos de la mayoría de los habitantes del planeta.
Convengamos que, al menos en principio —otra cosa fue lo ocurrido después, al amparo de la labor de zapa desarrollada por los movimientos de contestación—, la operación que ahora nos interesa, ingeniosa y eficiente, permitió retratar en clave genéricamente saludable lo que antes se nos antojaba marcado por un sinfín de taras, y ello, por añadidura, sin que hubiesen cambiado un ápice —o, al menos, sin que hubiesen cambiado para mejor— la mayoría de las relaciones económicas al uso.

Los movimientos de contestación hubieron de decidir si acataban o repudiaban, en sus discursos, la presencia de la palabra globalización. La segunda de las opciones, el repudio, que hubiera sido perfectamente legítima, se topó al poco, sin embargo, con la cruda realidad de que el término en cuestión, bien es cierto que a menudo con perfiles nebulosos, lo inundaba casi todo. Al cabo, y de forma premeditada o no, los movimientos parecieron encontrar una solución de compromiso. Si por un lado dieron en aceptar que las mutaciones registradas en la textura del capitalismo —no remitían tanto a la manifestación de fenómenos nuevos como a un ahondamiento o radicalización de los ya conocidos: desregulación, especulación, fusiones, deslocalización...— justificaban que se aceptase, aun a regañadientes, el empleo del vocablo globalización, por el otro adujeron que correspondía agregar tras éste algún adjetivo que permitiese recuperar, hasta donde fuere posible, densidad crítica en el discurso.

Se empezó a hablar así de globalización neoliberal y, también, de globalización capitalista. Importa subrayar que estas dos expresiones, aparentemente equivalentes y empleadas de manera indistinta tanto por estudiosos como por activistas, exhiben diferencias nada despreciables. Se puede contestar agriamente el neoliberalismo, por entender que es una manifestación extrema y desaforada de la lógica del capitalismo, para al mismo tiempo acatar esta última, como se puede, en sentido diferente, rechazar por igual —esto es lo que acontece en la mayoría de las redes hostiles a la globalización del momento— el neoliberalismo y el capitalismo. Por razones que saltan a la vista, esta última posibilidad no parece que quedase claramente recogida al amparo de la expresión globalización neoliberal. Agreguemos, eso sí, que, por mucho que apenas hayan prosperado, no han faltado otras respuestas al problema que nos ocupa; ahí está, sin ir más lejos, el intento, forjado en Francia, de apuntalar la palabra mundialización para reflejar lo que sería una suerte de globalización de perfiles saludables.

Mal haríamos en olvidar que los problemas terminológicos han alcanzado también al nombre que conviene atribuir a los movimientos que —a partir, de nuevo, de la segunda mitad del decenio de 1990— decidieron contestar la globalización en curso. Conocido es que la fórmula más comúnmente empleada al respecto, la que habla de movimientos antiglobalización, ha levantado muchas críticas. Se ha señalado, por ejemplo, que no parece saludable retratar en clave fundamentalmente negativa —ahí está ese oneroso anti— a redes que las más de las veces muestran una franca vocación propositiva. En un sentido parejo, a menudo se ha sugerido que la fórmula de marras fue interesadamente acuñada por medios de comunicación que ninguna simpatía mostraban por los movimientos que retrataban. Más allá de estas observaciones despuntó otra que tenía, con certeza, mayor calado: con frecuencia se ha dicho que, hablando en propiedad, los movimientos de contestación no rechazan ontológicamente cualquier modalidad de globalización, sino que se oponen, escuetamente, a la versión neoliberal o capitalista de esta última y, de resultas, reivindican una especie de globalización de los derechos y de las libertades o, en algunas formulaciones afines, una alterglobalización o una globalización alternativa.

La última crítica enunciada, promovida por los sectores más moderados de los movimientos y claramente encaminada a conferirle una pátina de respetabilidad y moderación a éstos, no deja de presentar dobleces, y ello por mucho que se entienda sin mayor quebranto lo que quiere significar. Digámoslo sin miramientos: hay razones sobradas para afirmar que cualquier modalidad de globalización que pueda imaginarse, por benignos que sean sus propósitos, reclama de forma inexorable elites directoras, flujos jerárquicos y procesos de uniformización que invitan como poco al recelo y, tal vez, y más aún, a un franco rechazo, tanto más cuanto que no es improbable que por detrás de filantrópicos proyectos se escondan realidades poco edificantes.

De alguno de los argumentos que expresamos en los primeros compases de este texto se sigue sin problemas —parece— una conclusión fácil de hilvanar: existe una poderosísima línea de continuidad entre lo que en el pasado se dio en llamar imperialismo y capitalismo, por un lado, y lo que hoy, por el otro, se sugiere debemos entender que es la globalización. Si ello resulta ser así, no parece en absoluto razonable que los movimientos de contestación hagan suyos términos como los de alterglobalización o globalización alternativa. Y es que, al fin y al cabo, y en la perspectiva de esas redes, a nadie en su sano juicio se le ocurriría reclamar un imperialismo alternativo o un alterimperialismo. Las cosas en estos términos, y pese a las cargas que en materia de mercadotecnia política puedan arrastrarse, preferible es quedarse, entonces, con lo de movimientos antiglobalización. Una de las virtudes, nada despreciables, de esta expresión es, por cierto, que no alienta mayor duda en lo que se refiere a lo que esos movimientos reivindican.

Nº:60 - Cambio climatico: Amenaza Global

Cambio climatico: Amenaza Global
Oskar Matute

El pasado mes de Noviembre del 2006 tuvo lugar en Nairobi (Kenia) la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático (COP12/MOP2). Dicha conferencia reunió durante 5 días a más de 10.000 personas provenientes de todos los puntos del planeta y en representación de diferentes Gobiernos nacionales, regionales, oficinas estatales del Clima, sindicatos, organizaciones ecologistas y movimiento asociativo en el sentido más amplio que la expresión permite. Y, ¿para qué se congregó tanta gente de lugares tan diversos? Pues, fundamentalmente para analizar las consecuencias del cambio climático a lo largo y ancho del planeta, para analizar el grado de cumplimiento de acuerdos alcanzado anteriormente en cumbres anteriores (Kyoto, Nueva Delhi, etc.), y para ver si atendiendo a la evolución del cambio climático, las medidas en marcha son suficientes para conseguir objetivos que permitan al menos, un control del calentamiento global que frene la devastación que dicho efecto causa sobre el planeta.
Y, a la vista de los objetivos anteriormente citados, lo que tendríamos que hacer ahora es ver si los objetivos pretendidos se alcanzaron o simplemente quedaron en la constatación del mal estado del planeta y el reparto de responsabilidades y culpas entre unos y otros, mientras millones de seres humanos, en el mejor de los casos se ven obligados a abandonar sus territorios en busca de la subsistencia, y en el peor a morir por el efecto de políticas que priman el interés económico frente al interés humano, esto es o la lógica del dinero o la lógica humana.
Pues bien, hemos de decir que la cumbre sólo de manera muy parcial, muy limitada llego a rozar los objetivos pretendidos. En primer lugar, respecto al diagnostico de la situación actual, podemos concluir que los esfuerzos empleados hasta la actualidad tanto en el control de emisión de gases que provoquen efecto invernadero (anteriores compromisos como el protocolo de Kyoto planteaban una reducción del 5’2 % de reducción de los 160 países firmantes en relación con la emisión producida en 1990, para el periodo 2008-2012) como en la inclusión de mas países al protocolo y aceptación de la reducción de dichos gases (recordar que USA y Australia no aceptan dichos compromisos, y que por otro lado China e India los consideran limitadores de su capacidad para acceder al nivel de desarrollo de los países mas industrializados) arrojan un resultado amargo.
Ni la cifra de reducción perseguida (5’2 % sobre lo emitido en 1990) es suficiente, ni la autoexclusión de dichos compromisos por determinados países (USA y Australia, principalmente) garantiza el carácter global y eficaz de dicho compromiso. Así las cosas, podemos concluir que queda mucho por hacer y mucho que denunciar para que todos los países, especialmente los que mas contaminan asuman su responsabilidad en el calentamiento global, y aporten o contribuyan a paliar o reducir la gravedad de los efectos que dicho calentamiento provocan.
En este sentido, se acordó trabajar en la búsqueda de mecanismos que permitan el desarrollo de mecanismos que garanticen el cumplimiento de los acuerdos por los firmantes, y por otro lado, que estos mecanismos ofrezcan un marco de integración a los países no firmantes. Habrá que ver que da de sí, y aun deseando que alcance las metas que persigue dicho trabajo, uno no puede dejar de ser pesimista, cuando de tratar de convencer a países como USA se refiere.
Y, en lo que respecta, y esto sin duda es lo mas importante, al futuro, conviene decir que el objetivo que se pretende alcanzar como objetivo común y general es, por un lado evitar un calentamiento global que vaya mas allá del aumento de temperatura de 2º centígrados, y de otra parte que los mecanismos financieros de la convención y del protocolo (esto es las ayudas económicas para la mitigación, adaptación y aumento de capacidad) se centren en las áreas que sufren de manera mas directa las consecuencias del calentamiento global, esto es África, sudeste asiático y América Latina.
Para alcanzar estos dos objetivos sin duda además de determinación o voluntarismo hacen faltan nuevas recetas para nuestro maltrecho planeta. Una, fundamental que el compromiso expresado por los países desarrollados de la necesidad de aumentar las reducciones hasta un 50% sobre lo emitido en el año 2000 sea un objetivo a cumplir casi con carácter obligatorio, y sin casi, y que para esto se activen los mecanismos, foros, formas de funcionamiento necesarias etc. para que de aquí al 2030 dicho porcentaje de reducción sea un objetivo alcanzable y no una quimera deseable. Y, por otro lado es imprescindible que las ayudas económicas lleguen de manera real y con carácter urgente a aquellos lugares que están sufriendo en primera persona los devastadores efectos del aumento global de temperatura.
No es normal, que como ocurre en la actualidad tan solo el 3% de los proyectos (tanto de transferencia de tecnología como de otros) vaya destinada a África y sudeste asiático cuando es sin duda el continente donde con mayor crudeza y bajo las formas de sequía, inundaciones, subida del nivel del mar, ampliación de las áreas de influencia de enfermedades infecciosas, etc. se manifiestas las consecuencias del nada inocuo aumento de temperatura global.
Como decía, en la actualidad solo el 3% de los proyectos tienen como destino a aquellos que mas los necesitan. ¿Por qué? Es fácil, la mayoría de estos proyectos son financiados por empresas privadas, y estas encuentran poco rentable la acción en estos lugares, y por otro lado con respecto a la ayuda de estados u organismos como la PNUD exigen tal nivel de confirmación y compromisos, llamémosle burocracia, que dilatan en varios años la llegada al lugar de la tan ansiada ayuda desde el momento en que se solicito. Por tanto es urgente, un plan especial para la zona que garantice la llegada de ayuda de manera rápida y eficaz y un papel mas activo de la ONU y los gobiernos mundiales que no deleguen en multinacionales privadas la capacidad de incidencia y acción en dicha zona, de lo contrario, les estamos abandonando a su suerte a decenas de millones de personas.
Y, para ir concluyendo ¿que podemos hacer desde la izquierda, desde Ezker Batua Berdeak? Yo creo que varias son las cosas que podemos hacer y sobre las que podemos llevar a cabo una acción necesaria, que por un lado nos acerque al movimiento asociativo, especialmente el ecologista y que por otro lado brinde a los ciudadanos y ciudadanas de Euskadi un mayor conocimiento de lo que ocurre y de las consecuencias de las acciones de una sociedad industrializada como la nuestra.
En primer lugar concienciación, podemos y debemos incluir en nuestra agenda, una acción de sensibilización desde todos los niveles de actuación que tenemos (municipal, foral, parlamentario, social, etc…) a favor de un mayor compromiso con las zonas mas degradadas del planeta así como una mayor concienciación de lo que nuestra acción diaria supone (uso irracional del automóvil, primacía de productivismo sobre la sostenibilidad ambiental, macroproyectos que esquilman el medio ambiente y favorecen una mayor contaminación atmosférica tales como la Y vasca, o la variante sur metropolitana por citar tan solo algunos).
Para trasladar dichas reflexiones tenemos argumentos y estudios, algunos como el “Informe Stern” (anterior economista del Banco Mundial y ahora asesor del gobierno Británico) poco sospechosos de situarse en nuestra orbita que estiman los efectos del aumento del calentamiento global como responsable de la perdida de entre un 5% y un 20% del PIB en las economías de los países industrializados, esto es una catástrofe mundial sin precedentes, mientras que estima que una acción decidida de dichos gobiernos en mitigar el aumento de temperatura en 2º tendría un coste del 1% del PIB de dichos países.
También debiera ser tarea nuestra favorecer a implantar el llamado “Movimiento Clima” integrado por WWF/Adena, Intermon Oxfam, OCU y CCOO que promueve un compromiso personal de reducción de emisiones a la vez que una demanda social dirigida a empresas y gobiernos para que actúen responsablemente frente al cambio climático.
Esto tan solo son apuntes de lo que podemos hacer, sin duda hay muchas cosas en nuestra mano que hacer, pero lo importante es empezar a andar, porque el movimiento se demuestra andando; y porque es claro que nosotros y nosotras no somos dioses, pero, la sequía, las inundaciones, la extensión de enfermedades infecciosas tampoco son plagas bíblicas. Son ni más ni menos, que los efectos de un fenómeno, el del calentamiento global, que tiene responsables, muchos gobiernos y un mismo modelo económico, el neoliberal, y nuestra responsabilidad es alzar la voz y denunciarlo.