viernes, marzo 28, 2008

Nº:116 - La actual crisis justifica, más que nunca, repensar el modelo económico

Entrevista de Cita Morote a Ignacio Ramonet

Ignacio Ramonet (Pontevedra, 1943) es una voz visible del movimiento altermundialista, que lucha pacíficamente por hacer que otro mundo sea posible. Profesor en la Sorbona, director de 'Le monde diplomatique' y miembro de Attac, asociación que propone grabar las transacciones financieras con la Tasa Tobin, estuvo en el II Seminario Atlántico de Pensamiento, organizado por La Caja.

En el II Seminario Atlántico de Pensamiento el periodista Antonio González planteó su intervención bajo el epígrafe Qué soluciones para un mundo desigual. Una pregunta con respuesta compleja...
- No tenemos soluciones mágicas, porque el mundo está bien complicado, sobre todo en este momento en el que, probablemente, estemos entrando en una crisis de nuevo tipo, la crisis financiera. Cada día crece la desconfianza sobre el sistema financiero, que es el alfa y el omega de todo. Lo que llamamos globalización es en realidad un mecanismo financiero, tiene consecuencias en sectores industriales y en la vida cotidiana, pero globalmente es un mecanismo financiero, que está dando muestras de estar averiado. Esto confirma las críticas que venimos haciendo desde el movimiento altermundialista sobre el carácter irracional del sistema financiero. En algún momento algo va a terminar por quebrar, con las consecuencias que esto puede traer. Ya lo estamos viendo, por ejemplo, en España, con la crisis del ladrillo, que, directamente, está ligada a este asunto. Hemos pasado de un sistema en el que había mucho capital, en el que prácticamente se regalaba a tasas de interés muy reducidas, en el que los bancos incitaban a comprar y endeudarse, a una situación en la que no hay crédito y no se presta a nadie. Eso para las familias es grave, pero sobre todo, lo es para las empresas, que no pueden invertir y tienen que vender. Hay grandes grupos que están endeudados, porque todas estas fusiones se han hecho a base de endeudamiento y que ahora no se puede pagar. En este momento no sabemos cuáles son los sectores bancarios que van a estar en dificultad. Pasamos desde los bancos a los seguros y, ahora, a los fondos, que antes eran garantías y empiezan a estar en crisis. Esto demuestra que la crítica que se hacía sobre la globalización, que no se puede apostar todo por el movimiento financiero, sigue estando fundamentada. En este punto, además, hay que plantearse quién asume el crecimiento. Estados Unidos que es la locomotora de la economía mundial va a disminuir su velocidad o a entrar en recesión y el problema es quién asume el papel de locomotora. Europa muy poco, porque también va a decrecer.

- Como no sean los chinos.
- Sí, toda la esperanza está ahora en que China, India, Corea del Sur asuman esta función. El problema es que con la globalización todas las economías están interrelacionadas. Si Estados Unidos deja de importar productos chinos, su economía también va a sufrir. Por eso, creo que hoy más que nunca se necesita repensar en el modelo económico que hemos establecido. Nosotros habíamos propuesto toda una serie de soluciones. La más conocida de ellas es la Tasa Tobin, y hoy vemos que es algo necesario, indispensable, a pesar de que hay movimientos de crecimiento, por ejemplo, en América Latina o África, donde la situación no es tan desesperada como hace quince años, gracias al valor de las materias primas. Hoy, las materias primas, el cobre, el manganeso, el níquel tienen mucho valor, por eso países como Chile, como Perú, como algunos países africanos están en una fase de desarrollo, aunque con más o menos justicia distributiva. Hay países que han hecho de la justicia distributiva una prioridad, como Venezuela, Bolivia o Ecuador, que son muy criticados porque intentan plantear el problema de la soberanía económica. Más allá de eso, hemos visto cómo se han recuperado Argentina, Brasil, Rusia... Y los han hecho con base en la exportación de su sector primario, no con base en la especulación. Precisamente, la Tasa Tobin sigue siendo una prioridad porque permite reducir la especulación financiera. Muchos operadores financieros usaban herramientas de las que desconocían su traducción en la economía real y han dado créditos a familias que no eran solventes. Luego estos créditos, como eran muy peligrosos, empezaron a venderse en forma de títulos de deuda, que se han lanzado al mercado como un virus. Se estima que el volumen de estos créditos basura era de 200.000 millones de dólares, pero ahora se piensa que ha sido de entre 500.000 y 600.000 millones de dólares. De ahí que algo como la Tasa, en su filosofía de reducir la especulación, sea una herramienta necesaria.

- En su artículo Nuevo capitalismo habla de que la ética del sistema se ha perdido totalmente, habla de los 'fondos buitre', de una vuelta de tuerca a la globalización. ¿Estas empresas que concentran y compran otras empresas para luego desmembrarlas y venderlas serán las nuevas dueñas del mundo?
- Es posible. Estos fondos buitres son la punta de lanza de la globalización tal como lo conocemos en su inmoralidad. Son fondos que se constituyen en base de créditos de los bancos. Nadie arriesga nada. Se piden fondos a los bancos por un periodo limitado, se compran empresas, se dividen en fragmentos, se venden los fragmentos poco rentables, con eso se paga el capital prestado, se conservan los sectores rentables, que se gestionan mediante un sistema de explotación de los trabajadores, se hacen más rentables y cuando lo son, al cabo de tres o cuatro años, se venden por el doble de lo que costaron. Las víctimas son los trabajadores, porque eso significa una reducción drástica de las plantillas, y la producción de cien unidades con la mitad de trabajadores que antes. Evidentemente hay una inmoralidad flagrante. Un sistema que funciona así, al cabo de un tiempo, no se sostendrá. Esta crisis, en cierta medida, es salubre, porque significa que el cuerpo económico general ya no puede soportar tanto virus.

- ¿En qué medida el movimiento altermundialista puede poner cordura real a todo esto?
- El juicio que dice que el capitalismo tiene recursos para sobrepasar cualquier crisis es cierto. Tiene una capacidad de adaptación y una energía regenerativa muy espectacular. Eso nos debe llevar a cierta prudencia. Por eso, en el movimiento altermundialista nadie dice que vamos a asfixiar el capitalismo en seis meses. Eso se podía soñar en el siglo XIX, cuando era un capitalismo industrial relativamente sencillo y los patrones estaban identificados. Hoy no hay identificación, es un sistema. Pero no hay duda de que este movimiento ha hecho tomar conciencia de los peligros. Ha demostrado que el capitalismo no es algo tan abstracto que no se pueda entender. En este momento la gente se está despertando y el movimiento ha contribuido a esto. Nunca ha sido tan pertinente la crítica altermundialista como en este momento. Sabemos que aún no existen los elementos que permitirían construir un nuevo sistema más justo, pero sí conocemos los defectos del sistema actual. El movimiento altermundialista ha funcionado constantemente con una doble pulsión, uno de crítica y uno de proposición. No una crítica sistemática, ni tampoco una arrogancia en la proposición. Son pequeñas propuestas que van aportando soluciones. La Tasa Tobin, por ejemplo, no se ha consolidado, pero ha avanzado sistemas de tasas particulares, como la de los billetes de avión, o la que se está planteando sobre el uso de la energía no renovable. Hemos visto ejemplos muy interesantes, como el de la cumbre entre la Unión Europea y África en Lisboa, donde los africanos han dicho que no van a aceptar las leyes de la OMC, aunque sean legales, porque saben que si pasan por esta lógica de reciprocidad total, desaparecerá lo poco que tienen. Eso significaría no unos pocos cayucos, sino centenares de miles de personas migrando al norte. Y esta iniciativa no ha tomado un presidente socialista, sino el de Senegal, un liberal que ha ganado las elecciones dos veces a los socialistas. Pero hay más ejemplos que, incluso, hablan de proteccionismo, una palabra casi obscena para los capitalistas. Bush ha llegado a decir que el Estado va a devolver una parte de los impuestos a la gente. Eso es intervencionismo. Aquí lo hace Zapatero, pero es socialista. En Estados Unidos, además, la Reserva Federal inyecta dinero al sistema, el capitalismo no está funcionando solo, lo hace con participación del Estado. En Inglaterra el Norfolk Bank ha sido nacionalizado, otra palabra obscena. Sólo Evo Morales nacionalizaba y se armó un escándalo.

- ¿Cree que las grandes manifestaciones del 15-F de 2003 significaron un punto de inflexión en la conciencia de la opinión pública?
- Sí, se consiguieron manifestaciones prácticamente en el mundo entero, por primera vez. Eran circunstancias muy especiales, estaba a punto de producirse la invasión de Irak y, como se veía venir, hubo una movilización mundial que se fue dando desde Nueva Zelanda a medida que avanzaba el sol. Se vio por primera vez que el planeta es movilizable. Esto indica que hay una toma de conciencia muy general, muy amplia de esta problemática. Yo diría, no obstante, que eso no se ha capitalizado en torno a un proyecto político que permita que se traduzca en votos. Por ejemplo, en Francia se consiguió en 2006 una mayoría contra el proyecto de Constitución Europea. Era un no heteróclito, porque había una parte de extrema derecha, pero la mayoría se consiguió gracias a un movimiento de izquierda de puesta en crisis del carácter absolutista neoliberal de aquel proyecto. El fenómeno más interesante en cuanto a la capitalización de esta conciencia general lo he visto en Alemania con el partido Die Linke, que está a la izquierda de la socialdemocracia y recoge a gran parte de la izquierda. Es el movimiento que mejor traduce políticamente el sentimiento general del altermundialismo, es decir, la preocupación por los excesos de la globalización, por la ecología y la proyección en términos de solidaridad internacional con el sur.

- No sé si sabe, Attac-Canarias y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria propusieron a los manifestantes del 15-F para el Nobel de la Paz.
- Qué buena idea. Hubiese sido muy bonito, porque aquello fue un movimiento que aún hoy se cita para expresar la capacidad de hacer cosas a nivel mundial.

- ¿En qué momento están los foros sociales mundiales?
- Yo diría que están en un momento de transición, porque, por ejemplo, este año no ha habido un Foro Social Mundial, ha habido un foro múltiple, decenas, miles de reuniones, que han sido muy interesantes, pero mi opinión es que se ha perdido visibilidad mediática y eso es importante. Esto traduce que las contradicciones y los debates en el seno del Foro están llevando a una casi parálisis del funcionamiento. Evidentemente, el Foro funciona como una institución muy democrática. Podríamos decir que hiperdemocrática. Al tener en cuenta todas las observaciones, todas las críticas, todas las reservas, el Foro acaba por estar paralizado, como todo sistema que funciona en modelo de asamblea general permanente. Entonces, el año próximo, a finales de enero de 2009 va a haber un Foro Social Mundial más cerrado, que tendrá lugar en Brasil, en Belem. Hay que aprovechar esa ocasión para centrar más el Foro en una serie de objetivos. Yo había tomado la iniciativa, con otros amigos miembros del Consejo Internacional, en el último Foro de Porto Alegre, donde proponíamos que, a pesar del respeto de cada unidad miembro del movimiento, definiéramos entre todos una decena, luego fueron una docena de temas, que fuesen comunes a todos. Hicimos un manifiesto en este sentido, pero una serie de personas que consideran, a veces, que son propietarias del Foro, esquivaron la problemática. Yo creo que en Belem hay que ir en esa dirección. No se trata de verticalizar un sistema que interesa por su misma riqueza plural, sino de darle una orientación a esa energía, porque si no se dispersa.

- La Tasa Tobin ha sido aprobada en el Parlamento Canario y en otros muchos parlamentos en el mundo. ¿Qué valor le da a eso?
- Tiene valor, porque es una manera de indicar que la Tasa Tobin o una tasa de tipo equivalente, sigue siendo una prioridad. Estoy convencido de que llegará el momento en el que habrá que adoptarla. Es, simplemente, un IVA mundial.

- Tampoco costaría tanto...
- No, no. Además, evitaría muchos excesos. Lo que pasa es que, obviamente, eliminaría los paraísos fiscales, que son nocivos, y que son la salida de los ricos que evaden impuestos. Llevamos tiempo diciendo que eso es un crimen. Se está favoreciendo la evasión fiscal, y eso se traduce en menos recursos del Estado, por consiguiente, menos capacidad para intervenir en el bienestar nacional, en la educación, la salud, la investigación... Por eso, las resistencias son fuertes. Nosotros observamos que muchos gobiernos se dejan ir por la ebriedad electoral y hacen promesas. Por ejemplo, tras el 11-S, el propio Bush dijo que probablemente las organizaciones de Al Qaeda que habían participado al financiamiento de los atentados habían pasado por esos paraísos fiscales. Pues bien, en aquella coyuntura prometió que iba a hacer una encuesta para saber cómo se había financiado Al Qaeda y nunca más se supo de ese proyecto.

- Hace poco estuvo por aquí el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y miembros de Attac le propusieron llevar de nuevo al Parlamento español la Tasa Tobin, que ha sido rechazada dos veces. El ministro eludió la respuesta. ¿Cree que es el momento de volver a plantearlo?
- Yo creo que sí es el momento, por la crisis. Es el momento incluso de extenderla. La Tasa se aplica a los mercados de cambios, pero podríamos hacer una tasa sobre la especulación de los fondos, por ejemplo.

- En su artículo ¿Adónde va España? no pedía directamente el voto para Zapatero, pero casi...
- Yo creo que en estas elecciones ha habido un fenómeno que se ha traducido en las urnas, de voto útil, de desconfianza al carácter que ha presentado el PP en la última legislatura. Por supuesto es un partido democrático, pero el rostro que ha presentado, el más detestable, el que recuerda a otras épocas, el que se ha traducido claramente con la exclusión de Gallardón, ha creado la atmósfera que ha provocado rechazo en muchos ciudadanos. Ese discurso, que se ha basado en teorías paranoicas como la de la conspiración, no tiene dignidad democrática. La actitud que se ha tenido frente a la necesaria negociación con ETA es completamente irresponsable, irresponsable en este país donde ETA sigue matando. Todos los partidos han tenido la voluntad de negociar. La paz sólo se hace con el adversario. Soñar con una autodestrucción de ETA no es razonable, podemos soñar con que desaparezca sola, pero no se dan las condiciones para que eso suceda. Todo ese cúmulo de radicalidad mediática, política y eclesiástica ha producido una repulsión en el país.

- Y algunos medios echando leña al fuego.
- Sí, hay periódicos en España que no se pueden leer. Algunos artículos, algunos comentaristas de radio, alguna televisión... son espeluznantes. Resucitan el fantasma de las dos Españas. Lamentable.

- ¿Cree realmente que otro mundo es posible?
- Sí, claro. Si muchas personas no creyesen que otro mundo es posible... En América Latina, en particular, hay tantos movimientos que están trabajando... He estado en Brasil hace poco dando conferencias en la Universidad de los Sin Tierra. Son campesinos que tienen su propia Universidad, que han construido con sus manos, físicamente. Allí hay unos 300 estudiantes venidos de 23 países que están siguiendo una serie de cursos para formarse. Cuando uno ve eso, esa especie de utopía realizada, con una energía, una voluntad de trabajar, una seriedad... Te das cuenta de que hay mucha gente que, realmente, está trabajando para que otro mundo, más justo, sea posible.

viernes, marzo 21, 2008

Nº:115 - Socialismo del siglo XXI: Superar la lógica capitalista

Entrevista de Eduardo Tamayo y G. Helga Serrano Narváez a François Houtart

Que el debate sobre socialismo se haya reinstalado en América Latina, tras los oscuros años de políticas y prácticas neoliberales, es un hecho positivo y alentador. Pero ahora el proyecto socialista, que ha sido puesto en primer plano por los gobiernos progresistas de Venezuela, Ecuador o Bolivia, tiene necesariamente que ajustar cuentas con el denominado socialismo real del siglo XX, sacar lecciones y proponer nuevos paradigmas que enrumben la aspiraciones de cambio hacia la construcción de sociedades más democráticas, equitativas, interculturales y respetuosas del medio ambiente.

El escritor y sociólogo belga François Houtart, Secretario del Foro Mundial de Alternativas, desde hace varios años viene aportando al campo del pensamiento crítico y a la construcción de propuestas y alternativas. En este diálogo, responde a interrogantes de actualidad que tienen que ver con las características fundamentales del socialismo del siglo XXI, el rol del Estado, la propiedad, el Estado plurinacional, la posición de Estados Unidos, el papel de los movimientos sociales y de los ciudadanos y ciudadanas.

- En América Latina, en el contexto de lo que algunos analistas llaman el posneoliberalismo y otros el poscapitalismo, ¿cómo ubica usted al socialismo del siglo XXI?

Si se puede dar algunas ideas generales, es que cuando hablamos del socialismo del siglo XXI, significa primero que, evidentemente, no es el socialismo del siglo XX. Sin olvidar los logros que se obtuvieron, hay que reflexionar también sobre los fracasos y errores. Pero fundamentalmente significa la búsqueda de otra organización de la economía y de la organización política del mundo en relación a la lógica del capitalismo, y eso me parece lo esencial. El capitalismo organiza toda la vida económica sobre un principio fundamental que es la ley del valor, es decir, la ley de la acumulación y todo lo que no contribuye a la acumulación no entra dentro de sus cálculos. Y es por eso que se ha podido explotar la Tierra durante tanto tiempo con resultados dramáticos, porque hasta un cierto momento, todo eso era para el capitalismo una exterioridad, lo que llaman externalidades, es decir, que no entra en el cálculo económico. Asimismo, el bienestar de la gente entra en el cálculo económico y del mercado, solamente como ganancia y posibilidad de acumulación. Esta lógica es lo que ha provocado la destrucción de la naturaleza y la destrucción social de millones de personas.

Ahora vemos que hay interés, por ejemplo, en el problema del clima. Este empieza a entrar en la lógica del capitalismo cuando afecta a la acumulación, y entra en consideración a condición de poder transformar sus propias contradicciones en ganancias.

- ¿Esto implicaría que el socialismo del siglo XXI tiene que ser fundamentalmente anticapitalista?

Exacto, porque uno de los defectos del socialismo del siglo XX, es, como lo ha dicho el antropólogo francés Maurice Godelier, que ha tenido que empezar a caminar con las piernas del capitalismo. No ha podido o no ha sabido cambiar. Por ejemplo, toda esta perspectiva cientista de la explotación de la naturaleza ha provocado tantos daños a la naturaleza como el capitalismo, porque justamente no se ha distanciado de este tipo de lógica.

Salir de la lógica del capitalismo significa básicamente privilegiar las necesidades humanas y no la ganancia, es decir, no transformar toda la realidad en mercancía porque si no son mercancías no contribuyen a la acumulación del capital como se hecho con la privatización de los servicios públicos, con la destrucción de la agricultura campesina, etc.

Así, es una tarea fundamental luchar no solamente contra los abusos o excesos del capitalismo o contra, como dice la doctrina social de la Iglesia, el capitalismo salvaje, como si existiera un capitalismo civilizado. Siempre digo que el capitalismo es salvaje cuando puede, y “civilizado” cuando debe, es decir, cuando hubo bastantes fuerzas sociales para obligarlo a transformar un poco sus prácticas, pero no su lógica. Y es por eso que debemos, en una perspectiva de un socialismo del siglo XXI o de un poscapitalismo, mejor dicho que posneoliberalismo -porque el neoliberalismo es solamente la fase actual del capitalismo-, tener como principio orientador pensar justamente en superar esta lógica. Y eso me parece la obligación moral fundamental, porque el capitalismo está llevando a la humanidad a la muerte.

- En América Latina ¿cuáles gobiernos progresistas estarían en esta óptica anticapitalista?

Aquí en América Latina, vemos a Cuba, y a los países con perspectivas nuevas como Venezuela, Ecuador y Bolivia, y algunos movimientos de izquierda radical critican a los regímenes diciendo que no acaban con el capitalismo, pero eso es una falta de pensamiento dialéctico. No se puede acabar con el capitalismo de forma directa. Todo el problema es saber si las políticas concretas que tienen, van en la dirección de contradecir, a largo plazo, la lógica del capitalismo o no, o si son solamente adaptaciones. Y aquí el ejemplo ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas). ALBA me parece un ejemplo muy interesante de construir una integración económica, social, cultural, no sobre la base de la competencia, de la competitividad que es algo fundamental del capitalismo, sino sobre la base de complementariedad y solidaridad. Y eso es un paso adelante.

- Si bien este proceso es muy largo, en la actual fase cuáles son las tareas, los rasgos para continuar ....

Podemos ver la recuperación de la soberanía sobre los recursos naturales. No es el fin del capitalismo, todavía se deben hacer contratos con empresas petroleras, etc., pero es un paso indispensable. Sí son, como decía Samir Amín, avances revolucionarios, pero no son el fin del sistema. Y, evidentemente, la tarea de los movimientos sociales es de vigilar el proceso para que finalmente no caigan en el reformismo, no solamente en el hecho que se deben hacer pequeños pasos, sino en la mentalidad del reformismo, que es finalmente aceptar la ley del mercado, para tratar de humanizarlo.

Es importante ver también que eso es la utopía, es decir la meta, pero sabemos que eso no va a ocurrir solamente por una revolución ni política, ni social, ni económica. Es un proceso y es un proceso que puede ser largo. Sabemos que eso significa transformar todo un modo de producción con todas las dificultades y complejidad de nuestra sociedad actual. Recordemos que el capitalismo ha tomado cuatro siglos para construir las bases materiales de su reproducción. No podemos esperar que el socialismo se vaya a realizar con una revolución de un día, ni en una generación. Pero si no empezamos sobre esta base, vamos a hacer algunas cosas, obtener algunos logros, pero nunca van a poner en peligro la lógica fundamental del capitalismo, porque el capitalismo tiene una habilidad y una facultad extraordinaria de adaptación, de saber hasta donde puede ir, hasta donde eso pone en peligro o no su posibilidad de acumulación.

- Ahora lo otro que queríamos tocar es cuáles pueden ser las características del socialismo del siglo XXI, tomando en cuanto que el presidente Rafael Correa plantea la supremacía del trabajo humano sobre el capital, la acción colectiva para el desarrollo, en oposición al capitalismo que prioriza la competencia y al individuo, recuperar un rol del Estado que ha sido desmontado por el neoliberalismo y priorizar el valor de uso sobre el valor de cambio. Podría ampliar sobre estos aspectos…

Para dar claridad al pensamiento, en este ensayo de dar un contenido a las palabras “socialismo del siglo XXI”, tendríamos que distinguir dos cosas: los ejes fundamentales del contenido y los métodos de la transición. Yo pondría, por ejemplo, todo el problema de la acción colectiva dentro de los métodos de cómo llegar, que es fundamental especialmente para los que están en la política.

Y desde el punto de vista del contenido, tratar de desarrollar un poco la idea de estos cuatro ejes. Primero, la utilización sustentable de la naturaleza, de los recursos naturales y un control público, especialmente de los no renovables. Esto una transformación enorme, es decir, cómo transformar el tipo y la orientación de las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza, pasar de la explotación a la simbiosis, lo que es totalmente contrario a la lógica del capitalismo. Pero es un dominio donde el socialismo del siglo XX ha sido muy deficiente y donde filosofías del Oriente, o filosofía tradicionales, por ejemplo de los pueblos indígenas, pueden ser útiles. Expresiones como la Pacha Mama que pueden ser muy míticas, pero que tienen una fuerza muy grande y ponen el acento sobre una cosa fundamental, son críticas del capitalismo. El ser humano es parte de la naturaleza y no puede tratar la naturaleza solamente como un objeto de explotación.

Segundo, es, lo que decía precisamente Rafael, privilegiar el valor de uso sobre el valor de cambio.

- Eso quisiéramos que desarrolle un poco más para poder entenderlo.

El valor de cambio es el valor que productos y servicios tienen cuando se venden y el capitalismo reconoce únicamente eso, porque sin vender no puede ganar y no puede acumular.

El valor de uso es lo que sirve al bienestar de los seres humanos y evidentemente antes del capitalismo hubo situaciones donde los dos podían coexistir. No vamos a negar que es interesante para la vida humana que uno puede producir maíz y el otro producir naranjas y que se pueden intercambiar. Evidentemente no es trata de negar el valor de cambio, sino la negación del hecho que el valor de cambio sea el valor que se impone como lógica global.

Si hacemos eso hay un montón de implicaciones. Por ejemplo, se va a alargar la vida de los productos. Ahora el capital tiene, en la lógica contemporánea, ventaja a que los productos no tengan una vida demasiado larga, porque así la gente debe comprar y circula el capital de manera acelerada. ¿Por qué no construir carros, aunque no es el mejor ejemplo, que duren 25 años y no solamente 10? Es perfectamente posible, eso podría ahorrar mucha materia prima, mucha energía, etc. Lo mismo para todas las producciones.

Otra aplicación es que en el mundo industrial ahora, el neoliberalismo ha acelerado el proceso de lo que llaman just in time, es decir, de no almacenar piezas, sino que los camiones transporten inmediatamente el mismo día cuando son fabricadas, lo que significa en Europa una paralización de todo el tráfico de las autopistas y retrasos, consumo de gasolina, etc. Se requiere otra organización de la producción en función del valor de uso y no del valor de cambio.

- ¿Implicaría satisfacer necesidades sociales antes que las del mercado?

Exactamente, significa también parar las privatizaciones. Significa concebir a los sectores esenciales de la vida humana como patrimonio colectivo: la salud, la educación, la cultura, pero también las semillas. Eso ha cambiado mucho, así es un aspecto muy práctico, muy concreto.

Evidentemente ya el socialismo real ha ido en esta dirección, pero con muchas limitaciones, especialmente porque consideró demasiado el modelo como una acumulación capitalista colectiva del Estado, como sustento de toda la acumulación y necesaria también para producir armamento, frente al armamento del mundo capitalista, que obligó al mundo socialista a sobrearmarse, que era la mejor manera de destruir el sistema por el interior. Fue uno de los elementos del fracaso en Oriente, no el único porque había elementos internos también.

La tercera orientación me parece que es la democracia. Una democracia generalizada a todas las relaciones humanas, no solamente políticas, sino económicas, de género, democracia en las instituciones. Una democracia generalizada es totalmente contraria a la lógica del capitalismo, porque no hay nada menos democrático que la gestión de capital. Este elemento fue muy flojo en el socialismo real, porque se desarrolló una burocracia y finalmente una elite de poder que, finalmente, destruyó en gran parte la democracia, es decir, la participación real de todos.

En cuarto lugar, la multiculturalidad, lo que significa el fin del dominio de la cultura occidental como cultura superior que debe dominar el mundo, con sus mentalidades, sus criterios políticos, económicos, culturales, etc. y la posibilidad (de que emerjan) todas las culturas del mundo, todos los saberes, los saberes tradicionales de la medicina.

- Se trata de ponerlos en el mismo nivel…

Por lo menos darles la posibilidad de existir. Ahora en Cuba es interesante saber que tienen varios grupos que están estudiando y promoviendo las medicinas tradicionales, tanto orientales como latinoamericanas. Se descubre ahora que hay una riqueza de saber que complementa muy bien los otros saberes, no se trata de negar los logros de la modernidad, sino no absolutizar estos logros que han convocado la lógica del capitalismo. Y de esta manera dar la posibilidad a todos los saberes, a todas las ideologías, a todas las religiones, de contribuir a la construcción de este tipo de sociedad. Contribuir significa, por ejemplo, que no se aceptan religiones que rechazarían la igualdad entre hombres y mujeres. Y eso significa como principio la laicidad del Estado, porque es la única manera de asegurar también la multiculturalidad.

- A propósito de la multiculturalidad o más bien de la interculturalidad, hay un debate muy rico y muy controvertido en Ecuador y en Bolivia sobre el Estado plurinacional. ¿Qué criterios tiene usted? ¿Es posible implementar un Estado plurinacional en estos países?

Yo pienso que hay dos cosas aquí. Una cosa es la palabra, qué significa plurinacional para el Estado actual, qué significa la construcción de este Estado en países como Ecuador y en muchas otras partes. Talvez es difícil aceptar la idea de un Estado plurinacional. Bueno, eso es un problema de palabras pero la realidad de cualquier palabra que se pone sobre la realidad, es que para construir una multiculturalidad se les debe dar la posibilidad a todas las culturas de expresarse. Y eso no es solamente un aspecto cultural, un aspecto material ligado, en algunas circunstancias, a un territorio. Es posible eso, pero todo dependiendo de las circunstancias concretas de un país. Y si eso significa que debemos reconocer en América Latina la existencia de una identidad indígena, para que estas poblaciones puedan contribuir a la filosofía de la relación con la naturaleza, a la multiculturalidad en todos sus aspectos. Debemos reconocer esta identidad, pero esta identidad no es una cosa abstracta.

¿Qué significa la identidad en lo concreto?, ¿Qué significa desde un punto de vista institucional, desde un punto de vista eventualmente territorial? Hay un montón de cosas prácticas que se deben discutir lo que no pone en cuestión la unidad nacional.

Por ejemplo, cuando estuve en diciembre en Chiapas con los zapatistas, en los Caracoles, me llamó mucho la atención que cada vez que visitaba los municipios autónomos, fui recibido por las autoridades y la primera cosa que había, era la bandera mexicana. Así afirmaban su pertenencia a la nación mexicana, pero, evidentemente reivindican un reconocimiento, no solamente como personas individuales, sino como grupo. Yo pienso que eso es imparable porque si no se hace un día va a explotar, lo hemos visto en Nicaragua, lo vemos en México.

Yo sé que es un problema difícil, que es un problema que no se puede poner en términos de naciones en el mismo sentido que las naciones que son fruto de la evolución de la modernidad y también del capitalismo, son realidades diferentes, es por eso que, tal vez dar el mismo nombre a dos realidades diferentes puede ayudar a la confusión y a reacciones políticas.

- Para ir superando y rompiendo con el capitalismo, hay que considerar otras formas de propiedad. Aquí en Ecuador, por ejemplo, se está manejando el concepto de un país de productores y propietarios. ¿Qué opina al respecto?

El problema de la propiedad es fundamental. Como principio para permitir el valor de uso y no desarrollar de manera extrema el valor de cambio y también es un medio, medio de la transición.

Yo pienso que eso significa poner el acento sobre el carácter colectivo de los medios de producción, no digo por ejemplo de la casa, de su motocicleta, etc., sino de los medios de producción, pero cuando se dice propiedad colectiva de los medios de producción no significa únicamente del Estado. Hay muchas otras formas de propiedad colectiva, de control colectivo sobre la propiedad.

Por ejemplo, me acuerdo bien en Cochabamba cuando se resistió, se protestó contra la privatización del agua. Finalmente el gobierno con el nuevo presidente tuvo que aceptar y romper el contrato con las multinacionales. La solución no fue nacionalizar el agua, sino de confiar la gestión del agua a una empresa pública. Esa es una manera de realizar una propiedad colectiva, no es un medio de producción, pero se puede aplicar.

- En cooperativas….

No es fácil, porque hasta ahora muchas de estas formas finalmente están fracasando o tienen éxito si se quedan a pequeña escala. Una vez que empiezan a ser más grandes, son destruidas por el sistema o absorbidas y se transforman en otra empresa capitalista. En Bélgica por ejemplo, las cooperativas agrícolas fundadas a principios del siglo XX, ahora son uno de los pilares de la economía capitalista.

- Y en esto de la propiedad, uno de los problemas es la propiedad de la tierra. En Venezuela y Bolivia se ha limitado constitucionalmente el número de hectáreas que una persona puede poseer. En Bolivia la nueva Constitución fija este límite en 10.000 hectáreas y eso es un asunto que está causando la reacción de la gente de Santa Cruz. ¿Usted cree que en Ecuador también se tiene que limitar el número de hectáreas que una persona puede poseer?

Absolutamente, porque todo el sistema del latifundio promueve la ganadera extensiva o el monocultivo, muy negativo para los suelos, no solamente de los propietarios individuales sino también de las multinacionales. Si no se toma medidas, que pueden ser eventualmente progresivas en este dominio, no avanzamos hacia un socialismo del siglo XXI. Es uno de los puntos fundamentales y no podemos aceptar que personas individuales puedan disponer de tantas extensiones, porque eso viene de un modo de producción antiguo, feudal, pero ya eso desaparece poco a poco para transformarse en una producción de tipo capitalista, y es la base del capitalismo agrario. Es un aspecto que me parece muy fundamental. Ahora, cuáles medidas adoptar, cómo y cuando hacer la transición, son problemas críticos. Aún para el desarrollo capitalista en países como en Corea del Sur, en Japón, en Taiwán y antes en Europa, se han hecho reformas agrarias justamente para promover la propiedad individual productiva. Eso me parece en algunas partes de América Latina un primer paso, que se limite la posibilidad de tener propiedad agrícola a la propiedad que se produce, y que se nacionaliza todo el resto. Pero solamente puede ser un primer paso.

- ¿Cuál es el rol del Estado en la perspectiva del socialismo del siglo XXI?

Y por eso es muy importante lo que plantea Rafael Correa. Evidentemente, en una perspectiva marxista, el Estado debe desaparecer, pero eso es la utopía, es decir, el Estado como aparato burocrático que domina la gente, no el Estado como servicios colectivos organizados.

Mientras tanto, pienso que debemos definir, desde un punto de vista teórico, cuál es el lugar del Estado, dentro de estos cinco ejes que he tratado de proponer no lo he pensado todavía y es un problema que debemos profundizar.

Y el otro aspecto es el Estado como instrumento para promover estas direcciones y allá debemos ir, porque eso es una cosa muy concreta e inmediata. El Estado va a tener, no de manera exclusiva, pero de manera importante, la tarea de poner en marcha los mecanismos que pueden llevar a otra relación con la naturaleza. Por ejemplo, frente a todo el problema de los agrocombustibles, qué política vamos a tener. Estoy preparando un libro con el título “Los agrocombustibles, solución climática o evolución del capital”, porque la manera como se hace ahora es para reproducir el capital y no es para resolver el problema del clima. Eso no quiere decir que no haya la posibilidad también de tener fuentes de energía en la agricultura, pero no como lo pensamos actualmente. Eso es una decisión del Estado que va a decir si va a subsidiar la producción de etanol. Lo mismo para el valor de uso y el valor de cambio, son nuevas reglas de la economía. Lo mismo para la multiculturalidad, qué tipo de medidas va a tomar para reconocerla, hasta qué punto la multinacionalidad, etc.

-¿Qué importancia tiene la soberanía y la integración latinoamericana en el contexto mundial? ¿Afecta eso al mundo unipolar?

Dentro de la visión global, la unipolaridad es el instrumento fundamental ahora de la dominación del capital, porque eso da la posibilidad a las multinacionales de orientar finalmente la economía. Crear multipolaridad es un hecho muy importante y por eso una integración latinoamericana, aún dentro de una orientación interna capitalista, ya es un paso adelante, ya el MERCOSUR era un paso adelante, pero que fue muy limitado evidentemente.

La integración latinoamericana con otros principios como el ALBA, tal vez el Banco del Sur, etc., eso es todavía un paso más adelante y es muy importante para el resto del mundo. Por eso es que en África se interesan tanto en lo que esta pasando aquí, porque todavía esta lejos evidentemente de este proceso. Pero los que piensan y los que tienen otro proyecto se interesan mucho, porque si se hace en América Latina (ellos dicen), porque no podemos hacer lo mismo.

- En términos fácticos, uno de los principales obstáculos para el proyecto del socialismo del siglo XXI es la potencia del Norte. ¿Usted cree que Estados Unidos va a permitir este proyecto?

Evidentemente no, porque eso contradice completamente sus intereses. Pueden eventualmente adaptarse de manera pragmática a la situación. Por ejemplo, con la Unión Soviética hubo un momento de coexistencia pacífica donde hubo bastantes intercambios económicos, de hecho de los dos lados, pero si se construye una relación de fuerzas más grande entre el sur y el norte, ya el norte no va a poder hacer todo lo que quiere.

Por ejemplo, me parece muy difícil que los Estados Unidos hagan una guerra en América Latina, por muchas razones internacionales e internas de los Estados Unidos. No invadieron Cuba hasta ahora es talvez porque piensan que el costo de una invasión sería demasiado grande y que el público norteamericano no aceptaría.

Así, la relación de fuerzas es un aspecto muy importante. Relación de fuerza no solamente militar, sino político, social, cultural, etc. No podemos esperar que no vayan a reaccionar. Van a reaccionar. Van a hacer todo lo posible para que fracase el proyecto absolutamente. Van también a cooptar gente para que fracase y hay gente que está lista para aceptarlo. Va a ser una lucha interna, ya lo vemos en Bolivia, en Venezuela, y de hecho es una lucha de clases finalmente, definiendo las clases de manera diferente que al principio de la industrialización. La realidad sociológica es diferente, pero de hecho es una lucha de clases.

- En el caso de Bolivia, hay mucha relación del gobierno con los movimientos sociales. En Ecuador, la situación es un poco diferente y tenemos el planteamiento de la revolución ciudadana. Como lo explicó usted antes, el rol de los actores sociales, de los movimientos sociales, es muy importante en el proceso de democratización, pero en Ecuador se da la lógica de pensar que cada ciudadano se representa. ¿Cómo ve usted esta situación?

Bueno, pienso que ahí hay una concepción de la sociedad que está en juego. La concepción que ve la sociedad como el conjunto de los ciudadanos, pero eso es una concepción muy ligada a la modernidad liberal, es decir reduce a los seres humanos a una adición de individuos. Puede ser un paso adelante frente a construcciones reactivas, pero puede ser también muy funcional para la reproducción del sistema capitalista.

La otra concepción es ver la sociedad no solamente como un conjunto de individuos, lo que es también, y los derechos individuales que son importantes, sino también como un conjunto de grupos sociales. Y en países como América Latina, donde hay pueblos originarios, también identificar los derechos de esos pueblos originarios, aún si son minoría. Bolivia es un caso aparte, en todos los otros países son minorías más o menos importantes. Este es un problema de concepción de la sociedad y se debe discutir para ver que el uno no excluye al otro, porque si no se va a dar una pelea dura, inútil. Pero eso también tiene sus consecuencias concretas para la Constituyente.

viernes, marzo 14, 2008

Nº:114 - La ventaja competitiva de la opacidad off-shore

La ventaja competitiva de la opacidad off-shore
Juan Hernández Vigueras

En febrero 2007, el FMI informaba que la banca de Andorra es "sana" pero el Banco de España no había conseguido alcanzar acuerdos de supervisión con el INAF ( Institut Nacional Andorrà de Finances) "debido a las restricciones para el acceso de los supervisores de los bancos extranjeros a la información nominativa de los clientes de esos bancos "; es decir, el secreto bancario está blindado por las autoridades, un dato que el Fondo se limita a reseñar (IMF Country Report Nº 07/69. Andorra: Assessment of Financial Sector Supervision and Regulation). Y esto es corroborado por muchos otros datos que muestran el paradójico estatus europeo de Andorra, Suiza, Liechtenstein y demás paraísos fiscales del entorno.

Todos ellos asociados a la Unión Europea pero no integrados; una situación que acentúa para los Estados miembros la vulnerabilidad derivada de la inexistencia de una autoridad supervisora sobre los bancos europeos (el BCE se ocupa de la moneda) y los mercados de valores y para la prevención comunitaria del blanqueo de dinero sucio, un tema que hemos analizado en el libro La Europa opaca de las finanzas-Y sus paraísos fiscales offshore (Icaria, Barcelona, 2008). Dada esa carencia institucional del "espacio financiero europeo", son los organismos de los veintisiete Estados miembros quienes afrontan la vigilancia de las filiales y entidades de sus bancos y grupos empresariales domiciliados en los centros financieros extraterritoriales, intentado controlar al menos la evasión fiscal, lograr la persecución de la delincuencia financiera y contrarrestar otras consecuencias negativas de esas "zonas sin ley".

El referido informe del Fondo también registra que la retención fiscal sobre los intereses bancarios, en aplicación de la Directiva europea sobre fiscalidad del ahorro particular conforme al acuerdo bilateral de Andorra con la Comisión europea, ha llevado a un desvío de los clientes hacia los seguros de vida ligados al ahorro, que han crecido para eludir ese control sobre los depósitos bancarios. Se cumple así la calificación de los círculos financieros suizos sobre la citada Directiva fiscal como " el tributo de los necios" porque la evitan los listos que buscan asesoramiento. Como sabemos, las negociaciones opacas durante catorce años limitaron el alcance de esa Directiva, que tuvo que respetar el secreto bancario de Luxemburgo, Bélgica y Austria y asimismo – mediante acuerdos bilaterales - de Suiza, Liechtenstein, Mónaco, Andorra, San Marino y los paraísos fiscales británicos y holandeses. Y tras dos años de vigencia, se ha ido diluyendo este instrumento comunitario contra la evasión fiscal hacia los paraísos fiscales. Un veterano banquero de la isla de Man subrayaba en Mayo 2007 que "todo el mundo esperaba que las jurisdicciones offshore del Reino Unido iban a sufrir tremendamente con la aplicación de la Directiva fiscal de la UE, pero eso no ha sucedido y la realidad es que hemos florecido a su amparo" (Wealth-bulletin.com. Law. Offshore centres unfazed by tax amnesty. 25 Mayo 2007)

Y es que la Unión tiene que plantearse el control de los mercados financieros y revisar ciertas políticas, dado el grado alcanzado por la competencia fiscal entre los socios y dado que ningún Estado miembro puede establecer restricciones sobre los flujos financieros con los paraísos fiscales offshore aunque incidan negativamente en su economía y en sus políticas. Actualmente, además de ofrecer su "menor coste fiscal", todos ellos aportan como valor añadido su confidencialidad para las grandes operaciones financieras transnacionales, legales e ilegales; y es conocida su intervención en operaciones de "ingeniería" contable (Enron, Parmalat); en la corrupción corporativa y política (véanse las investigaciones sobre las comisiones pagadas por Siemens en Alemania o el caso Marbella); en el blanqueo de capitales del narcotráfico y la financiación de grupos terroristas (ETA y su sociedad Banaka); y en la magnitud que alcanza hoy el comercio ilícito internacional. De ahí que cada vez aflore una mayor conciencia pública de las perniciosas consecuencias de la falta de transparencia como una ventaja competitiva de los centros offshore en los mercados financieros globales, que se promociona en particular mediante las sociedades instrumentales y los hedge funds o fondos del alto riesgo.

Para la opinión pública española, la repercusión mediática de las operaciones policiales Ballena Blanca y Malaya desvelaron cómo el blanqueo de dinero sucio se vale de las sociedades fantasma domiciliadas en paraísos fiscales, una de las prestaciones ofrecidas por Gibraltar que periódicamente anuncia su pronta desaparición por ser contraria a la fair competition europea. Pero su oferta de opacidad incluye la posibilidad de que el titular de una sociedad exenta gibraltareña sea otra entidad registrada en Jersey o en las Bahamas. De ahí que esas noticias policiales lejos de afectarle hayan incrementado la actividad financiera gibraltareña, según los datos del informe del FMI de 2007 comparados con los del anterior informe de 2001. Aunque el Peñón siga siendo un centro financiero extraterritorial de menor cuantía presenta una valiosa oferta competitiva porque, como dice el Fondo, "la provisión de servicios de inversiones a clientes no residentes es la función más importante (en términos de valor añadido) realizada por la banca en Gibraltar " [i].

En estas evaluaciones "técnicas" que realiza el FMI sobre los centros financieros offshore, se cataloga el registro de sociedades instrumentales como un servicio que se comercializa en los mercados globalizados. Hasta el punto que los expertos del Fondo sostenían en Febrero de 2004 que esas sociedades eran lo que hacían más atractivas a las islas Vírgenes Británicas para los negocios internacionales, estimando que había aproximadamente unas 350,000 sociedades offshore activas (incluidas, añadimos, las ocho sociedades de cartera del Grupo Telefónica), lo que suponía una cuota de mercado del 45 %; ya que "con mucho, la mayor actividad financiera offshore es el registro de IBCs". Estas sociedades mercantiles ficticias son designadas International Business Companies (IBCs) o corporaciones de negocios internacionales en los informes del FMI y del Departamento de Estado de los EEUU por ser instrumentos para operaciones comerciales y financieras internacionales; que se registran en países y territorios donde no realizan actividad económica local obteniendo a cambio facilidades para su constitución y exenciones fiscales que no obtendrían en los países donde residen sus propietarios. Estas sociedades offshore se utilizan también como vehículos para compañías de seguros cautivas (especialidad de las Bermudas) y para gestionar fondos de inversión; deduciendo, por tanto, los propios expertos del Fondo que tienen mucha importancia para la aplicación de políticas antiblanqueo y contra la financiación del terrorismo, pero sin proferir ninguna condena de las mismas en este ni en otros informes [ii]

Otras entidades casi siempre registradas en paraísos fiscales para no residentes, son los hedge funds o fondos de alto riesgo que en los últimos años se han convertido en protagonistas de inquietantes oleadas de especulaciones financieras y también como tema de las últimas reuniones del G-7, sin que se acordara ninguna regulación; aunque todas las demandas de transparencia financiera aluden a los mismos. Porque por razones fiscales en su vasta mayoría están establecidos en centros offshore, siendo la domiciliación preferida para cierta modalidad de los mismos Las Caimán, las Islas Vírgenes Británicas y las Bermudas; donde asimismo, sitúan sus fondos la mayoría de las operaciones de adquisiciones de empresas con endeudamiento (LBO/leveraged buy-out) por esas bien conocidas razones tributarias. Y al estar registradas en jurisdicciones extraterritoriales estas entidades carecen de control por los Estados y no están obligadas a proporcionar información a las autoridades fiscales en relación con sus inversiones. [iii]

Es indudable, pues, que los centros offshore forman parte de los mercados financieros mayoristas de los grandes bancos y corporaciones transnacionales y su opacidad funciona como una ventaja competitiva que entra en juego en las grandes operaciones de largo alcance, legales o ilegales, con o sin evasión de impuestos. Por tanto, la transparencia de los mercados financieros es una exigencia prioritaria y urgente que necesariamente requiere políticas de la UE para el control efectivo de los mercados europeos del dinero y de los centros offshore. Además de la urgencia del combate eficaz contra la evasión fiscal y la prevención del blanqueo de capitales vía negocios extraterritoriales, es evidente que mientras se reconozcan las sociedades instrumentales y las entidades financieras domiciliadas en centros offshore, ¿qué eficacia puede esperarse de la protección de los pequeños ahorradores, los inversores minoristas, que sobre todo compete a cada Estado miembro? Teniendo en cuenta que en los mercados financieros actuales participan los fondos de pensiones, privados o públicos, los líderes políticos y las autoridades no pueden seguir ignorando la opacidad que generan los paraísos fiscales.-

NOTAS
[i] IMF Country Report Nº 07/154. Mayo 2007. Gibraltar: Assessment of Financial Sector Supervision and Regulation
[ii] En 2005 ATTAC-España presentó ante el Ministerio de Economía y Hacienda un documento avalado por casi cuatro mil firmas solicitando el no-reconocimiento de estas sociedades offshore ante el ordenamiento español.
[iii] Véase el informe de un grupo de expertos europeos encabezados por Michel Aglietta, Hedge Funds and Private Equity. A Critical Analysis, 2007 encargado por el PSE-Grupo socialista del Parlamento europeo.

Publicado en Temas para el Debate nº 158, enero de 2008
Juan Hdez.Vigueras es miembro del Comité de Apoyo de ATTAC y miembro de Tax Justice Network.

viernes, marzo 07, 2008

Nº:113 - Los paraísos fiscales en la economía global

Los paraísos fiscales en la economía global
Juan Torres López

Hace treinta o cuarenta años existían lugares en el mundo en donde los muy ricos, las grandes fortunas del globo podían acudir para poner a buen recaudo una parte importante de sus patrimonios. Eran una especie de “caja B” que servía para ocultar el origen poco apropiado de sus bienes, para hacerlos invisibles a los ojos de las autoridades o simplemente para proporcionar seguridad y vías de escape ante circunstancias que se tomaran como poco propicias o peligrosas.

Pero, a diferencia de lo que hoy representan los paraísos fiscales, no se podía considerar que fuesen lugares en los que se llevaran a cabo operaciones económicas en el sentido estricto o pleno del término.

Los nuevos paraísos no son meros depósitos sino auténticos espacios económicos especializados en proporcionar un nuevo y específico tipo de cobertura a un nuevo y singular tipo de operaciones económicas y financieras. Los paraísos fiscales son naciones o territorios que se organizan expresamente para servir de centros financieros a no residentes y para ello se caracterizan, fundamentalmente, porque no establecen impuestos sobre las operaciones o ganancias que allí se realicen, o porque solo lo hacen de forma simbólica, porque garantizan el completo secreto sobre lo que se lleva a cabo en su interior y porque no exigen que las sociedades que operen allí tengan una efectiva presencia física.

Hoy día, la práctica totalidad de las grandes empresas del mundo y sobre todo los bancos (desde luego también las más grandes de España como Telefónica, Repsol, La Caixa, Banco de Santander, BBVA, las grandes constructoras...) tienen filiales en estos paraísos, allí mismo obtienen altos beneficios y gracias a ellos disfrutan en otros lugares de condiciones más favorables.

Puede decirse, por tanto, con total rotundidad que los nuevos paraísos son la base de las operaciones financieras de la nueva economía globalizada de nuestra época.

Lo paradójico es que, en realidad, y gracias a esas características señalas, las empresas que se instalan en un paraíso fiscal solo existen virtualmente. La mayoría de ellas son filiales que no cuentan sino con una línea de teléfono y alguna representación compartida porque no van allí nada más que a cubrir objetivos que no requieren presencia operativa muy compleja:

- Ubicar en esos lugares los beneficios corporativos para no tener que pagar impuestos.

- Realizar operaciones de emisión de títulos de todo tipo que no serían permitidas en los países normales en los que actúan.

- Ocultar situaciones de endeudamiento o de dificultad, gracias al secreto garantizado, para permitir así que las cotizaciones de sus activos sean artificialmente más elevadas.

- Realizar blanqueo de dinero o traficar con fondos ilegales y criminales procedentes del comercio de armas, de drogas, de personas o destinados al terrorismo. O ambas cosas a la vez.

Con poco más que un teléfono y una mínima representación jurídica las grandes empresas y financieros del planeta disponen en estos paraísos de la estructura suficiente puesto que lo que llevan a cabo son simples operaciones contables, órdenes de compra y venta, inversiones especulativas y, en definitiva, la pura ingeniería financiera que hoy día inunda los mercados financieros.

Eso es lo que explica, por ejemplo, que en tres microterritorios del Pacífico como Anguilla, Barbados y las Islas Vírgenes británicas haya cerca de 60.000 sociedades, que en Liechtenstein (con poco más de 30.000 habitantes) se encuentren radicadas 40.000 empresas, que en Nauru, una isla del Pacífico de solo 21 kilómetros cuadrados, haya 400 bancos, o que en las Islas Caimán (30.000 habitantes aproximadamente) estén domiciliados 544 bancos, 70 fondos financieros y 30.000 compañías flotantes y que sea el quinto centro financiero mundial.

La razón de ser de los paraísos fiscales

La aparición de los paraísos fiscales y su utilización absolutamente generalizada por los bancos y las grandes empresas del planeta no es una simple casualidad histórica. Como tampoco el hecho de que sean los propios gobiernos que a veces dicen querer terminar con ellos quienes les proporcionen la base material para que puedan existir. El gobierno español, por ejemplo, concedió en 2002 a Gibraltar, que tiene unos 28.000 habitantes, 100.000 números telefónicos pertenecientes al plan de numeración español, lógicamente, no para que hablaran del tiempo entre ellos; y la Unión Europea permite, al menos hasta 2010, que allí se puedan seguir registrando las sociedades ficticias utilizadas en el blanqueo de dinero, en la especulación de todo tipo y en la financiación de operaciones al margen de las leyes continentales.

Estos paraísos son un instrumento necesario y consustancial a la nueva lógica que gobierna la economía mundial desde finales de los años setenta.

Diversos factores produjeron entonces la configuración de un nuevo tipo de actividad financiera que se superpuso a la tradicional actividad productiva como fuente de beneficio y, en consecuencia, como destino privilegiado de los recursos. Los más importantes fueron tres:

- La sobreabundancia de dólares en los mercados que a su vez fue consecuencia de otras cuatro circunstancias: la gran demanda de créditos para hacer frente a las deudas pública y privada que generó la crisis, la subida en los precios del petróleo, la sobreoferta ocasionada por la depreciación del dólar que originó el resurgir de las economías occidentales que habían quedado destruidas en la guerra, y el incremento espectacular de los beneficios empresariales que se fue propiciando a medida que se iban aplicando las medidas de ajuste neoliberales en todo el mundo.

De esa forma fue creciendo un flujo financiero que poco a poco superaba y se separaba de las transacciones comerciales.

- La aparición de las nuevas tecnologías que permitiría hacer un uso mucho más rápido de ese flujo financiero, llevar a cabo operaciones instantáneas y movilizar el dinero sin ningún tipo de limitación, con extraordinaria rapidez y bajísimo coste, hacia cualquier punto de planeta.

- La desregulación y completa liberalización de los mercados financieros.

Hasta entonces, la gestión de los recursos financieros disponibles se realizaba con el fin de facilitar la puesta en marcha de los negocios productivos que eran la fuente principal de los beneficios. Por eso se encontraban fundamentalmente concentrados en la esfera nacional. Pero cuando se fueron acumulando activos financieros, cuando los mercados financieros se independizaron de los mercados de mercancías y cuando apareció la posibilidad mencionada de movilizar el dinero con extraordinaria rentabilidad por todo el globo, se hicieron desaparecer las fronteras financieras y surgió el auténtico y quizá único mercado completamente globalizado de nuestra época: el financiero.

En la teoría económica no hay la más mínima prueba de que este completa liberalización de los movimientos de capital sea eficiente o mejor que su control por las autoridades monetarias. Pero a pesar de su falsead, se impuso la idea (que a Margaret Thatcher le gustaba reiterar) de que los mercados financieros liberalizados son siempre eficientes.

Lo que en realidad estaba ocurriendo es que había aparecido una nueva forma de ganar dinero: comprando y vendiendo dinero bajo la forma de activos financieros cada vez más sofisticados.

Los grandes empresarios y financieros ya no comprarían divisas, por ejemplo, para invertir en empresas de otras naciones, sino para venderlas rápidamente en los mercados. Incluso ya no se compran acciones para disponer de nuevas empresas que produzcan más bienes y servicios, sino para hacer subir su precio por cualquier medio posible y venderlas de nuevo... y así incesantemente en todos los lugares y a todas las horas del día.

Keynes había afirmado con razón que la única posibilidad de garantizar el buen funcionamiento como suministrador de recursos a la actividad productiva era que hubiera separación entre ahorradores e inversionistas. Y eso es precisamente lo que ha desaparecido hoy día. Los ahorradores y los inversionistas son los mismos, los que ahora ganan más dinero que nunca: los grandes fondos, las empresas multinacionales, los bancos internacionales, es decir, los llamados “inversores institucionales”.

Y esa confusión es lo que crea inestabilidad y lo que ha hecho que la lógica de las finanzas especulativas sea la absolutamente predominante y la que rige en la economía mundial.

Es de esa forma que la economía mundial se ha convertido en un auténtico casino, como dijo el Premio Nobel Maurice Allais. Y Keynes decía que generalmente se está de acuerdo en que los casinos, por el interés público, deberían ser inaccesibles y caros.

Pero lo que ha ocurrido es exactamente todo lo contrario: la expansión de la ideología liberal ha extendido la convicción de que las reglas y los controles que pongan trabas a los mercados (aunque éstos sean en realidad tan ineficientes y problemáticos como los financieros) son indeseables y, sobre todo, que cada uno ha de resolver su vida como pueda, de modo que cada vez se aboga más indisimuladamente por la eliminación de impuestos.

El orden social y económico que genera todo eso y en el que vivimos es, en realidad, el capitalismo de siempre pero ahora sin frenos ni límites, en el que los que tienen dinero pueden hacer lo que quieran para ganar más dinero. Y los paraísos fiscales son simplemente su expresión más paradigmática o quizá más exagerada: la muestra de que las grandes compañías y los empresarios y financieros más potentes del mundo no quieren trabas a la hora de contabilizar su beneficio.

Publicado en Temas para el Debate nº 158, enero de 2008
Juan Torrez López es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga (España).
Su web personal es www.juantorreslopez.com