viernes, septiembre 21, 2007

Nº:89 - Frente a globalización neoliberal la integración latinoamericana es ineludible y necesaria

Entrevista de Heinz Dieterich a Rafael Correa (presidente de Ecuador)

1. Integración, moneda latinoamericana y Mercosur

H.D.: Tú has dicho en muchas intervenciones, que la integración latinoamericana es fundamental para avanzar. ¿Qué importancia tiene?

R.C.: Es fundamental. Tenemos un destino común y debemos buscar nuestro futuro común. La integración del siglo XXI para elevar la productividad en los países pequeños como son los latinoamericanos, es una necesidad de supervivencia. No queremos esta globalización neoliberal y cruel, que nos aplastará. Sólo unidos podemos enfrentarla y tener presencia en el concierto mundial. Por lo mismo, creo que la integración es ineludible y necesaria, fundamental; pero, repito, no la integración neoliberal que nos quería convertir en un gran mercado, sino la integración en el espíritu de Bolívar y en la visión que tenemos los Presidentes actuales de la región. Una integración que nos convierta en una gran nación, en ciudadanos de América Latina, no en consumidores de América Latina.

H.D: Hablando como economista, ¿tú dirías que una repetición del milagro asiático de Corea del Sur y de Taiwán es imposible en América Latina?

R.C.: Puede haber casos aislados de éxito, pero mucho más sencillo va a ser si actuamos en conjunto. Un poco como ejemplo, como hoja de ruta sería la Unión Europea. Es decir, una unión no sólo económica y comercial, sino política e incluso monetaria. En el siglo XXI, con la globalización de los capitales, las monedas de países pequeños y economías abiertas muy difícilmente sobrevivirán. Incluso, tenemos que buscar bloques monetarios más fuertes y grandes en América Latina.

H.D.: En algún momento hablaste a favor de una moneda latinoamericana.

R.C.: Y sigo hablando. Creo que eso es también ineludible y tenemos que acelerar el paso hacia una moneda regional.

H.D.: ¿Con qué horizonte de tiempo?

R.C.: Aspiramos a que sea lo más rápidamente posible, a que en un plazo de diez años la integración de América Latina se haya consolidado, sobre todo la de América del Sur y tengamos incluso una moneda regional. Por supuesto, Ecuador tiene particular interés en esto, por la barbaridad que cometieron aquí al eliminar la moneda nacional e imponer el dólar. Somos un país que no tiene una moneda nacional, que tiene una moneda extranjera.

H.D.: ¿Por qué no avanza más rápidamente el Banco del Sur?

R.C.: Yo creo que hay toda una voluntad integracionista en los líderes, sobre todo de Sudamérica, pero hay diferentes ritmos. Incluso, muchos de estos ritmos dependen de las características de cada país. Brasil institucionalmente es un país bastante complicado, cada toma de decisiones exige tiempo. Hay otros países que queremos ir más rápido, como Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador, entre otros. Pero el Banco del Sur será una realidad en las próximas semanas. Lo que hemos decidido aquellos países que queremos acelerar el ritmo de la integración es que avanzamos nosotros, después los demás nos sigan y serán bienvenidos, pero no podemos ir al ritmo de los más lentos.

H.D.: Ecuador, me parece, no va a solicitar su ingreso pleno al Mercosur.

R.C.: No. Nosotros vamos a seguir como Estado asociado. Estamos muy cómodos en esta situación, por la cual gozamos de algunos beneficios del Mercosur que no hemos explotado todavía. Pero seguiremos siendo miembros plenos de la CAN y miembros asociados al Mercosur. Ahora, el objetivo es, y esto también lo conocemos al nivel de Presidentes de la región, que ya vaya en un proceso de convergencia la CAN y el Mercosur. El nuevo universo de integración es toda Sudamérica, ya no la región andina o el cono sur.

2. La relación con el Movimiento Indígena

H.D.: Parece que las grandes organizaciones indígenas se encuentran en una profunda crisis.

R.C.: La crisis comenzó por un error histórico que cometieron al apoyar a Lucio Gutiérrez. No sólo que eso los desgastó y deslegitimó, porque ¿cómo van a apoyar a un farsante como el ex Coronel y Presidente Lucio Gutiérrez? Pero eso es un poco la novelería de los grupos de izquierda en general, así han mantenido siempre cierta atracción por los uniformes. De ahí, salió un coronel que dio un golpe de estado y todos como entusiastas a apoyarlo, cuando a todas luces era un farsante y un incompetente.
En todo caso eso lo dilató mucho al movimiento indígena Pachacutic. Pero, no sólo eso. Después, Lucio sistemáticamente trato de dividirlos, de clientelizarlos. El Ministerio de Servicio Social sólo servía para ir a regalar picos, palas y eso asestó un durísimo golpe al movimiento indígena, del cual todavía no se ha podido recuperar. Sumado a que continúan cometiendo errores como, por ejemplo, la imposición de una línea dura indigenista a nivel de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE y Pachacutic (su brazo político, H.D.), donde creen que solamente los indígenas pueden salvar a los indígenas y nadie más los puede ayudar. Por eso no se pudo dar la alianza entre Movimiento País (el movimiento del Presidente, H.D.) y Pachacutic. Ellos querían imponer candidatos presidenciales indígenas y nosotros no tenemos ningún problema con esto. Siempre y cuando las encuestas digan que tengamos posibilidad de ganar. Sin embargo, las encuestas decían todo lo contrario, y no quisieron someterse a encuestas o nuevas encuestas y no pudo llegarse a un acuerdo.


H.D.: ¿Tú ves posibilidades de que se recuperen esas organizaciones o eso va a llevar mucho tiempo?

R.C.: Nosotros estamos apoyando en todo para que se recuperen, creemos que al menos la CONAIE se va recuperar. A Pachacutic la veo muy mal, porque hay unas prácticas de los partidos tradicionales, ha faltado liderazgo, ha faltado consistencia ideológica, y temo que va a ser muy difícil que se recupere pronto.

martes, septiembre 18, 2007

Nº:88 - Crisis de los mercados inmobiliarios y financieros. ¿Hacia una recesión mundial?

Crisis de los mercados inmobiliarios y financieros. ¿Hacia una recesión mundial?
Ricardo Gomez
Attac-Madrid


El negocio del "boom inmobiliario" norteamericano original derivó a través del capital especulativo global en una "burbuja financiera" que generaba cuantiosos beneficios a los tenedores de bonos en los mercados mundiales

1. Estados Unidos muestra cada vez más su fragilidad económica y política .

Los mercados financieros mundiales han acusado este verano, de una manera muy violenta ,los efectos del desinfle de la burbuja inmobiliaria estadounidense, que ya venía están dando muestras de agotamiento desde hace un par de años . Las consecuencias de este proceso están todavía por ver y podrían conducir, si no se controlan de una manera adecuada, a una recesión económica mundial.

Ahora que empiezan a evaluarse los efectos de esta nueva crisis , los analistas todavía no se ponen de acuerdo sobre si los recientes acontecimientos representan simplemente un ajuste de los mercados inmobiliarios y financieros o van a desembocar , finalmente , en un escenario de mayor calado y riesgo para la economía mundial. Las recientes medidas de apoyo de los bancos centrales para inyectar dinero masivamente al sistema y asegurar su liquidez son consideradas insuficientes y persisten las dudas sobre el comportamiento de los mercados interbancarios , hasta el punto de que en muchos escenarios se va instalando el miedo de que se produzca una crisis que podría provocar una importante recesión
1.

Es en Estados Unidos donde recaen las mayores incertidumbres. A la preocupación en torno al ajuste del sector inmobiliario, agudizado por la debacle de las hipotecas subprime o de alto riesgo, se une la debilidad de la inversión empresarial, de origen no residencial, y las carencias cada vez más acusadas y estructurales de esta economía (déficit comercial crónico y volumen desmedido de su deuda externa) , que hacen de este país el más endeudado del mundo. Junto a esta situación de la economía americana siguen persistiendo las amenazas del sector petrolero, cuya evolución puede desembocar en nuevos brotes inflacionarios .

Esta situación de crisis mundial era bien conocida y acaba de ser ratificada por los recientes informes de la OCDE y del propio FMI. Frente a las declaraciones cambiantes y contradictorias de nuestros gobernantes a lo largo de estos últimos días, que siguen afirmando que “aquí no pasa nada “, los analistas especializados y las principales instituciones financieras internacionales coinciden en que las turbulencias en los mercados financieros harán mella en el crecimiento económico mundial y supondrán una reducción en las tasas de crecimiento previstas . Esta reducción será mayor para Estados Unidos, pronosticando que la economía americana solo crecerá este año un 1,9 % ( frente a un 3,6% en 2006 ) y que el conjunto de países de la zona euro deberán también ajustar sus predicciones hasta situarse en el entorno del 2,6 % .

Ante este panorama nada halagueño , un país como Estados Unidos se encuentra cada vez más maniatado y carente de margen de maniobra a nivel internacional ,como reconocen muchos de sus políticos, ya que en una crisis como la actual no depende de sus propios recursos sino de las actuaciones de otros países como China o la U.E. y solo puede actuar a nivel monetario actuando sobre sus tasas de interés. En efecto una buena parte de las reservas de EE.UU. se encuentran en estos momentos en poder de China (1,3 billones de dólares ) y este país tiene tres veces más reservas que los doce países de la zona euro
2.

2. El desarrollo de la crisis : un cóctel de burbuja inmobiliaria y burbuja financiera.

El mercado inmobiliario de Estados Unidos ha vivido un auge espectacular desde los inicios de esta década . Ello ha sido posible por la política aplicada de dinero barato y el particular funcionamiento del sistema crediticio, que permitía a millones de americanos acceder a un préstamo , con independencia de su capacidad de solvencia. Cabe señalar que en los últimos dos años las instituciones de crédito estadounidenses han otorgado créditos hipotecarios por más de 3 billones de dólares ( 1,25 veces el prepuesto anual de EEUU que se sitúa en los 2,4 billones de dólares) y que , de acuerdo con el Wall Street Journal, desde junio de 2003 hasta junio de 2004 las tasas de interés fijadas por la Reserva Federal llegaron a estar en el 1% ( actualmente están en el 5,75% tras la reciente intervención ) .

Con esta situación , las instituciones, las empresas y los bancos impulsaron el boom del sector inmobiliario basado en créditos blandos , propiciando un inusitado auge a la compra de viviendas en EE.UU.
3 En una primera etapa, los bancos otorgaron préstamos sin limitaciones y a créditos baratos, incluso a personas que no estaban en condiciones de contraer una deuda hipotecaria. Las familias tampoco se plantearon que algún día podrían subir las tasas de interés elevando su deuda a niveles que no podrían abordar en el futuro . En una fase posterior , los bancos que financiaron originalmente estos créditos hipotecarios baratos ( subprime ) , y con objeto de deshacerse del riesgo previsible a largo plazo, empezaron a vender los bonos de esa deuda a los bancos más importantes y a los fondos de inversión , que los colocaron a altos intereses en los mercados de capitales globalizados ( hedge funds )

Es decir el negocio del "boom inmobiliario" original derivó a través del capital especulativo global en una "burbuja financiera" de gran alcance que generaba cuantiosos beneficios para los tenedores de bonos en los mercados mundiales, mientras que a medida que aumentaban los tipos de interés, las hipotecas subían y muchos propietarios norteamericanos dejaron de pagar sus cuotas mensuales. Como consecuencia del encadenamiento de la crisis inmobiliaria –financiera las casas empezaron a bajar de precio y a ser difíciles de vender, lo que al final se va a traducir en que , entre dos y tres millones de familias americanas van a verse obligadas a malvender o perder sus casas . Es una clara respuesta a la falta de previsión o a la desinformación intencionada , en un país donde los ciudadanos están acostumbrados a no tener límites y a no poner freno a su nivel de consumo.

La insolvencia y la previsible falta de liquidez familiar, eran datos de sobra conocidos por Greenspan durante su larga etapa al frente de la Fed , pero de acuerdo con la doctrina neoliberal vigente este organismo no estableció ningún mecanismo para hacer frente al proceso . También los bancos acreedores sabían perfectamente que las nuevas hipotecas que se iban concediendo a lo largo de los años 90 serían impagables y que podrían hacerse dueños más tarde o más temprano de las garantías a través de los créditos basura .

Junto a instituciones y sistema bancario no hay que dejar de lado la responsabilidad que en el desarrollo de la crisis han tenido también las principales agencias calificadoras de riesgo ( Moody´s y Standard &Poor , entre otras ) que por su influencia y su papel de lobby más o menos directo sobre la Reserva Federal y sobre las principales instituciones crediticias han contribuido a distorsionar la estructura de la cartera de valores de los principales fondos al otorgarles calificaciones inapropiadas .

3. La globalización de la crisis y el papel de apaga-fuegos de los bancos centrales

Sobre el reciente desencadenamiento de la crisis son bien conocidos los datos: una gran volatilidad de los mercados financieros se ha traducido a lo largo de las últimas semanas en una gran inestabilidad y en fuertes oscilaciones de numerosos valores durante la mitad del mes de agosto. En la bolsa de Nueva York el índice Dow Jones perdió (martes 14 de agosto) cerca de 300 puntos en 40 minutos ( 146,3 puntos a lo largo de la jornada ) y ello repercutió en fuertes bajas en los mercados europeos y asiáticos durante la jornada siguiente.

Es decir, un fenómeno aparentemente local - una crisis que ya se venía anunciando desde principios de 2006 , en el marco del funcionamiento especulativo del mercado inmobiliario norteamericano, favorecido por el sistema crediticio y los bajos tipos de interés - ha conducido a la crisis de las hipotecas de alto riesgo, que ha terminado estallando y proyectándose al conjunto de la economía mundial.

Esta situación ha obligado a intervenir de forma inmediata a la Fed ( Reserva Federal americana) y , a continuación, al Banco Central Europeo y a los bancos centrales de Japón, Suiza, Canadá, Australia. En en conjunto han liberado, hasta ahora cerca de 500.000 millones de dólares , la mayor parte en apenas una semana, con objeto de aportar liquidez al sistema e intentar atajar el fuego y los posibles efectos que podrían conducir a una nueva crisis financiera generalizada de alcance mundial , esta vez generada en el mismo centro del sistema capitalista. A pesar de todas estas medidas no se ha logrado trasmitir hasta ahora la calma a los inversores y al sistema financiero.

Y es que en el actual estado de la globalización capitalista liderada por EEUU , las herramientas básicas que tradicionalmente se utilizan por las instituciones nacionales e internacionales para desatar y controlar las "crisis" (periodos depresivos) y las "burbujas" financieras (periodos expansivos), siguen siendo de orden monetarista : las actuaciones de choque de la Fed de EEUU y las medidas de acompañamiento del Banco Central Europeo y otros bancos internacionales . Son instituciones que actúan como bomberos y/o potencias reguladoras para controlar los excesos del sistema a escala global, pero que mientras tanto dejan hacer , de acuerdo con el código neoliberal , sin entrar en la resolución de los problemas estructurales o de fondo ajenos a un sistema que solo busca la maximización del beneficio de unos pocos y la socialización de las pérdidas .

Habría que preguntarse quien va a pagar la juerga de estas medidas de choque de los bancos centrales y para qué ha servido y a quien ha beneficiado la cifra del medio billón de dólares que se ha inyectado a la economía mundial a largo del último mes para mantener la liquidez, una cifra nada desdeñable, que representa la mitad del PIB español y más del 1% del PIB mundial de 2006 .

4. Los efectos de la crisis . Efectos en la economía y sociedad americana

Con la reciente crisis financiera , la economía americana, y sobre todo las familias americanas han recibido un duro golpe que tendrá sus repercusiones a lo largo de los próximos años. Como hemos señalado , esta crisis bursátil pone en evidencia la fragilidad económica y política de la superpotencia norteamericana, que cada vez se encuentra más atada en sus propias contradicciones y dispone de menos recursos propios para resolver los problemas internos y externos que va generando por doquier.

Existen todavía muchas incógnitas para hacer predicciones sobre el funcionamiento de la economía y las instituciones bancarias y financieras norteamericanas. Las quiebras en cadena de bancos y empresas y los despidos en el sector bancario y financiero americano no han hecho sino empezar y ya rondan la cifra de los 100.000 despidos solo en el sector y se está perdiendo empleo a nivel nacional. Estas quiebras han afectado también a entidades crediticias europeas y de otros países y poco a poco empezaremos a conocer los impactos globales de esta crisis .

En lo que a la economía estadounidense se refiere ya hemos indicado que se prevén recortes en el crecimiento del PIB que no rebasará en 2007 la tasa de crecimiento del 1.9 % , frente al 2,5 % pronosticado por los organismos internacionales, y que estas perspectivas macroeconómicas desfavorables van a incidir indudablemente en el endeudamiento familiar y la evolución del consumo global.

Además de Estados Unidos , hay países como España o Gran Bretaña cuyas economías familiares están viviendo claramente por encima de sus posibilidades y esto puede llevar a situaciones impredecibles cuando se está frente a un problema como el actual de crisis inmobiliaria y de encarecimiento del dinero.
En efecto, tal como se recoge en el cuadro adjunto que hemos aportado , el nivel de deuda de las familias en relación a su renta familiar ha ido creciendo fuerte e ininterrumpidamente a lo largo de los diez últimos años en países como Estados Unidos , Gran Bretaña y España , sobrepasando el 100% de su poder de renta.

No vamos a analizar aquí con detalle el efecto de la crisis sobre la economía española , pero queremos llamar la atención sobre lo significativo que resulta el caso español y sus similitudes con la evolución americana. En efecto durante la última década se ha pasado de un nivel de endeudamiento familiar que no apenas llegaba al 50% ( 1995) , a unos niveles del 120% comparables a los de EE.UU . En España , al igual que en Estados Unidos, el sector inmobiliario viene caracterizado por su comportamiento especulativo y por su fragilidad y algunos analistas hablan de un descalabro a corto/medio plazo
4 . También los precios de la vivienda se están frenando , entre otras razones por la desaceleración de la demanda y por las constantes subidas de los tipos de interés ( euribor) que están afectando a una industria donde entidades, constructores y compradores están encadenados hasta el cuello, ya que el 43% de los ingresos de los hogares se destina a las hipotecas. Todo ello hace que se está observando cada vez más una pérdida de confianza en un sector ,que además está siendo devorada por la corrupción y la confusión sobre la regulación.

(Ver tabla en articulo original)

5. Lecciones de la crisis y exigencias de Attac

La presente crisis financiera debería servir para aprender una lección: que la estabilidad económica internacional no puede verse afectada periódicamente por la actividad de los especuladores de turno, que manejan a su antojo los mercados financieros , sean estos locales o mundiales , a través de las hipotecas basura o de los fondos internacionales de alto riesgo . También , que los gobiernos y los bancos centrales de los principales países deben jugar un papel diferente y mucho más activo en los procesos económicos , no limitándose a ver y dejar hacer , como si de un fenómeno fatalista se tratara, o actuando como apaga fuegos cuando las llamas ya se han llevado por delante el edificio.

No se puede ignorar que al final siempre hay alguien que paga la factura y que los efectos de la liberalización y de la desreglamentación de los mercados terminan, a la corta o a la larga, derivando en crisis financieras como la actual , cuyos efectos acaban siempre recayendo sobre los mismos : los trabajadores y los contribuyentes.

Esta actividad permisiva y especulativa se ve favorecida por los propios gobiernos , sean del signo que sean , que actúan como complices de los procesos . Como se ha demostrado en esta crisis, los efectos de la misma han sido favorecidas por la política irresponsable de los gobiernos que dejan hacer a los especuladores de turno , sean estos los bancos prestamistas, los impulsores de las hipotecas subprime /basura o los grandes tiburones que controlan los mercados financieros mundiales.

Attac viene exigiendo desde su creación el control estricto de las movimientos de capitales a nivel internacional y de las maniobras especulativas a nivel interno en los diferentes mercados locales .

Mas recientemente las exigencias de ATTAC , en su objetivo de impulsar la participación ciudadana y la democratización de las instituciones europeas, se han dirigido a cuestionar el papel de instituciones comunitarias , como es el caso del Banco Central Europeo. Esta institución fuera de todo control político y ciudadano , acumula sin embargo un gran poder, aunque solo se limite su actividad al control de la inflación o al manejo de los tipos de interés, mediante la aplicación de políticas exclusivamente monetaristas.

Algunas de las exigencias de Attac , aunque no sean reconocidas explícitamente , están siendo apoyadas incluso por personajes dentro de la órbita neoliberal y esto debería hacer reflexionar a nuestras autoridades económicas y políticas nacionales, que parecen comportarse como adalides del neoliberalismo mundial
5

Los efectos de una crisis como la americana serían devastadores para la economía española y por ello están fuera de lugar los mensajes reconfortantes , cuando no irresponsables e insolventes, que se quieran utilizar como telón de fondo preparando el marco de las campañas electorales que se nos avecinan


Principales fuentes consultadas:
- Crónicas de agencias IPS , EFE y EUROPA PRESS ;
- Artículos de las últimas semanas los diarios EL PAIS ( L. Doncel y Velázquez Gaztelu) ; EXPANSION (D. Badía y M.Roig), LA REPUBBLICA;. La Jornada (Alejandro Nadal)
-“ La bolsa .com “ de Hispavista y The Financial Times.
-“Global Economic Prospects” . World Bank e” Informe de coyuntura “de la OCDE

1 Ver Financial Times del 5 de septiembre e informes posteriores de la OCDE y el FMI.

2 De ese monto, aproximadamente 900.000 millones se encuentran en una mezcla de títulos y bonos del Tesoro. Si China decidiera desprenderse de estos títulos / bonos , el dólar sufriría una fuerte devaluación que ocasionaría un desplome de la economía estadounidense y por ende de la economía mundial . Como demuestra la evolución negativa de la paridad euro/ dólar , el dólar está dejando de funcionar cada vez más como moneda de referencia mundial, aunque esto no termine de ser reconocido explícitamente por los analistas americanos.

3 El propio presidente de la reserva Federal Alan Greespan llegó a animar a los estadounidenses a pedir más hipotecas a tipos de interés variable y otros altos ejecutivos de entidades hipotecarias defendían el proceso y calificaban como excesiva a preocupación de los mercados por las hipotecas de alto riesgo.

4 De acuerdo con la visión del Financial Times ( 25 /04 /2007) el sector inmobiliario español muestra todos los síntomas que preceden al estallido de una burbuja. Tras la subida creciente de los precios medios de la vivienda desde el año 2000 , los precios están bajando y la actividad del sector empieza a ralentizarse . También los bancos españoles han otorgado créditos sin límite a las promotoras inmobiliarias (el 24% de la totalidad de los préstamos del sector bancario pese a que sólo contribuyen un 11% a la economía nacional ), muy por encima del porcentaje otorgado en otros países como el Reino Unido ( el 13%) , que tampoco es ajeno a los excesos del sector.

5 Un personaje nada sospechoso como la canciller alemana, Angela Merkel, ha defendido en alguna ocasión llegar a un compromiso dentro del grupo del G-7 para avanzar en la transparencia financiera de los mercados y para regular la actividad desestabilizadora de los fondos especulativos . En la misma línea se han movido tanto el anterior presidente francés como el actual Nicolas Sarkozy. Mientras tanto la ministra de Vivienda, Carme Chacón, ha reiterado que la crisis financiera de EEUU no tiene nada que ver con el mercado financiero español, "uno de los más seguros del mundo", e insistió en que la situación americana no se reproducirá en España , apoyando la postura de nuestro vicepresidente económico que ha cambiado varias veces de parecer a lo largo de las últimas semanas.

domingo, septiembre 09, 2007

Nº:87 - Anatomia de una crisis financiera de alcance planetario

Anatomia de una crisis financiera de alcance planetario
Michael R. Krätke

Hace cuatro semanas el mundo todavía parecía en orden: la economía mundial y los mercados financieros estaban en apogeo. Ahora tenemos un crac bursátil a plazos que desemboca en una crisis del mercado monetario: los bancos centrales no dejan de inyectar capital a los mercados financieros. En Alemania, la Banca Regional de Sajonia está particularmente en un brete y ha tenido que ser rescatada por cajas de ahorros y otras bancas regionales con una dosis de supervivencia de 17,3 mil millones de euros. El Estado de Sajonia garantiza esta extremadamente desusada suma, que sobrepasa su presupuesto anual.
La clase política se ejercita en conjuros de buena salud, pero todos los concernidos saben que lo peor está por llegar. Como muy tarde, cuando estallan otras burbujas especulativas. Por ahora, el bello nuevo orden de los mercados financieros internacionales “liberalizados” se ve sometido a una dura prueba. El popular dogma, conforme al cual los mercados financieros –y la economía mundial— son tanto más “eficientes” y “estables”, cuanto más desregulados y liberalizados están, esa fe del carbonero, quedó en suspenso. Por doquier se escucha el clamor de imponer reglas y bridas a los agentes de los mercados financieros.
Más de 5 millones de casas está a la venta en EEUU
¿Qué ha pasado? En EEUU ha estallado una gigantesca burbuja inmobiliaria. Bajos intereses, precios inmobiliarios en constante incremento (hasta un 20% anual en los mejores emplazamientos), un mercado hipotecario en hiperbólica expansión han mantenido al trote la economía de EEUU. El boom alimentaba el consumo privado, el endeudamiento de los hogares estadounidenses subía desaforadamente hasta llegar, de media, al 120% del ingreso anual, constituido en sus tres cuartas partes por deudas hipotecarias. Los bancos hipotecarios y los fondos inmobiliarios ofrecían de barato crédito a la gente, incluso a quienes nunca habrían podido permitirse poseer casa propia. La previsible ruina de un sinnúmero de pequeños propietarios de viviendas no representaba el menor problema, siempre, claro es, que se mantuviera el boom. Los bancos y las sociedades financieras ganaron fabulosamente con ello, lo mismo que la muchedumbre de gestores inmobiliarios.
Desde hace meses crece la morosidad, y las ventas forzadas suben astronómicamente; más de 5 millones de viviendas están a la venta en EEUU. Por vez primera en diez años comienzan a bajar los precios, y se disparan los intereses. La crisis ha estallado –como no podía ser de otro modo— en el segmento subprime del mercado, entre las familias más pobres con pocos (y en términos reales, descendentes) ingresos. Más de dos millones de norteamericanos han perdido sus casa, hay más de 500 mil millones de dólares acumulados en morosidad: un tsunami de hipotecas fallidas arrasa el país.
Con la espectacular quiebra en junio pasado de dos hedge funds multimillonarios pertenecientes al quinto mayor banco estadounidense de inversiones –Bear Stearns— se perdieron, por lo pronto, 1.600 millones de dólares. Además, las acciones de Bear Stearns se desplomaron, los mismo que las de muchos otros fondos de inversiones, bancos y aseguradoras: más de 200 mil millones de dólares se perdieron de la noche a la mañana. Wall Street se estremeció, y el resto de los mercados de valores del mundo reaccionaron de inmediato. Pues el colapso de los dos fondos hedge era una señal de alarma para todos los iniciados. Los bolsistas reaccionaron pánica pero lógicamente: pues los créditos morosos se hallan por doquier, y son bombas de tiempo colocadas, no sólo en el sistema financiero estadounidense, sino distribuidas por el mundo entero. Porque la burbuja inmobiliaria sólo podía crecer en la medida en que los financieros siguieran creyendo en la posibilidad de poner a la venta en cualquier momento hasta los peores y más arriesgados créditos hipotecarios. Esos créditos, lo mismo que todos los demás tipos de deuda, así como los pagos futuros de intereses y las amortizaciones a futuro, se han transformado en mercancías comerciables. De manera que hasta los créditos flojos y aun tambaleantes servían de base a una vertiginosamente expandida sobrestructura de derivados crediticios en manos de especuladores profesionales. Créditos hipotecarios y de otros tipos fueron empaquetados en masa y usados como garantía para nuevos títulos: los bancos hipotecarios vendían esos títulos respaldados por hipotecas (mortgage backed securities) traspasando así su riesgo crediticio a otros, a bancos, fondos de inversiones y aseguradoras. Éstos no se preocupaban de la calidad de la deuda hipotecaria originaria, porque también ellos pretendían vender a su vez esos títulos.
Mientras se mantiene un boom inmobiliario, esos títulos son lucrativas inversiones monetarias, los hedge funds se los disputan, la securitization de todo tipo de deudas y la emisión de esos títulos hipotecariamente respaldados se convierte en una rama en auge, a la que se abalanzan fondos especiales. El comercio a escala planetaria con esos derivados se da al margen de las bolsas, la concurrencia entre los grandes hedge funds dispara sus precios, de manera que, sobre la burbuja inmobiliaria, se forma una nube de ulteriores burbujas de derivados.
¿Qué ocurre, empero, cuando todos los créditos que se hallan en la base fallan en masa? Entonces se hace imperiosamente claro para los concernidos que están cabalgando sobre una ola de valores ficticios generada por ellos mismos. Puesto que las garantías no lo son de nada, se desvanece el valor de los títulos garantizados, los bancos quieren la devolución de los dineros prestados a corto plazo, los hedge funds no pueden seguir vendiendo sus títulos y entran en bancarrota. Con lo que también aquellos bancos, aseguradoras y fondos de inversiones que financiaron la especulación con esos derivados se ven en muy serios aprietos. Puesto que esos derivados fueron comercializados a escala planetaria, se ven también súbitamente en dificultades bancos que jamás financiaron una hipoteca en EEUU. Pero participaron –como la IKB, como la Westdeutsche y el Banco Regional de Sajonia y muchos otros— en hedge funds, cuando no crearon los propios, que especulaban con tales derivados crediticios. Sus pérdidas repercutieron a través de las cotizaciones de los mercados de valores; en todo el mundo, los valores financieros se desplomaron, y, esperando una ola de quiebras, los inversores huyeron en masa. También los bancos que juegan en primera división, y que nada tienen que ver con la especulación inmobiliaria, se ven ahora en aprietos.
Las economías exportadoras china y alemana y el fin de los mercados estadounidenses
Caídos los primeros bancos, como en EEUU, o penosamente rescatados, como en Alemania, comienza el siguiente acto del drama: la crisis del mercado monetario. Puesto que los bancos saben que todos los demás están empantanados, pero no con qué profundidad, ponen límites severos al préstamo interbancario, exigiendo muy elevados intereses para créditos a corto plazo. En otras palabras: el sector más estable de los mercados financieros, el tráfico crediticio interbancario, se contrae súbitamente. Sólo los bancos centrales pueden entonces intervenir como lender of last resort –como prestamistas últimos—, lo que han hecho masivamente durante días.
El Banco Central Europeo (BCE) inyectó más de 200 mil millones de euros para créditos a corto plazo en el mercado monetario, la FED estadounidense abrió la espita crediticia menos generosamente, pero bajo claramente los intereses y alargó el plazo de los créditos a corto plazo. En todo el mundo se ha seguido el ejemplo. Aun si con eso pareciera al pronto superada la crisis del mercado monetario, lo cierto es que la crisis financiera mundial no ha hecho sino comenzar.
Para cubrir pérdidas, los hedge funds y los bancos venden los títulos que aún conservan algo de valor; títulos petrolíferos o títulos de metales. No tardan entonces en caer el precio del petróleo y los precios de los metales por doquier. Muchos inversores conservadores del mundo entero huyen buscando refugio en títulos seguros, es decir, en bonos estatales. Simultáneamente, se interrumpe la ola de fusiones y tomas de control empresariales –que en lo que va 2007 se elevaba ya, en el conjunto del planeta, a más de 3 billones de dólares—, puesto que los bancos restringen drásticamente sus condiciones crediticias. Puesto que ahora resulta arriesgado y muy caro conducir con la marcha larga del crédito, muchos megadeals previstos o ya en marcha, cuando no rotos, aplazados; los bancos experimentan enormes dificultades a la hora de seguir suministrando créditos multimillonarios ya concedidos. Las operaciones en los mercados de valores se aplazan, el mercado de nuevas emisiones se viene abajo, el segundo motor del rallye bolsístico entra en tremolina, adiós a las acciones en alza.
El final del túnel dista aún por mucho de estar a la vista. Los mercados de valores señalan actualmente el descenso de las cotizaciones más abrupto desde hace años. Bancos y hedge funds en el mundo entero siguen quitándose de encima derivados crediticios preñados de riesgo que habían financiado con dinero japonés barato; los créditos tienen que ser devueltos en yenes, al pronto se dispara hacia arriba el cambio del yen y se hunden las cotizaciones en Tokio. Vendrá ahora la crisis del dólar, y con ella, la crisis del comercio mundial, así que a las economías exportadoras china y alemanas se les acaben los mercados estadounidenses.

Michael Krätke estudió economía y ciencia política en Berlín y en París. Actualmente es profesor de ciencia política y de economía en varias universidades alemanas y en el extranjero, desde 1981 principalmente en Amsterdam. Coeditor de la revista alemana SPW (Revista de política socialista y economía) y de la nueva edición crítica de las Obras Completas de Marx y Engels (Marx-Engels Gesamtausgabe, nueva MEGA). Investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social en Amsterdam. Autor de numerosos libros sobre economía política internacional.

sábado, septiembre 01, 2007

Nº:86 - Los recursos que fluyen de los pobres a los ricos

Los recursos que fluyen de los pobres a los ricos
Sony Kapoor [1]

En general se piensa que los países ricos transfieren cantidades sustanciales de recursos a los países pobres. Si bien mucha gente – incluso los millones de personas que el año pasado fueron parte de la movilización denominada Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza (GCAP por sus siglas en inglés o Banda Blanca) – cree que los países ricos no están haciendo lo suficiente, pocos se cuestionan la verdad de la afirmación de que los países ricos están realmente ayudando a los pobres. ¡Deberían hacerlo!
Cada año se vuelcan miles de millones de dólares, una superabundancia de volúmenes de ayuda, de los países pobres a los ricos. Este dinero se vuelca adoptando la forma de pago de la deuda, transferencias del sector privado y – aún más importante – a través de las vías del comercio y la fuga de capitales. Estos egresos socavan la movilización de los recursos nacionales, rebajan la inversión local, debilitan el crecimiento y desestabilizan a los países haciéndolos más dependientes del ingreso de recursos externos inciertos.
Además, los ingresos, bajo la forma de ayuda, préstamos nuevos y corrientes de capital privado, vienen con condicionamientos adjuntos en forma de mandatos y restricciones en torno a los tipos de políticas que los países en desarrollo pueden aplicar. Esas limitaciones al espacio político socava el ejercicio de la democracia, son un obstáculo para la aplicación de políticas auténticamente nacionales y debilitan los esfuerzos por reducir la pobreza y lograr el desarrollo sustentable.
Es imperioso volver a evaluar todos los canales de transferencias de recursos entre los países ricos y pobres y adoptar medidas inmediatas para asegurar un incremento de los ingresos a los países pobres y una reducción de sus egresos.
Esto aumentará de manera sustancial la disponibilidad de recursos (especialmente nacionales) y permitirá que haya espacio político nacional para aplicar las políticas que coadyuven a la eliminación de la pobreza y el logro de un desarrollo sustentable.
Las corrientes de ayuda son insuficientes y de mala calidad. Esto puede resolverse logrando que la ayuda sea más previsible, liberándola de las restricciones políticas y los contratos con las empresas de los países donantes y controlando la recaudación de los impuestos internacionales, como en el caso del impuesto a los pasajes aéreos y los impuestos a las transacciones de divisas, para lograr las cantidades de fondos necesarias.
Tanto como una cuarta parte de la deuda que recae sobre los países pobres es execrable o ilegítima por su origen, en la medida que se ofreció conscientemente a dictadores o a otros regímenes ilegítimos, como el régimen del apartheid en Sudáfrica. Gran parte de ese dinero fue desviado y nunca se volcó en el país en cuyo nombre se pidió el préstamo.
En los últimos veinte años, los países en desarrollo pagaron más dinero bajo la forma de intereses, reembolsos, sanciones y multas por deudas viejas, de lo que recibieron bajo la forma de préstamos nuevos. A pesar de que casi todos los países pobres han pagado más de lo que pidieron prestado, sus deudas continúan aumentando y desviando sus recursos de los gastos cruciales en salud y educación.
Una cancelación inmediata de todas las deudas “odiosas”, ilegítimas e impagables, acompañada de una moratoria y el establecimiento de un proceso de arbitraje justo y transparente para el saldo de las deudas pendientes, así como la adopción de directrices transparentes y claras para los préstamos nuevos, ayudaría a revertir esta fuga de recursos que se produce a través del canal de la deuda.
Las corrientes privadas que adoptan la forma de inversiones extranjeras directas e inversiones de cartera y que se supone contribuyen a la transferencia de tecnología, la creación de puestos de trabajo, la estimulación de la economía local y el incremento del ingreso fiscal, en gran medida no cumplen esa función. Hasta no hace más de trece años atrás, las salidas en forma de ganancias y el desmonte de antiguas inversiones superaron los ingresos por concepto de inversiones nuevas. Muy probablemente esto mismo es lo que ocurrirá en un futuro cercano.
Las inversiones, especialmente en el África Subsahariana, generan ingresos de hasta un 30% anual, de manera que los países se ven forzados a tratar de atraer inversiones cada vez mayores para mantener un saldo positivo de las entradas de recursos. Esto restringe severamente el espacio político en la medida que los países reducen las tasas fiscales, otorgan exenciones impositivas e introducen políticas tales como la liberalización financiera, que priorizan los intereses de los inversionistas extranjeros por encima de los objetivos de desarrollo nacionales y alientan la fuga de capitales a través de canales legales e ilegales del sistema bancario.
La creciente amenaza de inestabilidad financiera que surge como resultado de esas políticas ha implicado que los países en desarrollo tengan que acumular una cifra que trepa a USD 2 billones por concepto de reserva de divisas, para protegerse de la crisis financiera. Dicha acumulación, que en su mayoría se invierte en bonos de países ricos a tasas de interés muy bajas, se produce a expensas de la inversión vinculada al desarrollo, cuya ganancia social es mucho mayor.
Más de la mitad del comercio de los países en desarrollo está controlada por empresas multinacionales que pueden manipular los precios de las transacciones comerciales y financieras con sus filiales en paraísos fiscales y en otros países, sacando así miles de millones de dólares de los países pobres.
Considerado en su conjunto, este drenaje cuesta a los países en desarrollo más de USD 500.000 millones por concepto de egresos exentos de impuestos, lo cual socava por completo el impacto de la ayuda y de otros ingresos de recursos e impide a estos países transitar un camino de desarrollo sustentable.
Para tapar ese drenaje es imperioso controlar y revertir la liberalización de la cuenta de capital y reinstaurar requisitos de desempeño nacional así como restricciones a la inversión extranjera en materia de repatriación de ganancias. Otras medidas tales como la eliminación del secreto bancario, la eliminación de los paraísos fiscales y una acción enérgica contra las instituciones financieras, las firmas contables y jurídicas y las empresas multinacionales que facilitan la evasión de esos recursos, también ayudarían a contener el drenaje.
Más de la mitad de la riqueza de África y América Latina está localizada ahora en el exterior, en gran medida en paraísos fiscales y centros financieros tales como Londres y Nueva York. La identificación y repatriación de esos activos – que en su gran mayoría fueron adquiridos o transferidos ilegalmente – así como la reversión de la fuga de capitales, movilizará recursos nacionales, abrirá espacios políticos y permitirá a los países en desarrollo desarrollarse de manera sustentable.

El escenario


… desafiando toda lógica y necesidad económica, hace ya varios años que se viene dando la transferencia neta de recursos y capital del mundo en desarrollo pobre y escaso de capital, hacia el mundo desarrollado rico y con excedente de capital. El dinero, en lugar de volcarse a inversiones productivas en los países en desarrollo con un alto potencial de ganancias, se ha destinado a alimentar la explosión de precios inmobiliarios y accionarios en países ricos tales como el Reino Unido y los Estados Unidos…
A pesar de que en 2005 los temas de desarrollo recibieron una atención sin precedentes por parte de los medios de difusión, fueron objeto de fuertes movilizaciones populares y adquirieron perfil político, poco se logró en cuanto a disponer de la escala de recursos necesarios para alcanzar siquiera los modestos Objetivos de Desarrollo del Milenio, menos aún financiar un desarrollo sustentable. El acuerdo sobre la cancelación de la deuda y las promesas de aumento de la ayuda ofrecen apenas una fracción de los recursos que se necesitan ante un déficit de financiamiento que crece día a día.
La atención puesta en la tríada conformada por la deuda, la ayuda y el comercio fue demasiado restringida; el debate sobre el desarrollo se ha enfocado exclusivamente en tratar de aumentar las entradas a los países en desarrollo, poniendo escasa atención – o ninguna – en el creciente egreso de dinero y recursos desde los países en desarrollo. A pesar de una movilización sin precedentes de grupos de la sociedad civil y un debate amplio de la deuda, la ayuda y el comercio, al más alto nivel político, pocos fueron los avances tangibles logrados en términos de la salida neta de recursos.
Uno de los fenómenos más perturbadores de las últimas décadas ha sido la persistente y creciente transferencia de recursos desde los países en desarrollo pobres hacia el exterior[2]. Esto ha adoptado numerosas formas, tanto legales como ilegales, algunas de las cuales se discuten a continuación.
Esto ha tenido consecuencias negativas graves para las necesidades de desarrollo y humanitarias de esos países, donde como consecuencia de la salida neta de los recursos nacionales – de por sí escasos – se quedan con menos recursos para atender las necesidades nacionales en materia de desarrollo y de intervenciones vitales de carácter humanitario, como es el caso de la prestación de servicios básicos de asistencia médica.
Ocasionalmente se ha hablado con hipocresía de la importancia de la Movilización de los Recursos Nacionales, pero eso se ha limitado a aumentar el grado de recursos nacionales a través de herramientas nuevas, excluyendo una consideración más importante que es la de “retener” los recursos movilizados a escala nacional. Esto implica que los recursos nacionales continúan propensos al “drenaje”.


Las entradas se estancaron – las salidas aumentan

Al mismo tiempo que se estancó el incremento de las entradas, aumentaron las salidas de los países en desarrollo más pobres, bajo la forma de pago del servicio de la deuda, creación de reservas de divisas, déficit comerciales, remesa de ganancias y – lo más importante – fuga de capitales.
Esto ha restringido severamente el margen de maniobra dentro de varios países. La “sangría” de la recaudación gubernamental debido al aumento de la competencia en materia de impuestos, la evasión fiscal y la caída de aranceles sobre las importaciones, ha exacerbado aún más la situación, restringiendo la disponibilidad de recursos para invertir en atención básica de la salud, educación e infraestructura. También ha provocado un aumento de la dependencia de la ayuda.
La atención puesta en las entradas, no en las salidas
No obstante, hasta ahora las políticas de desarrollo han centrado su atención en el incremento de la ayuda, el aumento de la inversión extranjera directa, la canalización de las remesas y otras consideraciones por el estilo. La discusión sobre el comercio, que también se considera un mecanismo de distribución de los recursos, se centra casi exclusivamente en el aumento de las exportaciones de los países en desarrollo. La cancelación de la deuda, que comienza a abordar la cuestión de reducir las salidas de los recursos, se discute dentro de parámetros muy limitados, que aún bajo los escenarios más optimistas tendría escaso impacto sobre la dirección de las corrientes de recursos netos.

La ayuda para el desarrollo


La ayuda real, el dinero de la ayuda que está disponible realmente para financiar el desarrollo de los países más pobres, asciende solamente a alrededor de USD 30.000 millones por año o tan solo un 40% del volumen total de ayuda. Los costos administrativos, la ayuda técnica, la contabilización de la mitigación de la deuda, la vinculación de la ayuda con las compras al país donante y la ayuda a países menos necesitados pero con importancia estratégica por su ubicación geográfica, son algunas de las razones por las que más del 60% del volumen actual de ayuda no está disponible como dinero que pueda destinarse a satisfacer necesidades de desarrollo reales y urgentes, como el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Esto existe dentro de un contexto más amplio de volúmenes de ayuda insuficientes, que a pesar de las promesas actualmente están apenas en un 0,3% del Ingreso Nacional Bruto de los países donantes.
Aún así, hay una nueva discusión sobre “fuentes innovadoras de financiamiento”, como, entre otras, el impuesto a los pasajes aéreos y los impuestos a las transacciones de divisas y a otros tipos de transacciones financieras. Esto ofrece una vía promisoria para mejorar la calidad y cantidad de la ayuda[3].


La deuda

La deuda, que tiene un enorme potencial como fuente de fondos para financiar el desarrollo, ha terminado siendo una vía para que salgan importantes cantidades de recursos de los países más pobres. Por ejemplo, los países de bajos ingresos, que recibieron donaciones de aproximadamente USD 27.000 millones en 2003, pagaron casi USD 35.000 millones por concepto de servicio de la deuda. El África Subsahariana ha visto aumentar el volumen de su deuda en USD 220.000 millones a pesar de que pagó USD 296.000 millones, de los USD 320.000 millones que pidió prestado desde 1970.
De hecho, desde 1984, las transferencias netas hacia los países en desarrollo canalizadas a través de la deuda (el neto de ingresos como préstamos nuevos y de egresos bajo la forma de pago del servicio de la deuda) han sido negativas todos los años, salvo tres. De manera que la deuda, en lugar de brindar una fuente de financiación para el desarrollo se ha convertido en una fuente importante de drenaje de los escasos recursos de los países en desarrollo.
Lo que empeora la situación es que, en primer lugar, una proporción importante de la deuda pendiente nunca ingresó al país deudor. El dinero prestado a los dictadores y regímenes corruptos tales como el de Mobuto de Congo, Abacha de Nigeria y Suharto de Indonesia, fue guardado en el exterior para enriquecer personalmente a los dictadores. Otra parte importante de la deuda fue utilizada para financiar proyectos en lugares donde había sospechas de corrupción y no se cumplieron los requisitos de la diligencia debida.
La central nuclear de Bataan, en Filipinas, que nunca generó electricidad porque fue construida sobre una falla sísmica, es uno de esos ejemplos. Sin embargo, el gobierno de Filipinas todavía está reembolsando la deuda contraída para construir esa central. Incluso países pobres como Zambia y Nigeria continúan destinando una cuarta parte de su presupuesto para pagar el servicio de la deuda, mucho más de lo que destinan a salud y educación juntas.
Si bien la cancelación de la deuda ha estado durante un tiempo en la agenda, las cantidades que se están considerando son pequeñas en comparación con la escala del problema y se financian con presupuestos para la ayuda, que ya son bastante magros.
No obstante, la reciente iniciativa del gobierno Noruego acerca del tema de la “deuda odiosa” e ilegítima, brinda una posibilidad promisoria de abordar finalmente las cuestiones reales que están por detrás de la crisis de la deuda, de una manera abierta, honesta y efectiva. Tiene el potencial de “hacer borrón y cuenta nueva” finalmente, para los países que han estado sufriendo bajo la carga de una deuda injusta e impagable, y permitirles un comienzo nuevo. A los países e instituciones acreedoras les ofrece la posibilidad de aprender de sus errores del pasado.
También hay esperanzas de que los recientes acuerdos de Argentina con acreedores privados de la deuda de ese país, de Nigeria con acreedores bilaterales y de los Países Pobres Muy Endeudados con acreedores multilaterales, finalmente abran el camino a un debate serio sobre un tratamiento sistémico de los problemas de la deuda con el establecimiento de un Proceso de Arbitraje Justo y Transparente, preferentemente bajo la égida de las Naciones Unidas.


Inversión Extranjera Directa

La realidad de la Inversión Extranjera Directa (IED), que en los últimos años se ha convertido en la mayor fuente de entrada de fondos a los países en desarrollo, también es preocupante. A pesar de que en teoría la IED puede contribuir significativamente al desarrollo, en los hechos ha hecho muy poco para merecer la atención que ha concitado en estos últimos tiempos, en que numerosas autoridades la han considerado en forma creciente como el vínculo más importante del proceso de desarrollo.
Si bien desde 1992 se ha considerado a la IED como la mayor fuente de entradas a los países en desarrollo, ha estado muy concentrada. Un pequeño grupo de países, tales como China, India, Brasil y México, representan el grueso de los recientes incrementos de IED. Los países del África subsahariana, muy necesitados de capital, obtienen muy poca IED. Además, cuando una empresa extranjera adquiere una operación nacional en curso se utilizan crecientes cantidades de IED para fusiones y adquisiciones (que no contribuyen directamente a aumentar la capacidad productiva o a proporcionar transferencia de tecnología).
Las entradas de IED están acompañadas de grandes salidas bajo la forma de repatriación de ganancias. Para el África subsahariana, por ejemplo, aparte de un periodo de diez años desde 1994 a 2003, las entradas de fondos a través de nuevas IED fueron superadas o igualadas por la salida de fondos como remesas de ganancias sobre la IED existente. Cuando en un país crece el volumen de IED, también crece el potencial de la futura repatriación de ganancias. En el África Subsahariana, la tasa promedio de beneficios a partir de la IED es entre 24% y 30%, lo que muestra que el margen para que exista un incremento de las futuras salidas es muy grande. Para numerosos países pobres, la IED continúa siendo una vía de salida neta de recursos.
Las preocupaciones señaladas anteriormente se ven exacerbadas porque hay fuertes evidencias para creer que tanto los volúmenes de IED como las remesas de ganancias declarados están por debajo de sus números reales, y tal vez lleguen a ser el doble o el triple de las cifras informadas.
Uno de los beneficios mayores de la IED esgrimido con frecuencia es que las ganancias generadas aumentarán la recaudación fiscal del gobierno. Sin embargo, con el gran aumento de la competencia fiscal y un crecimiento exponencial de las inversiones de enclave (entre otras las zonas francas, o de promoción de las exportaciones) este beneficio prácticamente ha desaparecido. Honduras, por ejemplo, ofrece exenciones impositivas permanentes y cada vez es más común que se concedan franquicias impositivas de hasta 20 años. Esto ha estado acompañado de una tendencia general y acelerada a la baja en las tasas de los impuestos aplicados a las empresas y en algunos sistemas de promoción de las exportaciones las tasas efectivas de las contribuciones ¡han caído por debajo de cero!
La situación de por sí grave se ha combinado con la creciente tendencia a la evasión fiscal por parte de las empresas multinacionales que actúan en los países en desarrollo, y el sector extractivo es sin duda el mayor culpable. Algunas de las herramientas utilizadas para esto son:
utilizar precios inadecuados para valorar las transacciones comerciales entre filiales de tal manera de maximizar las ganancias en una jurisdicción donde los impuestos son bajos,
utilizar transacciones financieras entre empresas o entre matriz y filiales, tales como préstamos de la casa matriz a la subsidiaria a tasas de interés exageradas para sacar las ganancias del país receptor,
utilizar valores exagerados para bienes intangibles, tales como buena fe o patentes y regalías como forma de que figuren menos ganancias que las reales, y
toda una serie de otras prácticas por el estilo, como por ejemplo realizar una facturación falsa de la calidad y/o cantidad de importaciones y exportaciones
La atención puesta en general en la IED, los generosos incentivos ofrecidos y las estrategias de las multinacionales para evitar impuestos y blanquear las ganancias socavan el sector privado nacional colocándolo en desventaja competitiva frente a multinacionales fuertes con mayor capacidad financiera. Esta competencia desleal conspira contra el desarrollo a largo plazo de los países pobres.
Sobretodo, la IED no ha cumplido la promesa de generación sustancial de empleo, integración con la economía nacional y transferencia de tecnología. Mientras que los costos de la IED han sido muy reales, los beneficios no se han visto. Por lo tanto, es necesario repensar la atención puesta actualmente en la IED como herramienta central del desarrollo, y que los países en desarrollo y desarrollados tomen medidas de control del daño para minimizar los efectos perniciosos y tengan un análisis costo-beneficio más crítico para las inversiones futuras en los países en desarrollo.

Comercio


Los vínculos entre comercio y movilización de los recursos son complejos. No hay duda de que el comercio tiene la capacidad de tener un impacto positivo importante en el desarrollo. Sin embargo, al mismo tiempo es probable que el potencial del régimen comercial actual para generar recursos para invertir en el desarrollo esté exagerado. Lo que es pertinente para un país desde la perspectiva de la generación de recursos externos es el exceso de exportaciones sobre las importaciones o el excedente comercial. Cuanto mayor sea el excedente comercial, mayores serán los recursos que genere la vía del comercio para el desarrollo.
Presionados por la Organización Mundial del Comercio (OMC), las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) y los países ricos, los países en desarrollo se han visto forzados a bajar sus aranceles sobre las importaciones y liberalizar el comercio. Si bien esto ha aumentado las importaciones (incluso las de los artículos no esenciales y suntuarios), no ha ocurrido lo mismo con las exportaciones. Las subvenciones y el proteccionismo continuado de los países ricos, especialmente en el sector agrícola (y textil), en el cual los países en desarrollo tienen una ventaja competitiva, también han contribuido de manera significativa a la reducción de las exportaciones provenientes de los países en desarrollo.
Numerosos países en desarrollo, especialmente de la región del África Subsahariana y de América Latina, sufren permanentes déficit comerciales en los cuales se ven obligados a pedir prestado (o utilizar dinero de la ayuda o tratar de atraer IED para generar escasas divisas) para pagar el exceso de importaciones con respecto a las exportaciones. Esto significa que el comercio, en lugar de impulsar los recursos disponibles para la inversión nacional, también ha actuado como fuente de drenaje de los escasos recursos nacionales. Incluso en los países en desarrollo que tienen superávit comercial (salvo los principales exportadores de petróleo), el excedente comercial rara vez ha representado más de uno o 2 puntos porcentuales de INB, que si bien es importante no es enorme y puede contribuir al desarrollo solamente si actúa en conjunto con otras fuentes de fondos.
Más del 60% del comercio internacional es ahora comercio entre las diversas filiales de las empresas multinacionales. Una gran parte de esto pasa por los paraísos fiscales, que se caracterizan por el secreto bancario y la aplicación de niveles impositivos bajos o cero para las empresas extranjeras. Esto significa que las empresas tienen enormes oportunidades para sacar sus ganancias de los países en desarrollo y colocarlas en estas jurisdicciones de impuestos bajos. La forma más fácil de hacer esto y la que más se utiliza es a través de la práctica de facturación falsa y de transferencia de precios alterados, donde las empresas fijan los precios de las exportaciones por debajo de su valor y los de las importaciones por encima, de manera que las ganancias se declaran en los paraísos fiscales y en otras jurisdicciones que no son de países en desarrollo. Esto implica que las ganancias declaradas en los países en desarrollo están muy por debajo de lo que son en realidad. Las empresas tanto nacionales como internacionales sacan anualmente de los países en desarrollo entre USD 200.000 millones y USD 350.000 millones con éste y otros mecanismos por el estilo.
Las discusiones sobre el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) para la liberalización del comercio de servicios, tiene el potencial de exacerbar este problema de la fuga de capitales. Los servicios son intangibles, a diferencia de los bienes, y son más personalizados en comparación con los bienes, que son más genéricos, y las posibilidades de realizar sub-declaraciones en materia de servicios es mucho mayor ya que es más difícil de detectarlas debido a su naturaleza móvil. Todo esto hace que la fuga de capitales a través de la facturación falsa de servicios sea más fácil y por lo tanto es un problema potencialmente mucho mayor que la fuga de capitales a través de la facturación falsa de bienes. Esto significa que es necesario salirse de la tendencia actual de liberalización de los servicios para poder rehacer el análisis costo-beneficio para los países en desarrollo de manera que se incluya la fuga de capitales en los análisis.
De ahí que, si bien el comercio puede incrementar sustancialmente la eficiencia de una economía y aportarle numerosas ventajas, su potencial como fuente de fondos para el desarrollo está quizás exagerado y no se registran debidamente los costos potenciales que ocurren con la fuga de recursos debido a la fijación de precios por debajo del valor verdadero. Es imperioso tener una discusión equilibrada sobre las cuestiones comerciales, que refleje exhaustivamente todos los beneficios así como los costos – especialmente para los países en desarrollo.

La fuga de capitales

Por cada dólar de ayuda que ingresa a los países en desarrollo, salen diez dólares como fuga de capitales. Sin embargo, este es un aspecto que por lo regular no es tomado en cuenta en las discusiones sobre el desarrollo. Se ha estimado que los países en desarrollo pierden más de USD 500.000 millones cada año por concepto de egresos ilegales que no son declarados a las autoridades y sobre los cuales no se pagan impuestos.
La vía principal para la fuga de capitales es el comercio, en el cual la fijación del precio de las transacciones por debajo de su valor real, la utilización de transacciones fraudulentas y la transferencia de precios por debajo del valor real entre filiales de la misma compañía, sumadas a la ayuda de los paraísos fiscales y del secreto bancario, socavan por completo la capacidad fiscal de los gobiernos de los países en desarrollo así como su capacidad de movilizar recursos nacionales.
Los individuos acaudalados y otras elites nacionales se aprovechan del aparato institucional del secreto, la banca privada y los paraísos fiscales, para sacar miles de millones de dólares de los países en desarrollo pobres, privando a sus conciudadanos de la atención de las necesidades más básicas como la atención de la salud.
Las multinacionales occidentales, las instituciones financieras, las firmas contables, los centros jurídicos y financieros, todos han sido cómplices de perpetrar, facilitar y solicitar activamente esta fuga de capitales. A menos que esto se detenga no podrán lograrse avances reales en materia de desarrollo sustentable.
Si queremos avanzar por el camino del desarrollo, es fundamental primero saber bien lo que ocurre y comenzar un debate honesto sobre las finanzas para el desarrollo. No es posible tener ese debate leal, menos aún aplicar políticas correctivas, si no denunciamos el mito de los aportes actuales para el desarrollo y aunemos nuestras manos para tapar los drenajes del sistema.


[1] Asesor Principal de Política y Economía. Consultor internacional de finanzas, desarrollo y medio ambiente. Este documento se basa en Kappor, S. (2006). “Learning the Lessons - Reorienting Development. Which Way Forward for Norwegian Development Policy”.

[2] Ver en este Informe el recuadro de Iara Pietrikovsky “América Latina: deuda, inversiones, fuga de capitales”.

[3] Ver en este Informe el capítulo temático de John Foster “Las fuentes innovadoras: más allá del tabú” y de Peter Wahl “Impuestos internacionales: llegó la hora”.