viernes, febrero 23, 2007

Nº:59 - Movimiento ecologista

Movimiento ecologista
Guillermo F.

El movimiento ecologista, es uno de los movimientos sociales que tienen una mayor dificultad a la hora de realizar un estudio o desarrollo histórico lineal sobre sus orígenes.
A pesar de ello, hoy en día se ha convertido en una fuerza social y política de primer orden y podemos encontrar proclamas y reivindicaciones de tipo ecologistas por todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, desde campañas de solidaridad activa y apoyo al medio ambiente en los centros comerciales o los medios de comunicación, pasando por los entornos forestales cercanos a las ciudades o en los pueblos rurales de nuestros entornos, pasando por los partidos políticos de tipo o contenido ecologista que se presentan a las elecciones presidenciales en una gran cantidad de países de todo el mundo. Pero ahora nos preguntamos, de donde sale este movimiento? que orígenes y precedentes tiene? Ha tenido o tiene respaldo de alguna institución internacional? Quienes componen este movimiento? que papel juega el ecologismo a día de hoy?
Todos esos interrogantes son los que pasare a analizar brevemente en este trabajo.

1) Precedentes históricos del ecologismo:

Para empezar, cabria señalar en primer lugar los precedentes históricos del movimiento ecologista. Así, podemos afirmar que la preocupación por el entorno medioambiental no es nueva ni es propia únicamente de este siglo o de finales del pasado.
Estas preocupaciones, vienen de mucho atrás, de hace ya algunos siglos donde se empezó a gestar poco a poco una conciencia de respeto y cuidado del medio ambiente que nos rodea y de creación de algunas iniciativas de respeto de este medio ambiente o cuidado y protección oficial de los entornos naturales mas diversos que existen en nuestro planeta. Ya podemos encontrar como orígenes remotos de esta preocupación por el medio ambiente, iniciativas en la Inglaterra del siglo XVII, cuando en 1661, el escritor y jardinero John Evelyn publica una obra llamada “Fumifugium” subtitulado “La nocividad del aire y el humo de Londres disipada, dedicado a su Sagrada majestad y al parlamento” en el cual propone por primera vez de árboles naturales y aromáticos en las cercanías de la ciudad de Londres para refrescar el aire, mejorar el medio ambiente y de esa forma tratar de mejor el ambiente nocivo y cargado de contaminación que ya se respiraba en esa época en la ciudad londinense cuando aun no se había desarrollado siquiera la revolución industrial. Esta obra supone toda una iniciativa y novedad a la hora de fomentar políticas de tipo naturalista o de respeto y fomento del medio ambiente por el que nunca se había mostrado una preocupación de tipo oficial hasta ese momento.
También en España encontramos diferentes ejemplos de este tipo de políticas y medidas a favor del medio ambiente y de creación de entornos y lugares de escape, de salud y de respeto y fomento de la naturaleza y del medio ambiente.

Como ejemplo en el siglo XVIII, esta aquí el celebre caso de la creación del Real Jardín Botánico de Madrid, trasladado a su actual ubicación del Paseo del Prado en 1781 donde alberga diferentes tipos de plantas y árboles de Europa, América y el Pacifico con una gran variedad y frescor que aun hoy en día se dejan sentir cuando uno se acerca a respirar aire puro a ese lugar. El conjunto naturalista fue trasladado a expensas del Conde de Floridablanca y el rey Carlos III en 1781 y fue diseñado por Francisco de Sabatini y que además de contener plantas y árboles de todas partes del mundo traídas tras las diferentes expediciones biológicas realizadas en el siglo XVIII por parte de personalidades como Alejandro Malaspina, José Celestino Mutis, Martín Sesse, José Mariano Mociño...y que eran expuestas en las colecciones del Jardín a parte numerosas de estas plantas eran traídas a este lugar donde había instalaciones de laboratorios científicos donde se realizaban análisis y estudios de las plantas y semillas.

Posteriormente y ya durante el siglo XIX, las peticiones de mejora y conservación del medio ambiente se van extendiendo y generalizando aun mas y se convierten ya en una tónica habitual de reclamaciones de dos clases sociales en concreto, que no dudaban en usar el tema medioambiental como parte de sus reclamas habituales a las autoridades gubernativas de la época; por un lado destaca la clase obrera que reclamaba mejoras en el medio ambiente, situadas dentro de un programa reivindicativo mas amplio relacionado con la mejora de sus sistemas de vida para que fueran mas dignos. Estas reclamaciones no eran gratuitas por parte del movimiento obrero y es que no podemos olvidar que en el siglo XIX los barrios obreros se localizaban a las afueras de la ciudad junto a las fabricas industriales del momento en grandes y hacinadas barriadas de obreros, sin prácticamente ningún tipo de higiene ni condiciones mínimas de salud, con un agua y un medio ambiente totalmente contaminados y polucionados por la cercanías y los efectos de las fabricas industriales de la época.

Por otro lado tenemos las reivindicaciones de la burguesía, cuyas reivindicaciones menos concienciadas y menos extremas, veían con muy malos ojos los efectos devastadores que la contaminación, la polución y la suciedad del nuevo sistema industrial de fabricas estaba llevando e impactando en sus parajes habituales forestales y verdes de recreo y ocio, que les permitían salir a pasear, pescas o cazar, y que con la industria naciente estaban empezando a desaparecer, lo cual supuso un fuerte impacto y rechazo de las clases sociales mas acomodadas que reclamaban las nostalgia por un pasado mas puro y complementado con el medio ambiente.
De esta forma, esta preocupación por el medio ambiente, ya muy extendida entre las diferentes capas sociales ya a finales del siglo XIX se va a generalizar y pasara a formar parte de toda una campaña de concienciación por parte de gobiernos y estados de todo el mundo.
Así pues, ya a finales de siglo empiezan a surgir numerosas organizaciones y plataformas, especialmente en Inglaterra al ser el lugar mas industrializado y por ende mas contaminado del continente, donde la preocupación por una cada vez mas rápida degradación medioambiental provoca la pronta aparición de numerosas organizaciones de tipo o inspiración ecologista, como es el caso de la “Sociedad Zoológica de Londres” (1830), la “Sociedad para la preservación de los comunales, los espacios abiertos, y los senderos” (1865), la “Real sociedad para la protección de las aves”(1889) o la “Sociedad Británica para la conservación de la fauna y la flora” esta un poco mas avanzada ya en 1903, en los albores del nuevo siglo. Ello demuestra la, cada vez mas latente preocupación por las cuestiones medioambientales y la necesidad de tomar medidas inmediatas para gestionar un respeto y cuidado por el entorno natural de flora y fauna que se empezaba a encontrar seriamente amenazado por el peligro de la incipiente industrialización.

Sin embargo, no es solo Gran Bretaña el único país que empieza ya desde épocas muy tempranas a mostrar preocupación y respeto por sus entornos naturales, si no que otros países siguen su estela en este ejemplo, como es el caso de Francia que funda la “Sociedad francesa para la protección de la naturaleza” (1854) o el caso de los Estados

Unidos, que es pionero en todo el mundo en la protección, y delimitación de los llamados espacios o reservas de la naturaleza, para limitar la presencia humana y así intentar que el impacto con el medio ambiente en estos auténticos submundos naturales permanecieran lo mas puros e inalterados posibles, fundando como ejemplo el caso de la creación del Parque Nacional de Yellowstone (1872) y posteriormente el “Sierra Club” (1892) con mas de 500.000 afiliados y que es la organización medioambiental mas antigua de todo el país.

2) Punto de partida del ecologismo contemporáneo:

Así pues, como se ha visto, con el desarrollo del sistema capitalista a escala mundial, los gobiernos de todos los países del mundo inician una seria campaña por un cada vez mayor cuidado del medio ambiente y de la naturaleza que les rodea, por los efectos cada vez mas nocivos de la polución y la contaminación de las nuevas necesidades impuestas por el sistema capitalista.
Esta situación, sin duda alguna, se agrava aun mas con los devastadores efectos que en el medio ambiente provoca el impacto brutal de la primera y la segunda guerra mundial, cuyo armamento destruye y contamina brutalmente el medio ambiente en apenas 30 años en una medida que jamás se había hecho hasta entonces en toda la historia de la humanidad. Además, las nuevas necesidades de reconstrucción económica en pocos años hacia que se fomentara la construcción de nuevas y cada vez mayores industrias por todo el mundo para la regeneración económica, que cada vez mas creaban nuevos problemas y contaminación al medio ambiente, como el caso de emanaciones toxicas a la atmósfera, contaminaciones de ríos, lagos y mares, destrucción de bosques...

Como consecuencia de ello es que se empiezan a asentar las primeras bases de lo que va a ser oficialmente el desarrollo del ecologismo oficial y alternativo en todo el mundo.
Dos van a ser los acontecimiento que fomenten la aparición de lo que conocemos hoy día como el moderno ecologismo o ambientalismo, y son la creación del llamado Club de Roma en 1970 y las resoluciones de la Conferencia de las Naciones Unidas de Estocolmo en 1972.

El Club de Roma; En el año 1970, una agrupación privada de empresarios, científicos y políticos, llamada como Club de Roma encargo a un grupo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachussets bajo el liderazgo del profesor Dennis L. Meadows, un estudio sobre los problemas reales que en ese momento ponían en riesgo el desarrollo de la globalización. El trabajo se publica dos años después en 1972 bajo el titulo “The Limits of Growth” (Los Limites del crecimiento), donde se hace un análisis del desarrollo en los primeros 60 años del siglo XX de diversos factores, como la población, producción, contaminación o reservas naturales, diseñando formulas que relacionaban variables entre si, calculando el valor de esas variables futuras. Los resultados que salieron de este análisis fueron totalmente negativos y descorazonadores, donde se establecía que por la progresiva desaparición de los recursos el año 2000 conocería una crisis fortísima de la producción y para el año 2100 la situación seria catastrófica con una producción negativa y una población mundial en decadencia y casi extinción. Todo ello según los valores de consumo y el ritmo actual de crecimiento.

Todo ello iría acompañado de una contaminación del medio ambiente atroz y elevadísimas tasas de mortandad derivadas de la critica situación medioambiental
Por ello, la solución seria moderar ese crecimiento, frenar el consumismo excesivo e introducir formas de producción mas ahorradoras y respetuosas con el medio ambiente.
Tales son las palabras de Meadows en su informe donde dice que “ si se mantienen las tendencias actuales de crecimiento de la población mundial, contaminación ambiental, producción y agotamiento de recursos, el planeta alcanzara los limites del crecimiento en los próximos cien años”.
Es por ello que los países empiezan a tomar conciencia de la situación critica del medio ambiente y empiezan a desarrollarse decenas de movimientos ecologistas repartidos por todo el mundo. Sin embargo y a pesar del desarrollo de la economía en los años posteriores a la década de los 70 y 80, la conciencia ecologista urgente ante la situación de crisis y decadencia del planeta había estallado y tanto organizaciones internacionales, como grupos ecologistas se ponen en marcha para realizar acciones y planes para fomentar una situación de estabilidad y respeto por el medio ambiente.

Ejemplo de ello será la primera conferencia de la ONU en este tema con el propósito de tomar medidas serias y contundentes entre los estados miembros para reducir paulatinamente el riesgo de destrucción del medio ambiente.

La Conferencia de las Naciones Unidas de Estocolmo: En 1972 se convoca esta conferencia internacional sobre el entorno y el medio ambiente humanos, con el propósito de tratar el reciente tema de la crisis medioambiental y tomar medidas en referencia a ello. Y es que por primera vez un foro y una organización política internacional discutía como tema principal y único el aspecto del medio ambiente y las medidas para solución el problema de la crisis ecológica, y donde se hace una legislación acerca de este tema.
En este foro internacional, se establecen una serie de principios básicos como la igualdad (todos los estados tienen iguales deberes y derechos, condenando las desigualdades tanto medioambientales como raciales) desarrollo sostenible (donde se señala la relación entre desarrollo económico y medio ambiente, en cooperación y respeto) soberanía estatal sobre recursos propios (los estados pueden libremente explotar sus propios recursos pero con moderación y equilibrio) no interferencia (donde los estados se comprometen a no interferir en temas medioambientales de otros estados) responsabilidades compartidas (el estado asume la culpa cuando un daño ecológico afecte a otro estado) o cooperación internacional (guiado en toda actividad medioambiental según los intereses propios).

Como efecto de esta conferencia, se crea el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) para encargarse de temas medioambientales, que se ocupa del sistema de control medioambiental (informando a cada país sobre temas medioambientales) registro internacional de sustancia toxicas (donde controla las medidas de seguridad para las sustancia mas nocivas) o infoterra (informando ambientalmente a gobiernos, empresas o investigadores). Su sede esta en Nairobi (Kenya).

3) Desarrollo del ecologismo a partir de los años 70:

Así pues, tras estos precedentes históricos, se pone en marcha todo un proceso de conciencia del ecologismo y surgen numerosas plataformas, organizaciones y movimiento de tipo ecologistas por todo el mundo para tratar de encontrar y fomentar un respeto con el medio ambiente. Algunas de ellas serán algo mas radicales y fomentaras actuación algo mas extremas que otras, pero todas tienen en común la preocupación por la inestabilidad medioambiental.
Entre los diversos grupos y tendencia de este incipiente ecologismo medioambiental destacados se encuentras tres tendencias claramente diferenciadas entre si; los conservacionistas, los institucionales y los radicales.

Los conservacionistas; establece que puede haber una situación de convivencia y respeto entre el ecologismo y el sistema económico actual sin existir un necesario conflicto entre ambos. Establecen una defensa del medio ambiente y sus recursos naturales por motivos ético-estéticos únicamente, una creación de dios, y al ser legada por este debemos usarla con respeto y moderación y cuidar de ella para su preservación. Estos holocapitalistas, o capitalistas verdes como también son conocidos, establecen además que esos recursos naturales tienen un precio, y que se debería no solo considerar si no analizar los daños producidos a la naturaleza por el sistema capitalista, de forma que se establece un sistema de multas y penalizaciones a las empresas que incumplan con los planes de respeto e integración respetuosa con el medio ambiente.
Se establecería una legislación para penar los delitos medioambientales, aunque reconocen que habría desigualdad económica porque las empresas económicamente mas fuertes, pagarían dichas multas y seguirían contaminando con total impunidad y desprecio por el medio ambiente, es lo que se conoce como una elitizacion de la economía verde.
Además establecen la necesidad de crear grandes reservas medioambientales, que deben ser conservador y preservador de la mano del hombre para limitar al máximo su impacto y destrucción.

Se crearían así las llamadas “islas verdes” en un entorno hostil de capitalismo donde se preserva la biodiversidad. Un ejemplo de agrupación conservacionista seria la organización National Geographic Society, fundada en 1888 en Estados Unidos, que publica una revista mensual con fotos y descripciones de paisajes y entornos naturales de todo el mundo a través de impresionantes fotografías a todo color.

Los institucionales; la irrupción a mediados de los años 60 y 70 de diversos movimientos sociales, entre ellos el feminismo y el ecologismo provoca que se introduzcan nuevos temas en la agenda política de los diversos estados, como es el tema dela preocupación medioambiental. Entre estas agrupaciones que surgen desde el punto de vista reformista o institucional están las ONGS ecologistas y los llamados partidos políticos verdes.
Así aparecen organizaciones no gubernamentales de tipo institucional ecologista, que surgen en los años 70 debido a la ineficacia de los partidos y movimientos de izquierda a la hora de resolver los problemas medioambientales. Sus miembros son generalmente gente de clase media-alta con tiempo libre suficiente para dedicarse casi por entero a las labores y la lucha ecologista (aunque ello es obviamente una generalización), y la mayoría de ellos, inicialmente al menos eran lo que se conocía como activistas o militantes pasivos, los cuales se dedican únicamente a financiar los grupos ecologistas y ahí terminaba su labor. Aunque con el paso de los años, ello ha ido cambiando y la conciencia militante se extiende a otros campos no exclusivamente financieros al contar la mayoría de estos grupos con sedes locales .
Entre estas agrupaciones ecologistas contamos actualmente nacional e internacionalmente con cuatro grandes grupos ecologistas fundados en los años 60 y 70 y que son la base actual del movimiento de base del ecologismo institucional militante. Estos son, básicamente Greenpeace, WWF-ADENA, Ecologistas en Acción, y Seo/Birdlife.

En primer lugar destaca el caso de la asociación Greenpeace; Es una asociación ecologista fundada en Canadá en 1971, independiente política y económicamente, de tipo no gubernamental, y que de autofinancia a través de las cuotas de socios u aportaciones individuales, pero nunca de gobiernos, asociaciones, o partidos políticos, así como la venta de productos comerciales con las referencias o diseños del grupo ecologista. En el ultimo recuento de hace dos años, se documento que el numero total de afiliados a nivel internacional era de unos tres millones de personas y 85.000 en todo el territorio del estado español.. Su objetivo militante es defender y proteger el medio ambiente, realizando campañas de conciencia, protección medioambiental (contra el cambio climático, protección de reservas naturales, lucha contra la contaminación, el agujero de la capa de ozono, y limitar el uso de armas nucleares) o actos directos de intento de boicot de empresas o instituciones que tratan de perjudicar al medio ambiente.
Tiene su sede central en Ámsterdam, y posee numerosos barcos para sus actividades militantes, cuyo barco mas grande y notorio es el conocido como “Rainbow Warrior”, construido en 1955, y tomado por la organización en 1978 y fue durante años usado como instrumento militante de campañas de acción directa contra barcos o elementos que trataban de fomentar la progresiva destrucción o el daño al medio ambiente. Solía ser frecuente que militantes de Greenpeace a bordo de su buque insignia se pusieran delante de barcos ballenero, o cerca de los atolones donde países como Francia hacían pruebas nucleares, como protesta contra el abuso y el daño que el consumismo estaba haciendo al medio ambiente. Como castigo, los servicios secretos franceses lograron dinamitar y hundir el barco en 1985 para evitar sus campañas militante, en el transcurso de cuya acción falleció un miembro de la organización, Fernando Pereira. A pesar de ello, con el paso de los años el barco fue reconstruido y rebautizado con el mismo nombre continuando sus actividades militantes.

El grupo nace originalmente en 1971 de forma espontánea, formado por un grupo de activistas antinucleares canadienses, donde formaron una organización previa conocida como “Don't make a wave Committee" (Comité "No provoquéis un maremoto") e inicialmente surge como acción militante de protesta por las pruebas nucleares que hace el ejercito de los Estados Unidos en un archipiélago de Alaska, argumentando que las pruebas allí podrían causar una inestabilidad geológica y provocar un gran maremoto ( origen del nombre) que causaría efectos devastadores ( junto con la destrucción medioambiental que producen las pruebas nucleares) en el medio ambiente. Consiguen fletar un barco, y lanzan un lema propio que luego se convertirá en icono del ecologismo mundial: Greenpeace "Queremos paz, y queremos que sea verde", que luego dará ( tras esta fallida acción en Alaska que no impide el desarrollo de las pruebas) nombre al nuevo grupo ecologista militante que se fundara oficialmente poco después.
Posteriormente, diversos grupos de Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia adoptan este nombre que se empieza a popularizar como símbolo del nuevo interés militante por el medio ambiente. Poco después, el grupo ya creado oficialmente empieza a protestar internacionalmente contra las pruebas nucleares en atolones del Pacifico y Micronesia, aunque la colaboración y coordinación de los diversos grupos de Greenpeace en estos primeros años fuese aun muy ineficaz y escasa, por la falta de previsión y organización.
Es el momento ya a mediados de 1974 cuando Greenpeace empieza ya a extender su campaña de acciones, a todo el mundo y a diversas luchas ecológicas; contra acciones nucleares, contra caza de ballenas, contra caza de focas.........emitiendo imágenes secretas de las acciones brutales llenas de salvajismo que rápidamente impactan a la opinión publica mundial y logran hacer de Greenpeace una organización que gana cada vez mas simpatías en todo el mundo por su lucha incondicional por el medio ambiente.

Rápidamente, la influencia de la organización se extiende por todo el mundo, y muy pronto, en 1978 ( a penas 7 años después de su fundación) su impacto es tan importante que se funda Greenpeace Internacional, unificando grupos y acciones de la organización alrededor de todo el mundo, como la sección del estado español, fundada en 1984 con sede en Madrid, y unos 100.000 socios en todo el territorio estatal, y que al igual que sus compañeros internacional es totalmente independiente y se financia con las cuotas o productos comerciales de la organización. Actualmente, Greenpeace es la organización ecologista institucional mas fuerte del mundo.

Otro grupo ecologista destacado también es el caso de WWF-ADENA; En este caso, la organización que voy a tratar se explica a media entre la sección internacional (WWF) y la sección española (ADENA) que es básicamente una de las mas carismáticas en el estado español y conocida por su celebre logotipo del oso panda sobre el lema de la organización. WWF-ADENA es la sección española de una de las mayores organizaciones dedicadas a la conservación y protección de la naturaleza que hay actualmente en el mundo. Junto con el activismo de conciencia de Greenpeace, es la gran agrupación ecologista del mundo y del estado español. La sección de la WWF, ADENA (Asociación para la Defensa de la Naturaleza) , fue creada en el estado español, en 1968 y fue como consecuencia de una actuación militante, a favor de la protección de los espacios naturales del patrimonio medioambiental de la península y mas concretamente como protesta y rechazo a una acción concreta, como fue el intento por parte del gobierno dictatorial de Francisco Franco de convertir un autentico paraje de la biodiversidad y el medio ambiente como es el Parque Nacional de Doñana en un gran arrozal para fomentar un desarrollo económico mayor de la zona.

Desde ese momento ADENA ha luchado incesantemente en todo el estado español para la protección y preservación de los espacios verdes y las reservas naturales y para garantizar su protección y mantenimiento por parte de los diferentes gobiernos que hayan surgido desde ese momento, y la mayoría de sus acciones se centran en la conservación del medio ambiente, mas que la lucha de conciencia y militancia activa a favor de un desarrollo ecologista, como pudiera ser el caso de Greenpeace o Ecologistas en Acción. A pesar de ello su continua aportación en la defensa y conservación del medio ambiente le han granjeado una simpatía internacional y el convertirse en un símbolo del ambientalismo

Por su parte, la organización internacional, WWF- World Wide Fund for Nature (Fondo Mundial para la Naturaleza) es la mayor organización de conservación y mantenimiento de la naturaleza y el medio ambiente de todo el mundo, basando su lucha en la lucha contra la degradación medioambiental y la protección de los espacios naturales.
Nace a partir de un pequeño núcleo de defensores de la naturaleza el 11 de septiembre de 1961, formada por miembros de diversos estratos sociales, adoptando el logotipo del oso panda ( en peligro de extinción) por lo que desde ese momento el logotipo del oso panda como animal protegido y en peligro se ha convertido en uno de los principales símbolos de conservación y protección del medio ambiente. Sus actividades se basan en la creación y sostenimiento de áreas y reservas naturales protegidas, conservación de especies naturales, conciencia sobre temas ecologista, y lucha por la aplicación real de las políticas medioambientales.
Destaca por ser de las pocas organizaciones que asienta su funcionamiento en un constante trabajo de campo, muchas veces con la población indígena local de la zona, en las tareas de cuidado medioambiental.
Esta organización cuenta actualmente con unos 5 millones de miembros, y 27 organizaciones e alrededor de todo el mundo, implantado en aproximadamente un centenar de países de todo el mundo. A pesar de su militancia, no se le considera un grupo ideológico y doctrinal y ha realizado alianzas con diversas organizaciones capitalistas como la ONU. o el Banco Mundial para la preservación de los entornos medioambientales y la preservación de la naturaleza.

Mas concretamente en el estado español, ha surgido hace unos años una organización ecologista nueva, que se encarga de llevar a cabo una política medioambiental mas comprometida y militante, como es Ecologistas en Acción; Esta agrupación, ligada a los movimientos sociales alternativos, es una confederación de mas de 300 grupos ecologistas de todo el mundo formada en 1998, a raíz de numerosos grupos ecologistas locales independientes a pequeña escala no vinculados a ninguna plataforma ecologista del momento. Sus orígenes podríamos buscarlos en la creación en 1985 de la Federación Ecologista de Albacete fundada a de numerosos grupos del momento, como Chrysaetos, Naturalistas de Campo, o Euros.

Poco después, el grupo se integra voluntariamente en el grupo ecologista Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (AEDENAT) fundado en octubre de 1976. Como fruto de diversas propuestas y debates internos, se considera que toda esta amalgama de grupos ecologistas separados e independientes, se podría crear una gran plataforma ecologista a gran escala, militante y comprometida, cercana a los movimientos sociales y que pudiera ser capaz de tener una implantación nacional tan fuerte como Greenpeace o ADENA. Como consecuencia de ello se crea esa plataforma unitaria, Ecologistas en Acción en diciembre de 1998. Además de los proyectos militantes de campo en apoyo de la preservación medioambiental edita su revista “ El ecologista” y el proyecto virtual “EcoSpip”.

Se dedica a nivel militante, a la defensa de los espacios naturales, y contra los medios económico-sociales que propician la progresiva degradación medioambiental desarrollando en ocasiones acciones de corte mas comprometido en la lucha o al menos en la critica del sistema económico capitalista, al considerarle en muchas ocasiones culpable de la situación de progresiva degradación medioambiental a que se somete el planeta. No obstante su antidogmatismo que permite tener militantes de todos ámbitos ideológicos (socialista, anarquistas, conservacionistas..) y la obtención de fondos ocasionalmente de parte del Estado hace que mucha gente no lo encuadre dentro del ecologismo llamado radical o puro, aunque algunos de sus miembros si pertenezcan a ese entorno.
Entre sus campañas actuales destacan temas como la llamada “Gestión de Vivero de Municipal de Especies Autóctonas”, o defensa de espacios naturales como la Ribera del Júcar, "El Encinar”, Las Lagunas de Ruidera, Sierra de Riópar, actividades militantes en el entorno del Jarama en Madrid, campañas contra la contaminación y degradación medioambiental como la construcción del tren AVE, campaña contra los alimentos transgenicos, la contaminación, o la energía nuclear (movilización contra centrales nucleares, en especial las obsoletas) o repoblaciones de entornos naturales. En ella se organizan a través de núcleos confederales y locales en todas las comunidades autónomas, en diferentes áreas de trabajo como agua, cambio climático, conservación de la naturaleza, consumo, contaminación, conciencia, energía, globalización, medio marino, residuos, transgenicos, transporte, o urbanismo, donde se paga una cuota fija anual y a parte aportaciones a campañas concretas que requieran de mayor aportación económica puntual, o a través de la venta de productos relacionados con la confederación.

Otro grupo de este tipo es el caso de SEO-Birdlife; La Sociedad Española de Ornitología (SEO) es una organización de menos calado que las anteriores, creada el 15 de mayo de 1954 en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid inicialmente formado por 85 personas, es una de las mas antiguas asociaciones ecologistas del estado, a pesar de ser de poca importancia.
Es una organización, como su nombre indica, que se dedica al estudio, conservación y defensa de las aves, como un aspecto de la naturaleza que se debe proteger y ante los peligros de los grandes accidentes medioambientales ( típicas son las imágenes de los vertidos petrolíferos en el mar y el ave local totalmente cubierta de negro por efecto de la contaminación de petróleo). Desde sus inicios la agrupación a publicado una revista de temática ornitológica, llamada “Ardeola”, y un boletín trimestral llamado “La Garcilla”. En 1957 también en época muy temprana crea un Centro de Migración de Aves y se dedica constantemente a campañas de protección medioambiental y en defensa de las aves.
La organización ecológica SEO pertenece a la organización internacional Birdlife, fundada en 1922 con el nombre de International Council for Bird Preservation, que tras la II Guerra Mundial, retomó su actividad más intensamente en los años 80. Birdlife, se dedica a la protección de las aves y de sus entornos naturales, se trate o no de especies protegidas, mostrando apoyo y colaboración a todas en casos de emergencia por catástrofes medioambientales de diversa índole; véanse incendios, inundaciones, vertidos petrolíferos..etc.
Actualmente, cuenta con una figura destacada que ostenta el cargo de Presidenta de Honor, la reina Noor de Jordania.

Por otro lado, encontramos partidos políticos cuya actividad gira principalmente en torno a intereses ecologistas y medioambientales; los denominados partidos verdes, que surgen a partir de los años 70 y 80, rompiendo con el habitual discurso de la izquierda que deja grandes vacíos en cuanto a la consideración del medio ambiente en sus programas políticos.
Estos grupos, comienzan su actividad tras la creación del Grupo Unido de Tasmania y el Partido de los Valores de Nueva Zelanda, encontrando dentro del panorama europeo a Die Grünen alemanes, nacidos tras la ruptura con el Partido Socialdemócrata (SPD) o Los Verdes españoles. Estos últimos, surgidos en 1984, en Málaga son resultado de la influencia ejercida por el Manifiesto de Tenerife de 1983, el cual constituye la firma de un acuerdo entre los ecologistas españoles que, tras la llegada de la activista Petra Kelly, llegan a la conclusión de la ineficacia de los partidos políticos del momento para abordar temas medioambientales, insistiendo en la necesidad de la fundación de partidos cuyo principal interés sea la defensa de la naturaleza.
Actualmente, el partido verde , fuerza política independiente, se encuentra coaligado con numerosas fuerzas política progresistas, aunque respeta y prima las políticas medioambientales como eje de su actuación. En zonas como Catalunya, (en la plataforma comunista iniciativa per catalunya-verds) gobierna actualmente junto con las fuerzas nacionalistas y progresistas

Los radicales; En este grupo ecologista están encuadrados plataformas organizativas del ecologismo radical concretas como A.L.F. o E.F.! o iniciativas y corrientes del ecologismo radical como el ecologismo social, y anarquista.

Dentro de esta sección destacan organizaciones como el caso de Earth First! (E.F.!); El grupo tierra primero, es una organización ecologista radical, que surge en el verano de 1980 en los Estados Unidos, el cual además de sedes organizativas por todo el estado, cuenta con sede virtual y con una revista propia, la EF!Journal, la revista oficial de la organización, donde se publican artículos que enuncia las campañas de actuación de la organización ecologista, surgida de numerosas organizaciones ecologistas radical norteamericanas que tenían un lema, que es el que posteriormente tomaría Tierra Primero; “ No compromise in defense of mother earth” (sin concesiones en la defensa de la madre tierra).
Estuvo dirigido en sus inicios fundacionales por los activistas ecologistas Dave Foreman, Mike Roselle, Howie Wolker, y Ron Kezar, donde se crearon movimientos de defensa con los millones de áreas ecológicas dispersas por todo el territorio estatal. Foreman diseña el nombre del partido y Roselle el logo, consistente en una llave inglesa y un hacha prehistórica cruzadas sobre el lema Earth First!, atravesado por un puño en verde. Con esos elementos se daba oficialmente por fundada la organización ecologista radical mas famosa, diferenciada de las anteriores por creer, al menos en sus inicios que el uso de la violencia en los sabotajes y boicots estaba no solo bien vista si no que se aprobaba como método de lucha siempre que fuera necesario. Actualmente esta organización cuenta con sedes en los Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia, Holanda, Filipinas, y Republica Checa, siendo el grupo ecologista radical mas importante y extendido en todo el mundo.
Durante los primeros años de existencia del grupo, los propósitos, ideas y planteamientos del grupo se manifestaban en su periódico en ese momento “Earth First! The radical environmental journal” o “Earth First! Journal”

En la primavera de 1985, desde las columnas del periódico del grupo, se hace un llamamiento general de marcha hacia el Bosque Nacional de Willamette de Estados Unidos para lanzar una acción directa contra las industrias Willamette.
Como consecuencia, se hace una intensa campaña de acción en este sentido y el 23 de mayo la célula de protesta de E.F.! hace la primera sentada, donde el activista Mike Jakubal se ata a un árbol. Posteriormente el citado militante junto con Mike Roselle, y Ron Huber son detenidos en la base de los árboles.

Mas tarde, el grupo ecologista cambio sus métodos de actuación y lo que antes eran formas bien vistas de actuación, ahora eran las formas a seguir. De esta forma, la acción directa, el sabotaje y el boicot se convierten en estrategias comunes del grupo. Como consecuencia derivada de ello, una gran cantidad de miembros son atraídos a las filas de militancia de la agrupación, generalmente provenientes del anarquismo y la izquierda radical, ideologías que parecían estar cada vez mas cercanas a los preceptos de la agrupación.

Por ello, empiezan a surgir diferencias y enfrentamientos dentro del grupo, y sus miembros mas antiguos, los fundadores de EF!, se sienten cada vez mas incómodos y poco identificados con el nuevo rumbo que estaban tomando las cosas. Como derivado de esta inconformidad gran cantidad de estos antiguos militantes se escinden del grupo en 1990, de corte moderado , fundando una nueva revista ( Wild Earth) que dieron lugar al nacimiento de nuevo grupo ecologista, The Wildlands Project.
Por su parte, E.F.! continua con su progresiva identificación y viraje hacia posturas políticas anarquistas, con método de funcionamiento horizontal, asambleario y mostrando su mas enérgico rechazo hacia los liderazgos y la burocracia administrativa, a pesar de que poco a poco se van distanciando de los actos violentos, a favor de formulas de acción criticas y radicales pero no violentas. Debido a ello surge en el seno de la organización una nueva escisión en 1992, esta de carácter mas radical, de aquellos que se niegan a abandonar la violencia, fundando un nuevo grupo, Earth Liberation Front, que practica la violencia y acción directa.

Así pues para inicios de los años 90 el ecologismo radical norteamericano se encuentra dividido en tres organizaciones, Earth First!, Earth Liberation Front! y The Wildlands Project, al que se sumara mas tarde el otro gran grupo radical, Animal Liberation Front.
A pesar de todo ello, el grupo original de EF! no descarta totalmente la acción directa, y aprueba actos de sabotaje, boicot, encadenado de árboles... siempre que sea extremadamente necesario y como fin ultimo no deseado. Es por ello que los círculos reaccionarios no la han dudado de tachar como “eco terroristas”.

El otro gran grupo ecologista radical es el Animal Liberation Front-ALF; Con este nombre se conoce al otro gran grupo ecologista radical, cuyos orígenes militantes parecen remontarse a los años 60 y 70. No se tiene demasiada información del grupo, ya que sus activistas, usan asiduamente la acción directa y la violencia armada como método de lucha, y por ello son clandestinos. Entre sus acciones mas destacadas están la liberación de animales de granjas o laboratorios, sabotaje de laboratorios o industrias por el uso de pruebas químicas contra los animales..
Actúan de forma clandestina y se identifican con los ideales anarquistas ( de hecho su símbolo es la a circulada del anarquismo con las letras L y F del grupo) según métodos de actuación anti-autoritarios, sin ningún tipo de contacto entre las diferentes células de activismo, para fomentar una independencia y autonomía entre ellos y asegurar la existencia del grupo en caso de actuaciones aisladas de alguno de ellos y su posible intercepción por las fuerzas armadas. De hecho muchos establecen que la ALF no tiene un existencia física formal y diferentes células activistas realizan acciones armadas en nombre de las siglas del grupo, a pesar de contar con su propia pagina web.

En numerosas ocasiones, el grupo antiespecista no ha dudado en usar tácticas extremas, como quema de edificios o coches y actos de sabotaje contra instituciones que usan los métodos de explotación animal como formas habituales a la hora de desarrollar sus negocios.

Sin embargo, esta forma de activismo clandestino a partir de células no coordinadas y sin lideres es la forma mas peculiar que dispone el ALF de actuación. En referencia a ello, Robin Webb, el encargado de la oficina de prensa de la liberación animal en Inglaterra dice que “por esto es por lo que el ALF no puede ser destruido, no puede ser infiltrado, no puede ser parado. Vosotros, todos y cada uno de vosotros: vosotros sois el ALF”

En otro orden de cosas cabria destacar por ultimo como aspecto destacado del ecologismo radical, al margen de los grupos ya citados corrientes o experiencias que se considera están cercanas a posturas socialistas o anarquistas y que son una innovación lejos del métodos institucionales de hacer ecologismo. Entre ellos esta el ecologismo social y el ecologismo profundo.

Todos ellos tienen una indudable herencia del anarquismo social por su carácter eminentemente radical. La relación política entre anarquismo y ecologismo se hace evidente a lo largo de la historia, así como la preocupación por parte de los anarquistas del medio ambiente. Pedro Kropotkin, geógrafo y naturalista anarquista, en su libro “Campos, fabricas y talleres”establece que la comunidad igualitaria debería convivir en una situación de respeto entre el medio ambiente natural y el ser humano o en su trabajo “ El apoyo mutuo” donde elabora una investigación sobre la cooperación de los seres vivos entre ellos y con el entorno natural que les rodea en lugar de fomentar la competitividad que es negativa.
A su vez, también el geógrafo anarquista Eliseo Reclus sienta las bases teóricas del apoyo y fundamento anarquista del ecologismo radical.

Por su parte, destaca aquí el llamado ecologismo social; Se podría definir como una sección mas radical del ecologismo, destinado a realizar una critica contra el sistema social que fomenta la desigualdad y la progresiva destrucción del medio ambiente y los métodos alternativos para reconstruir una sociedad libre basado en los términos de respeto, igualdad y ecologismo.
Como ejemplo de ecologismo social esta la agrupación Bajo el Asfalto esta la Huerta (BAH) como colectivo de personas que fomentan un desarrollo de la agricultura según términos ecologistas, cultivamos en autogestión los productos y rotándolos entre sus miembros para el autoconsumo. Se basan en términos de igualdad, asamblearismo y un total rechazo al autoritarismo jerárquico, así como de los métodos de vida no ecológicos. Los medios y métodos de producción son, pues, totalmente colectivos. Este colectivo se financia con las cuotas de los afiliados y socios y los productos que tienen, cursos de agricultura ecológica.... La distribución se hace con sistema de bolsas que divide igualmente lo producido entre los socios miembros

También destaca en ultimo lugar el llamado ecologismo profundo; Es una concepto del ecologismo basado en las teorías de Arne Naess, donde se debe establecer una nueva sociedad con una relación armónica con el medio ambiente, el derecho de existir de los ecosistemas naturales sin destruirlos y el derecho de diversidad cultural. Se ha de fomentar la integración de las personas en la naturaleza.

Como ejemplo de esta relación armónica están las llamadas “eco aldeas” que son un movimiento de personas que optan por realizar un entorno de convivencia social diferentes a los convencionalismos urbanos de las grandes ciudades. Se demuestra con ella la posibilidad real de vivir fuera del entorno consumista del capitalismo, según principios de socialismo y ecologismo respetuoso con el medio ambiente. Son una serie de proyectos reales que se localizan en Europa, África, Oceanía y América, cuyas bases son el desarrollo sostenible y humano y son totalmente heterogéneas entre si, de forma que cada eco aldea es diferente y desarrolla sus propios sistemas de convivencia, incluso aquellos liberales no socialistas o religiosos.

Tiene su origen en Dinamarca en 1991, cuando unas 20 personas se reúnen para definir la formula de creación, sostenimiento y expansión de las eco aldeas.
En ellas, los alimentos se consumen ecológicamente, con materiales no tóxicos ni transgenicos. Todos los objetos deben ser reciclables según los principios ecológicos, usando energías renovables y de uso moderado, eliminando al máximo la polución y contaminación. Todo es totalmente abierto, horizontal y asambleario, así como respetuosos con todas las culturas y civilizaciones.

4) Panorama actual del ecologismo:

Así, hemos visto el extenso desarrollo del ecologismo a lo largo del siglo XX.
Una nueva tendencia en los movimientos sociales que, desde el informe del Club de Roma de 1972, ha ido poco a poco adquiriendo conciencia realmente del enorme cambio que es necesario en las políticas medioambientales, debido a la alarmantemente alta crisis ecológica que vive el mundo en nuestros días. El calentamiento global, el deshielo, los desastres naturales......todo ello hace evidente la necesidad de un cambio radical a la hora de entender las relaciones con el medio ambiente y entre los diferentes estados.

Sin embargo, y pese a los alarmantes informes de los organismo internacionales acerca de la crisis medioambiental que se avecina a pasos agigantados, la contaminación y polución medioambiental son problemas que se siguen dando hoy en día con tanta frecuencia que cuando se elaboraron los primeros informes ambientalistas.
Como necesidad real de fomentar nuevos acercamientos entre los países para reducir estos alarmantes datos, se convocaron a finales de siglo tres conferencias, Nairobi, Río y Tokio.

La declaración de Nairobi (Kenya) es convocada por la ONU en 1982, donde se ratifican las necesidad de Estocolmo y fomenta una renovación de políticas medioambientales.

La declaración de Río (Brasil) es una nueva conferencia internacional convocada por la ONU en junio de 1992, muchísimo mas numerosa que las de Estocolmo y Nairobi, con presencia de hasta 172 gobiernos de países de todo el mundo, donde se analizan el impacto que tienen en el medio ambiente determinados sistemas y métodos de producción, como el petróleo , las fuentes alternativas de energía renovable para fomentar un mayor equilibrio con el medio ambiente, la creación de un sistema de transportes públicos mas sanos y ecológicos para evitar la contaminación de humos y gases a la atmósfera, la congestión de los grandes núcleos urbanos, el alarmante problema de la escasez de agua....y los métodos para alcanzar sistemas de desarrollo sostenible con el medio ambiente.

Por ultimo, la declaración de Kyoto (Japón) elaborada por parte de los países mas industrializados el 11 de diciembre de 1997, que se reúnen en la capital japonesa con el objetivo de elaborar planes de reducción de los gases contaminantes a la atmósfera, que producían el efecto invernadero (calentamiento de la tierra por la capa de polución atmosférica), donde los gobiernos se comprometieron a reducir progresivamente un 5% las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera hasta un plazo máximo del 2012. El acuerdo entro en vigor en febrero de 2005 con un firme propósito de los países firmantes de reducir el cambio climático negativo que provocaba inestabilidades atmosféricas y mejorar así el medio ambiente, señalando la comisión de Kyoto que “estos cambios repercuten en el ecosistema y nuestras economías” reconociendo que estas medidas únicamente se toman por motivos económicos, ya que una fuerte inestabilidad medioambiental provoca también una crisis económica. Cada país, en función de sus emisiones contaminantes estaba obligado a reducir un porcentaje concreto de sus gases para lograr una estabilidad medioambiental.

Sin embargo, aunque todos los países lo firmaron, únicamente Estados Unidos lo rechazo rotundamente al considerar que ello supondría una perdida económica en sus industrias inaceptable en comparación con el riesgo contaminante que producía, y hoy este tratado, base de la renovación medioambiental esta en la mesa de actualidad ecológica de todos los países del mundo por un mayor compromiso con el medio ambiente.

BIBLIOGRAFÍA:

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· DOHERTY , Brian: “Democracy and green political thought sustainability, rights and citizenship”, Routledge, 1996
· PARRA, Fernando: “Diccionario de ecología, ecologismo y medio ambiente” Alianza, 1984
· BALLESTEROS, Jesús: “Ecologismo personalista, cuidar la naturaleza, cuidar al hombre” Tecnos, 1995
· SIMONNET, Dominique: “El ecologismo”, Gedisa, 1980
· GAVIRIA, Mario: “Ecologismo y ordenación del territorio en España “, Cuadernos para el dialogo, 1976
· MULLER-ROMMEL, Ferndinand: “Green parties in national governments”, Portland, 2002
· GOODIN, Robert: “Green political theory”, Polity Press, 1992
· http://www.greenpeace.org/
· http://www.wwf.es/
· http://www.ecologistasenaccion.org/
· http://www.earthfirst.org/
· http://www.animalliberationfront.com/

lunes, febrero 19, 2007

Nº:58 - El movimiento ecologista ante el deterioro global: retos y utopías

El movimiento ecologista ante el deterioro global: retos y utopías
Yayo Herrero

Hace ya varias décadas, el Club de Roma publicaba el conocido informe Meadows sobre los límites al crecimiento. El informe constataba la evidente inviabilidad del crecimiento permanente de la población y sus consumos. Alertaba de que si no se revertía la tendencia al crecimiento en el uso de bienes naturales, en la contaminación de aguas, tierra y aire, en la degradación de los ecosistemas y en el incremento demográfico, se incurriría en el riesgo de llegar a superar los límites del planeta, ya que el crecimiento continuado y exponencial sólo podía darse en el mundo físico de modo transitorio.

Más de 30 años después, en 2004, aparece una revisión actualizada del informe Meadows que muestra cómo la advertencia anterior parece haber caído en saco roto y, hoy, la humanidad se encuentra, no ya en riesgo de superar los límites, sino en situación de translimitación (GARCÍA E, 2004). Se estima que aproximadamente las dos terceras partes de los servicios que presta la naturaleza se están deteriorando ya.

EL PANORAMA DE DETERIORO GLOBAL

También en 2005 se publica el Informe de Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (REID et al 2005), del cual se desprenden las siguientes conclusiones:

· En la segunda mitad del siglo XX los ecosistemas se han deteriorado a una velocidad no conocida en ningún otro período de la historia. Los daños que ya ha sufrido la diversidad biológica son irreversibles.

· Los cambios producidos no son lineales y están provocando el agravamiento de la pobreza de una gran parte de la humanidad, que es expulsada del territorio a causa de la violencia, del deterioro de los hábitats y de la destrucción de sus formas tradicionales de vida.

· La degradación de los servicios de la Naturaleza puede empeorar durante la primera mitad del presente siglo haciendo imposible la reducción de la pobreza, la mejora de la salud y el acceso a los servicios básicos para una buena parte de la humanidad.

· Aunque la tendencia a la degradación global podría ser parcialmente frenada si se acometiesen profundos cambios estructurales económicos, políticos y sociales, de momento estos cambios no se están produciendo, por lo que la humanidad camina de forma obstinada hacia el colapso.

Como ilustración de las conclusiones de este informe, podemos pasar revista a algunos de los principales síntomas de la crisis ambiental y el deterioro global:

· El fin de la era del petróleo barato está a la vista. Cada vez se va agrandando más la brecha entre una demanda creciente y unas reservas que declinan y que, además, presentan unas dificultades cada vez mayores para ser extraídas. Las guerras por el petróleo y las fuentes de energía fósil no han hecho más que comenzar. El pico de extracción máxima del petróleo se acerca y la ciencia, la tecnología y la ingeniería no pueden evitarlo. Hoy día, no existen alternativas energéticas que puedan mantener la demanda actual y mucho menos su tendencia al crecimiento.

· El cambio climático, provocado por el aumento descontrolado de la emisión de gases de efecto invernadero, incrementa las alteraciones y perturbaciones no lineales y catastróficas. Estos gases son vertidos a la atmósfera por los artefactos creados por la sociedad tecnoindustrial para el transporte de personas y mercancías, así como por la desregulada actividad industrial de empresas, mayoritarimente multinacionales, que se implantan, cada vez con más frecuencia, en el territorio de aquellos que son más pobres.

· Los efectos del calentamiento global se ven agravados por la destrucción de los sumideros de CO2 en el planeta y por el deterioro del sistema que los millones de años de evolución habían fabricado para defenderse de los cambios y las perturbaciones: la biodiversidad.

· El ciclo del agua se ha roto y el sistema de renovación hídrica que ha funcionado durante miles de años, no da a basto para renovar agua al ritmo que se consume. La sequía en muchos lugares ha pasado a ser un problema estructural y no una coyuntura de un año de escasas precipitaciones. El control de los recursos hídricos se perfila como una de las futuras fuentes de conflictos bélicos, cuando no lo es ya.

· El panorama de deterioro se completa si añadimos los riesgos que suponen la proliferación de la industria nuclear, la liberación de miles de nuevos productos químicos al entorno cada año, sin que se apliquen las más mínimas normas de precaución, la “suelta” de organismos genéticamente modificados cuyos efectos son absolutamente imprevisibles o la experimentación en biotecnología y nanotecnología que nadie sabe dónde puede llevar .

Ya nadie duda que el rápido y reciente deterioro global de los ecosistemas es claramente antropogénico. Sin embargo, el reparto de responsabilidades no es homogéneo. Es el sistema capitalista, basado en el consumo creciente y en la velocidad, e impuesto por los países ricos a través de la denominada globalización, el principal responsable de la destrucción.

Esta responsabilidad del mundo occidental, se puede ver claramente a partir del cálculo de la huella ecológica, un indicador que expresa en unidades de superficie de la Tierra, el uso que un determinado país o comunidad hace de los recursos naturales y servicios que le presta la Naturaleza para absorber los residuos y regenerar los bienes consumidos.

Pues bien, comparando la huella ecológica con la biocapacidad del territorio para proveer los recursos consumidos, podemos deducir el grado de sostenibilidad de nuestras acciones. En el estado español usamos el doble de recursos que los generados por la capacidad productiva de nuestro territorio. Esta es la tónica de todos los países industrializados, con los Estados Unidos a la cabeza en el cómputo. L a huella ecológica muestra que una parte muy pequeña de la población mundial "se come el mundo", consume y gasta lo que es de todos y todas. Desde el ecologismo se considera que la apropiación que los países más ricos hacen de los bienes y servicios que presta la Naturaleza, genera una deuda ecológica, la deuda que las economías del Norte, por sus impactos ambientales y sociales, tienen con las del Sur.

Desde una perspectiva de género, se pueden establecer paralelismos muy interesantes entre las propuestas feministas y las ecologistas. Si hablábamos de huella ecológica para medir el impacto de los estilos de vida sobre la sostenibilidad de la Naturaleza, cabe hablar de la huella civilizadora de las mujeres (BOSCH, A.; AMOROSO, M.I. y FERNÁNDEZ MEDRANO, H, 2003) como indicador que evidencia el desigual impacto que tiene la división sexual del trabajo sobre la sostenibilidad y sobre la calidad de vida humana.

La huella civilizadora es la relación entre el tiempo, el afecto y la energía amorosa que las personas necesitan para atender a sus necesidades humanas reales (cuidados, seguridad emocional, preparación de los alimentos, tareas asociadas a la reproducción, etc) y las que aportan para garantizar la continuidad de vida humana. En este sentido, el balance para los hombres sería negativo pues consumen más energías amorosas y cuidadoras para sostener su forma de vida que las que aportan. Por ello, desde el ecofeminismo, puede hablarse de deuda femenina, como la deuda que el patriarcado ha contraído con las mujeres de todo el mundo por el trabajo que realizan gratuitamente.

Los trabajos que realiza la Naturaleza para la supervivencia, al igual que los que realizan las mujeres, no son valorados por el sistema de mercado, ya que al no ser traducidos en términos monetarios son invisibles.

El deterioro ambiental impacta de lleno en las comunidades humanas y sus modos de vida . Joan Martínez Alier (2005) muestra cómo en todos los lugares del mundo, la irracional y creciente explotación de los recursos naturales no sólo da origen a problemas ambientales, sino también a numerosos y gravísimos conflictos sociales. En el siguiente cuadro se enumeran algunos de los conflictos ecológicos-distributivos compilados por él.

· Conflictos mineros evidenciados por las quejas sobre minas y fundiciones a causa de la contaminación del suelo, del aire y del agua, y por la ocupación de tierras por la minería a cielo abierto y las escorias.

· Conflictos por la extracción de petróleo a causa de la contaminación del aire, del suelo y de las aguas.

· Degradación y erosión de las tierras, causadas por la desigual distribución de la propiedad sobre la tierra, por la presión de la producción exportadora y los monocultivos.

· Sustitución de los bosques por plantaciones de árboles destinados a la industria del papel.

· Biopiratería, apropiación y mercantilización de los recursos biológicos, tanto "silvestres" como medicinales y agrícolas, sin reconocimiento del conocimiento y propiedad de los indígenas y campesinos sobre ellos y sin compensación alguna.

· Destrucción de los manglares y de las poblaciones locales cuya subsistencia depende de ellos por la industria camaronera de exportación.

· Conflictos sobre el agua, movimientos contra las grandes represas para hidroelectricidad e irrigación y problemas. También los conflictos por el uso y contaminación de acuíferos y los conflictos por trasvases de ríos .

· Conflictos por los intentos de evitar la sobrepesca industrial en detrimento de la pesca artesanal.

· Conflictos sobre el transporte que nacen del trasiego cada vez mayor de materiales y energía:derrames petroleros en el mar, guerras relacionadas con oleoductos o gasoductos, amplicaciones de puertos y aeropuertos, construcción de nuevas autopistas.

· Luchas tóxicas ante los riesgos que causan los metales pesados, dioxinas, etc.

· Conflictos de seguridad ambiental sobre la incidencia y distribución social de los riesgos inciertos de las tecnologías a medida que han ido apareciendo (asbestos, DDT, DBCP, otros pesticidas, energía nuclear, transgénicos) tanto en países ricos como pobres. Conflictos debidos a la exportación de residuos tóxicos, sólidos o líquidos.

· Contaminación transfronteriza: emisiones de dióxido de azufre que cruzaban fronteras y producían lluvia ácida, contaminaciones radioactivas por ensayos de armas nucleares en el Pacífico, por ejemploo emisiones de CFC que han dañado la capa de ozono.

· Conflictos por los derechos iguales a los sumideros de carbono. Esta fue la propuesta de Anil Agarwal y Sunita Narain en 1991, para remediar la injusticia de que los ricos del mundo hayan estado usando y usen de manera desproporcionada y excluyente los sumideros de carbono (océanos, nueva vegetación, suelos) y la atmósfera como un depósito temporal. Esa situación da lugar a una "deuda de carbono" del Norte hacia el Sur, como la ha llamado Andrew Simms .

Y mientras tanto, el movimiento ecologista...

De forma paralela a la aparición de las alertas y los avisos sobre los riesgos del deterioro, fue surgiendo una creciente sensibilización ante los problemas ecológicos y ambientales. Poco a poco, este sentimiento se fue extendiendo a parte de la opinión pública, que ha ampliado su campo de reflexión desde lo local a lo global.

Durante los años 70 y 80 aparecieron gran cantidad de publicaciones que realizaban una crítica del modelo desarrollista y de su brazo ejecutor, el sistema tecnoindustrial. La crisis ambiental y los temas ecológicos fueron empapando los ámbitos académicos, sociales y políticos, obligando a que instituciones y agentes sociales de todo tipo incluyesen en sus discursos y líneas directrices la problemática ambiental. Recientemente el discurso ecológico también ha sido asumido por las empresas y por las industrias culturales y el calificativo sostenible, se añade, muchas veces sin sentido, a su actividad.

Sin embargo, es evidente que el aumento de especialistas, publicaciones, departamentos, fundaciones o anuncios publicitarios no han conseguido, por el momento, desviar el camino hacia el colapso. Todos los indicadores de deterioro global muestran cómo la situación empeora. La extracción de recursos y la emisión de residuos per capita siguen aumentando a escala planetaria, ofreciendo un horizonte de destrucción cada vez más cercano. Por tanto, la evolución de la crisis ambiental en las tres décadas transcurridas desde que se planteó la incompatibilidad del modelo de desarrollo capitalista con los procesos que mantienen la vida, permiten deducir que los planteamientos y medidas aplicadas, más que virar en el camino hacia la destrucción, están apuntalando y acelerando el deterioro.

Esta incoherencia provoca un enfrentamiento cada vez más acusado entre los colectivos que más perciben los daños sociales, ecológicos y ambientales que origina la actual civilización occidental y los grupos que denotan falta de voluntad para ponerles freno.

En todos los lugares del planeta han ido surgiendo núcleos de lo que llamamos movimiento ecologista , un movimiento plural que recoge los planteamientos de las opciones más puramente conservacionistas (las que centraban su actividad en la conservación de especies o espacios naturales), las luchas enmarcadas dentro de la ecología política (que incorporan la dimensión social y económica en los análisis ecológicos), las reivindicaciones ecofeministas, posicionamientos en los conflictos ecológico-distributivos y, en muchos casos, todas ellos a la vez. Así, la grieta inicial entre los movimientos ecologistas puramente conservacionistas y los que se definían como de ecologismo social y político es cada vez más pequeña ante la evidente imposibilidad de mantener o conservar nada, en un sistema que se basa precisamente en la extracción, transformación y venta de todo lo que existe, incluso las relaciones humanas.

RETOS Y DIFICULTADES DEL MOVIMIENTO ECOLOGISTA

La situación, como vemos es preocupante y compleja. ¿Por qué si la situación es tan grave y crítica, una parte mayoritaria de la población permanece tranquila, sin reaccionar, sin buscar o exigir medidas radicales que conduzcan a eludir ese futuro incierto al que nos aboca este modelo?

Desde nuestro punto de vista son varios los aspectos que provocan esta pasividad y constituyen los principales retos a superar por el movimiento ecologista:

1. La falta de percepción social de la gravedad de la crisis.

2. Las personas no se reconocen como seres ecodependientes.

3. Se necesita tiempo para el cambio, pero es poco el tiempo que queda para actuar.

4. Son necesarias intervenciones colectivas en medio de un profundo deterioro de las relaciones comunitarias

5. Los comportamientos más sostenibles son percibidos como atrasados, ineficaces o incómodos.

Los obstáculos anteriores no son casuales ni inocentes. En las siguientes líneas vamos a comprobar que son inherentes a un modelo de desarrollo que persigue la maximización de los beneficios monetarios a corto plazo, que para funcionar necesita crecer indefinidamente en un marco físico que, sin embargo es finito.

1. Invisibilidad de la crisis ambiental y el deterioro global

Hemos visto que los indicadores de deterioro empeoran. La superficie forestal del planeta disminuye velozmente, el aire puro, el agua limpia o la tierra sin contaminar empiezan a ser bienes escasos. Disminuye la seguridad alimentaria a causa del control de las semillas, los fertilizantes y los monocultivos por parte de las grandes empresas multinacionales. Aumenta la posibilidad de contraer las enfermedades que acompañan al “progreso” (cáncer, estrés, soledad, alergia...)

Estamos rodeados de miles de productos químicos que, sin las más mínimas aplicaciones del principio de cautela, empaquetan los alimentos o directamente entran en su composición, forman parte de la decoración de las casas, de los materiales de construcción, de los medicamentos, cosméticos, juguetes, biberones, etc. Se pierde la biodiversidad, las reservas pesqueras se encuentran bajo mínimos, las especies se extinguen a un ritmo que nunca se había conocido. Disminuyen el número de lenguas habladas en el mundo y la diversidad cultural.. .

Si las personas confían en su propia mirada, pueden comprobar como, probablemente, el paisaje que recuerdan de la infancia: un prado, un bosque frondoso o la playa limpia y tranquila ha sufrido una gran transformación y apenas reconocen el lugar. En muchos casos, el paisaje de nuestros recuerdos habrá sido sustituido por un bosque de grúas que levantan y cementan el territorio a velocidades increíbles, enormes máquinas que muerden el terreno y le arrancan trozos aplanando, tunelando, desterronando y trasladando materiales de unos lugares a otros.

Sin embargo, las tecnologías de la representación de la realidad, a través de los medios de comunicación, no muestran la destrucción. En las pantallas, el medio ambiente parece una preocupación constante. Sin embargo, los problemas ambientales aparecen desconectados unos de otros, y la realidad es un mosaico fragmentado en el que resulta complicado distinguir entre causas y efectos de la crisis.

Los ritmos acelerados de vida y la televisión como elemento básico de entretenimiento durante los momentos de ocio retiran a las personas del territorio e impiden la interacción entre ellas durante el tiempo no regulado (CEMBRANOS F, 2003). Las industrias culturales desarrollan una cuidada estrategia que captura el tiempo de la gente y lo ocupa con contenidos diseñados por grandes conglomerados de poder cuyo principal fin es que la maquinaria del consumo siga funcionando.

La sustitución de la información cercana, procedente de la propia observación y de la interacción con otros, por los materiales diseñados por la industria cultural, permite asentar en las cabezas de las personas una única manera de comprender la realidad y, por tanto, influir en el modo en que la gente actúa en el mundo.

La imposición de las categorías mentales a través de las cuales se entiende la realidad, no es sólo función de los medios de comunicación. Tal y como se desprende del estudio sobre el curriculum oculto antiecológico en los libros de texto de la educación formal realizado por Ecologistas en Acción (EL ECOLOGISTA, 2005), los materiales didácticos utilizados en colegios e institutos también ocultan o distorsionan aspectos muy básicos para entender el deterioro ambiental, sus causas y sus consecuencias, legitimando, de este modo el sistema económico y social que provoca la destrucción de los espacios naturales y sociales.

Por tanto, medios de comunicación, instituciones, empresas o entidades educativas, ofrecen una lente de colores para mirar la vida. Impiden el cuestionamiento de unas categorías que muestran la incompatibilidad esencial que existe entre el capitalismo, impuesto por las sociedades occidentales, y la conservación de los ecosistemas y los ciclos naturales.

Resulta por tanto fundamental realizar una revisión de los esquemas mentales engañosos a través de los cuales nos socializamos y comprendemos el mundo. No disponemos de espacio para realizar un análisis exhaustivo, pero revisaremos muy someramente algunos de los asuntos que consideramos centrales:

· Ocultación de la existencia de límites al desarrollo

El planeta Tierra es un sistema cerrado. Eso significa que la única aportación externa es la energía del sol (y algún material proporcionado por los meteoritos, tan escaso, que se puede considerar despreciable) Es decir, los materiales que componen el planeta son finitos, y lo que se renueva, por ejemplo, el agua o el oxígeno que respiramos, es responsabilidad de los trabajos que la Naturaleza hace de modo gratuito.

Como hemos visto, se sabe desde hace tiempo que la superación de los límites del planeta, en el uso de recursos y en la capacidad de descomponer residuos, es la causa de la crisis ambiental. Sin embargo, el sistema económico impuesto por los países industrializados se basa precisamente en el crecimiento ilimitado.

Este crecimiento se basa en la creciente extracción, transformación y comercialización de productos. Por ello, es obvio que interesa alejar lo más posible de las personas y los grupos la idea de límite, inculcando la fe en el crecimiento económico y en el dogma tecnológico como solución a todos los problemas que puedan surgir.

El sistema, por tanto, presentará todas aquellas alternativas que contribuya a alejar de las cabezas de las personas la idea de la reducción del consumo, llegando incluso a instrumentalizar a su favor alternativas válidas. Un caso paradigmático es el del reciclaje, manipulado hasta ser convertido en la alternativa políticamente correcta para seguir consumiendo sin mala conciencia, en detrimento de la reducción en el consumo o la reutilización. Sin embargo, podemos constatar cómo el incremento del reciclado del papel, no ha supuesto una disminución en el consumo global de papel no reciclado, sino que ambos tipos de papel se consumen en mayor medida. Lo que sí ha aumentado es la actividad económica de las empresas y asociaciones que viven de reciclar, que en el caso de España, se declaran deficitarias en papel usado y por ello importan “su materia prima” desde Estados Unidos o Francia.

En España también, son las propias empresas recicladoras las que han obstaculizado la implantación de un modelo de recuperación y rellenado de envases de vidrio similar al consolidado en gran parte de Europa y que ya existía en España hace 30 años, cuando se devolvían “los cascos” de las botellas en la tienda en la que se habían adquirido.

Los productos reciclados se presentan en muchas ocasiones como aquello que se puede consumir tranquilamente porque mágicamente se vuelve a convertir en recursos. Cumplen tristemente el papel de esconder la existencia de límites en los flujos de materiales y energía.

El caso del reciclaje es sólo un ejemplo. La publicidad está llena de mensajes que alientan y animan al crecimiento en el consumo, alejando la idea de límite y llegando a plantear sin rubor que gracias a consumir lo que se anuncia le hacemos un favor al medio ambiente.

· Confusión entre extracción, producción y transformación.

La única producción real que se da en el planeta es la que realiza la fotosíntesis a partir de la energía del sol, del agua y de los minerales. Sus productores son los seres vivos autótrofos, o sea, los que son capaces de fabricar su propio alimento. Esta producción es la producción primaria, responsable que crear la biomasa.

Nuestro sistema económico confunde lo que es producción con lo que es extracción. Esta segunda operación no supone la síntesis de nada nuevo, sino que simplemente arranca de la tierra, materiales que no se pueden renovar, ya que como comentábamos el planeta es un sistema cerrado, que no recibe otra cosa que no sea la luz del sol.

Al contrario de los procesos de producción primaria, la extracción es una operación claramente ineficaz. Por ejemplo, los movimientos de materiales necesarios para fabricar un anillo de oro de 10 gramos, suman 3,5 toneladas, sólo en la fase de trabajo minero.

La confusión entre producción y transformación también es central, ya que crea la sensación en las personas de que todo se puede fabricar infinitamente, enmascarando la finitud que los flujos físicos y materiales imponen al sistema tecnoindustrial.

Tal y como demuestran numerosos estudios (NAREDO, 1999; CARPINTERO ,2005), la intervención humana sobre la corteza terrestre orientada a la obtención de rocas y minerales supera en importancia a la de cualquier otro agente geológico y es creciente. Según demuestran estos trabajos, el metabolismo de la economía requiere unos movimientos anuales de tierras, ligados a las actividades extractivas humanas, que multiplican por cinco las toneladas de sedimento que arrastran anualmente todos los ríos del mundo.

La tecnología hizo posible que la especie humana utilizara una cantidad de energía muy superior a la que incorpora en forma de alimentos. Es precisamente ese uso de la energía externa el que ha permitido forzar la recolección de productos derivados de la fotosíntesis a través de la agricultura, la pesca y la explotación forestal. Esta aceleración provoca el deterioro de los equilibrios naturales que posibilitan el proceso de la fotosíntesis.

La sostenibilidad de la agricultura tradicional se basa en la armonía espacial y temporal entre las extracciones y las posibilidades de recuperación de los ecosistemas locales. La agricultura moderna fuerza las extracciones a partir del riego y los abonos de síntesis química provocando un desajuste entre la producción y la conservación de los recursos naturales en los territorios, que conduce a un progresivo deterioro, pérdida de fertilidad, de diversidad biológica, descenso de los niveles freáticos, contaminación o eutrofización de las aguas, etc.

Así, después de haber distorsionado el concepto de producción y convertirlo en sinónimo de extracción, la civilización industrial, además, transforma en no renovables las verdaderas producciones primarias de la agricultura, las pesquerías y los bosques al romper los ciclos de ecosistemas naturales y deteriorarse el conjunto de minerales y de recursos bióticos.

· La falacia de la desmaterialización de la economía

A finales de los años 80, en pleno debate sobre las bases materiales de la economía mundial, irrumpió la idea de que gracias a los cambios en el consumo final de bienes y servicios, a un progreso tecnológico que aumenta la eficiencia en el uso de los recursos reduciendo la generación de residuos y a la sustitución de las materias primas por otras más eficaces, era posible presagiar una progresiva independencia del crecimiento económico respecto al consumo de energía y recursos naturales. Este proceso, que desligaba crecimiento y límites, fue denominado desmaterialización de la economía (CARPINTERO, 2005).

Esta idea se veía reforzada con la aparición de las nuevas tecnologías de la comunicación, de las que se decía que teóricamente posibilitaban un crecimiento económico ilimitado con gasto escaso de energía y materiales.

Lamentablemente, la realidad no ha acompañado estos augurios optimistas y los costes ambientales de los nuevos procesos de fabricación, así como el aumento de consumo global (efecto rebote) muestran que la necesidad de considerar los límites es cada vez más angustiosa.

Algunos ejemplos los tenemos en la tecnología del automóvil, que a pesar de haber conseguido motores más eficientes en el gasto de combustible, ha multiplicado el mismo al venderse muchos más coches y ser de mayor peso. Otro ejemplo es el del gasto del papel, que hipotéticamente iba a disminuir con la aparición del ordenador, ya que la posibilidad de almacenar información electrónicamente permitía la creación de la “oficina sin papeles”. Pues bien, entre 1960 y 1997 el consumo de papel en los Estados Unidos se ha multiplicado por 5. Pero, es que además, según el análisis realizado por Plätzer y Göstching, la lectura de un periódico on line utiliza diez veces más energía de origen fósil y genera dos veces más residuos, que un periódico de papel. (CARPINTERO, 2005).

Los esfuerzos tecnológicos para mejorar la eficiencia en el uso de recursos naturales y en la reducción de la contaminación pueden ser muy valiosos, sin embargo, no han demostrado servir para minimizar el deterioro ecológico, ya que conllevan enormes costes ambientales respecto a los productos a los que sustituyen y generan, en muchos casos, un efecto rebote que transforma la eficiencia y ahorro en un consumo a mayor escala de los productos fabricados.

· Contabilizar la destrucción como riqueza y bienestar

El modelo capitalista se basa en un paradigma analítico reduccionista que contabiliza los efectos derivados de la extracción de recursos, la transformación e, incluso, la misma destrucción, como crecimiento y desarrollo. Un ejemplo claro lo tenemos al observar que la catástrofe del Prestige, o la guerra de Irak, hicieron subir el Producto Interior Bruto de algunos países o los indicadores de los mercados bursátiles. En efecto, la contratación de barcos de limpieza, la compra de mascarillas o la venta de armas, produce intercambios monetarios que son contabilizados para calcular indicadores básicos, como por ejemplo el PIB.

Sin embargo, la paz, el aire limpio, los trabajos asociados a los cuidados de las personas mayores y de los niños y niñas que desempeñan las mujeres, el callado trabajo de la fotosíntesis que realizan las plantas o los servicios del regulación del clima que realiza la Naturaleza, siendo imprescindibles para el mantenimiento la vida, son gratis y no cuentan en ningún balance de resultados de nuestro modelo económico.

Por ello, cuando se anuncia que la economía de un país mejora porque aumenta su PIB, podemos encontrarnos con que se dispone de menos tiempo para las relaciones personales, aumenta la violencia, o se respira aire contaminado. Eso sí, los flujos monetarios habrán aumentado y alguien se habrá beneficiado de ello.

· Las culturas sostenibles son presentadas como atrasadas e ineficaces

La economía de subsistencia es percibida culturalmente como atrasada y pobre. Aunque casi todas las personas en las sociedades ricas aspirar a jubilarse y vivir en un lugar más pequeño, de forma más sencilla, la propaganda del sistema presenta la autosuficiencia y la ausencia de tecnología occidental como una desgracia que la ayuda humanitaria tiene que remediar.

De acuerdo con lo que plantea VANDANA SHIVA (2005), el modelo de desarrollo basado en la economía de mercado, considera que las personas son pobres si comen cereales producidos localmente por las mujeres, en lugar de comida basura procesada, transformada y distribuida por las multinacionales del agrobusiness. Se considera pobreza a vivir en casas fabricadas por uno mismo con materiales ecológicos como el bambú y el barro, en lugar de hacerlo en casas de cemento y PVC. Es propio también de pobres llevar ropa hecha a mano a partir de fibras naturales en lugar de sintéticas.

Pero es que además, no es cierto que en las sociedades occidentales cada vez se viva mejor y seamos más ricos. Hemos aumentado la pobreza ambiental y social. Vivimos en un entorno más contaminado, respiramos un aire más sucio, comemos alimentos regados con aguas contaminadas, abonados con productos químicos, producidos por animales enfermos y torturados, no tenemos tiempo para dedicar a las personas que queremos, trabajamos en cosas que no nos gustan, viajamos cada día mucho tiempo para llegar a nuestro trabajo, nos vemos obligados a pagar hasta para que los niños jueguen y la mayor parte de la población vive endeudada con los bancos

· Estamos a salvo de la destrucción gracias a más tecnología

La sociedad occidental predica constantemente el modelo tecnocientífico y plantea que la tecnología y la investigación nos va a librar de los problemas que, en muchos casos, ellas mismas han causado. El paradigma científico mecanicista en el que se basa la industria no considera la complejidad de los sistemas vivos ni la compleja red de interralaciones que se dan en los ecosistemas. Basta leer el Informe sobre los Efectos del Cambio Climático en España publicado por el Ministerio de Medio Ambiente para advertir cómo los científicos confiesan no tener ni idea de cómo pueden evolucionar los ecosistemas en situación de catástrofe.

El modo en el que ha calado en la sociedad la confianza tecnológica puede observarse hasta en las situaciones más simples. Un ejemplo puede ser la indignación que provoca la ralentización o incluso detención del tráfico cuando nieva copiosamente, o las inundaciones cuando las trombas de agua anegan los sistemas de alcantarillado. Las personas tildan estas situaciones “tercermundistas” y creen que se ha producido porque no se han realizado las obras suficientes o la tecnología aplicada en las infraestructuras involucradas no es la más novedosa o adecuada.

La fe ciega en el modelo tecnocientífico es una de las mayores causas de que las personas no perciban la situación crítica en la que se encuentra la humanidad ante el deterioro global.

· El maquillaje verde de la sociedad

El apellido sostenible se aplica a cualquier acción y en cualquier contexto. No hay discurso político o informe de junta de accionistas de una multinacional que no se arrogue el calificativo de sostenible. Lo verde está de moda y los mercados ambientales comienzan a ser tan lucrativos como otros sectores clásicos como el farmacéutico o el militar.

Se trata de tranquilizar a la población con políticas de imagen verde, en las que todo tiende a calificarse de “ecológico” y “sostenible”, ocultando o minimizando el deterioro causado, sin variar los criterios económicos, ni las pautas de comportamiento que lo originan. El discurso atomizado de lo sostenible termina por desviar la atención hacia los síntomas inconexos de la crisis ambiental, ocultando las causas.

Por ejemplo, se habla mucho del problema del cambio climático, la contaminación o la pérdida de biodiversidad, pero se pasa de puntillas por asuntos como el creciente uso de materiales y energía o los bajos precios de las materias primas (muchas de ellas gratis a través del expolio). Se ignora que la generación de residuos o la destrucción del territorio y de las formas en que las sociedades se han adaptado a vivir en él, están provocadas por la extracción, la transformación y la distribución de esas materias primas.

Las empresas invierten grandes cantidades de dinero en lavar su imagen. La publicidad y los programas de responsabilidad social corporativa son las herramientas más usadas. Son paradigmáticas las campañas “verdes” de empresas como Repsol o Endesa, mientras en medio mundo se organizan tribunales populares para denunciar los atropellos sociales y ecológicos que cometen fuera de nuestras fronteras y que encuentran poco eco en los medios de comunicación y difusión.

2. Las personas no se perciben como ecodependientes

El fenómeno de progresiva migración de la población humana a nucleos urbanos provoca que una gran parte de las personas no observen ni experimenten de forma directa el contacto con la Naturaleza. Millones de personas se desenvuelven a diario rodeados de objetos y estructuras artificiales diseñados por otras personas y fabricados por máquinas.

En la ciudad, los flujos de entrada de materiales y energía son invisibles, y los residuos generados desaparecen, por arte de magia, de los contenedores de las calles. Es difícil, por tanto que las personas se perciban como seres ecodependientes. No son conscientes de que respiran, beben, comen, se mueven o sueñan gracias a los trabajos silenciosos de la Naturaleza. No son testigos de su deterioro ni tienen ocasión de reflexionar sobre los inmensos flujos de materiales y energía ni de las ingentes cantidades de residuos que genera su vida cotidiana.

La concepción antropocentrista hace que los seres humanos de las sociedades industrializadas, se sitúan como una especie que, a diferencia de las demás, puede vivir ajena a los procesos de la Naturaleza, gracias a la ciencia y la tecnología. La dependencia de la Naturaleza de las sociedades humanas permanece ignorada y ello puede explicar en parte el por qué de la desidia y resignación ante el avance hacia el colapso de los sistemas naturales.

3. No hay casi tiempo para actuar, pero la búsqueda de la sostenibilidad necesita tiempo

Los tiempos de la biosfera son lentos. La lentitud de la búsqueda de los equilibrios y sus transformaciones, chocan contra el “tiempo global” de los mercados financieros, el ciberespacio y las telecomunicaciones. Los tiempos del sistema industrial se contraponen brutal y esencialmente a los tiempos para la vida. (RIECHMANN, 2000)). No existe proporción entre la velocidad a la que se produce el deterioro en los ecosistemas y la velocidad a la que los procesos de la vida pueden adaptarse a los cambios, sobre todo, si previamente se ha desmantelado la biodiversidad, que es el sistema de protección que millones de años de evolución han diseñado.

La economía de mercado necesita velocidad, los tiempos del mercado son lineales frente a los ciclos de la Naturaleza, los tiempos del neoliberalismo son veloces frente a los ritmos del consenso y de la autoorganización social necesaria para hacerles frente.

En apenas 300 años se van a agotar las reservas de petróleo que la Naturaleza fabricó en varios cientos de miles de años, el clima se va a alterar dramáticamente a causa de las emisiones de CO2 vertidas a la atmósfera en unas decenas de años y se han destruido los modos tradicionales de vida de la mayor parte de la población mundial y con ellos, por tanto, los conocimientos que les han permitido sobrevivir en situaciones adversas.

Además, muchas de las actuaciones de la tecnociencia, proyectan el deterioro hacia futuros inimaginables. Los residuos radioactivos, por ejemplo, emitirán radiación ionizante durante decenas de miles de años y la modificación genética de las especies vivas puede influir en la reorientación de la evolución biológica.

El activismo ecologista necesita tiempo. El tiempo necesario para el contraste de pareceres, el uso público de la razón, el debate libre, la formación de consensos, la exploración de alternativas, la revisión de las decisiones, la exigencia de responsabilidades: la calidad de estos procesos es incompatible con la prisa. Las posibilidades de transformación requieren tiempo. Sin embargo, a la vez, es escaso el tiempo para reaccionar a las consecuencias de los actos de la propia especie humana. Se acaba el tiempo para poder cambiar el rumbo hacia la destrucción.

4. La sostenibilidad es impopular

Actualmente, en la cosmovisión occidental, predomina la idea de que cuanto más tenemos, mejor vivimos. En consecuencia, el bienestar también se encuentra ligado al crecimiento económico, al crecimiento en la producción de bienes y servicios y al aumento sostenido del consumo de los mismos por parte de la población. Y, para poder alcanzar este confort, la sociedad occidental basa su modelo económico en la cada vez mayor extracción, mercantilización y consumo de bienes y recursos de la Tierra a espaldas de la consideración del planeta como sistema cerrado en el que los recursos y materiales son finitos.

Sin embargo, las necesidades básicas materiales de las personas son limitadas. Una persona tal vez necesite comer tres veces al día, pero no puede comer quince o veinte veces. Pero, para que el sistema económico occidental funcione el consumo debe crecer continuamente y, para ello, es preciso despertar, también permanentemente, nuevas necesidades que deban ser satisfechas.

Como hemos visto, la causa del deterioro y la destrucción es la superación de los límites del planeta, por lo que resulta obvio que las soluciones pasan por la austeridad y la autolimitación.

La sostenibilidad pasa por superar de la asimilación entre bienestar y ausencia de esfuerzo o molestia. Las sociedades ricas huyen del esfuerzo y trabajo físico. Se utiliza el coche particular para ir al gimnasio en el que se camina por una cinta, se utiliza un exprimidor eléctrico y se paga en un centro de estética para que operen y den vigor artificial al músculo que se quedó flácido por falta de uso.

Los comportamientos sostenibles se perciben como incómodos o molestos y, además se oponen al dogma de la maximización del beneficio del sistema económico. Por ello su sustitución por modelos “calmaconciencias” que permitan seguir manteniendo el estatus y las rentas son muy bien aceptados.

5. Superar la situación de individualismo y aislamiento

La supervivencia de los ecosistemas es una estrategia colectiva de intraespecie e interespecies. El equilibrio se consigue con la interacción fuerte, tanto para adaptarse y estabilizarse como para “expulsar” a los perturbadores. Igualmente, l a sostenibilidad es una estrategia colectiva de simbiosis y autoorganización que requiere de una reconquista del territorio y de la articulación social con las personas cercanas.

La estrategia de la globalización favorece el individualismo. La democracia en los sistemas capitalistas se concibe como la suma individual de voluntades. La globalización desprecia las interacciones que requieren tiempo. Por ello, el mercado considera que la pérdida de biodiversidad se soluciona con bancos de semillas o zoológicos, que la suma de los vecinos que habitan un inmueble es una comunidad de vecinos o que una plantación es lo mismo que un bosque. Son las soluciones de un sistema que considera que el todo es la simple suma de las partes, obviando la densa y compleja red de relaciones que forman los ecosistemas.

Las democracias occidentales, consideran la sociedad como una colección de persona

s aisladas que delegan su protagonismo en un grupo de expertos certificados por el propio sistema y a través de los cuales se participa.

Sacar a las personas del aislamiento de su televisión, tejer movimientos y redes que se articulen entre sí, es otro de los retos que afronta el movimiento ecologista, al igual que el resto de los movimientos sociales.

EL CAMINO HACIA LA UTOPÍA: REFLEXIONES PARA LA SOSTENIBILIDAD

Del somero análisis de las dificultades que el movimiento ecologista tiene para avanzar en un necesario cambio de rumbo, se desprenden las líneas de exploración en la búsqueda del camino hacia la sostenibilidad.

En primer lugar resulta crucial trabajar aspectos educativos que permitan cambiar las gafas con las que vemos el mundo. En los párrafos anteriores apenas hemos perfilado algunas de las categorías a través de las cuales comprendemos la realidad. Es necesario realizar una revisión profunda que permita indagar por dónde deben caminar los procesos económicos y sociales para ser compatibles con los ciclos naturales. Esta revisión debe mostrar que la concepción de progreso que tiene la sociedad occidental, tal vez sea simplemente deterioro; que la velocidad y la lejanía no son los derechos humanos de las sociedades ricas, sino una forma de asesinar el futuro; que la individualidad o la propiedad privada no son incuestionables y que a lo largo de la historia, la naturaleza y los seres humanos, especialmente las mujeres, han desarrollado estrategias colectivas de cooperación. El cambio de gafas desvelaría la reducción de la extracción y de los residuos y la solidaridad como las necesarias fórmulas de desarrollo para alcanzar la sostenibilidad.

En segundo lugar, hay que decir que el camino hacia la sostenibilidad implica librarse de un modelo de desarrollo que lleva a la destrucción; por ello el movimiento ecologista es activo y solidario en las luchas de resistencia mundiales al modelo de progreso y bienestar que impone la globalización y que se basa en la maximización de beneficios monetarios a corto plazo, aunque sea a costa de la salud de las comunidades humanas y de los ecosistemas. Es preciso desvelar la historia de las resistencias, la resistencia de las mujeres, de los pueblos indígenas, de los movimientos sociales. Las sociedades para la sostenibilidad deben aprender a resistir, a trasgredir, a desobedecer, a construir, a tomar protagonismo en el territorio, a desarrollar presupuestos participativos, promover bancos de tiempo, cooperativas de trueque, ocio sostenible y proyectos colectivos..

En tercer lugar, después de todo lo hablado sobre los límites, no hace falta decir que la autolimitación individual y colectiva es condición imprescindible para la sostenibilidad. El uso prudente de los recursos naturales, la recuperación de los valores de la austeridad a la hora de consumir y la readopción de una cultura que valora aquello que dura y permanece son tareas pendientes de una sociedad que quiera minimizar los impactos de la crisis.

En cuarto lugar, la sostenibilidad debe orientarse como una nueva relación con el tiempo ( Riechmann 2000), reconstruyendo las sociedades, la tecnología y las industrias de modo que tengan en cuenta el largo plazo, se acomoden de manera armónica a los ciclos temporales de la biosfera y a los tiempos necesarios para la participación y el consenso. Éste es acaso el desafío mayor al que hacemos frente en nuestro tiempo, la incorporación de una cultura ecológica de la lentitud frente a la cultura capitalista de la rapidez.

Acompañando a la necesidad de autolimitación y ralentización de los tiempos para la vida, no podemos pensar en una economía ecológica sin entrar en una fase de ralentización, de desaceleración. Por ello en quinto lugar, la sostenibilidad sólo se puede dar en un contexto de decrecimiento. En la situación actual, de no hacer nada, la humanidad camina a la extinción. Las opciones son caminar hacia el desorden, la lucha violenta por los recursos escasos, la miseria y la enfermedad o protagonizar un descenso suave y voluntario que minimice los daños ya irreversibles y proporcione la posibilidad de irse adaptando a la nueva situación.

En sexto lugar, el motor que hace mover la vida es la energía del sol. Por ello, una sociedad sostenible es aquella que vive del sol.

En séptimo lugar, la sostenibilidad se basa en un modelo de cercanía, en el que el tranporte sea mínimo y los productos y recursos que se utilicen sean cercanos. Una economía basada en lo próximo hace que las comunidades sean menos vulnerables y que tengan un mayor control e independencia de las decisiones que se toman en centro de poder lejanos.

En octavo lugar, la vida funciona en ciclos y no en procesos lineales. La propia historia de los ecosistemas es un ciclo y no una línea progresiva como la que pretende explicar la historia de la humanidad. El reciclaje, entendido como lla vuelta a los ciclos naturales de los materiales, es básico para poder mantener los stocks naturales y por tanto permitir el funcionamiento de los procesos naturales.

En noveno lugar, la sostenibilidad sólo se puede alcanzar en una sociedad que incorpora y da valor a los saberes y trabajos de las mujeres. Las mujeres por haber estado muy cercanas a las condiciones materiales de subsistencia, han desarrollado trabajos y habilidades que les hacen estar más adaptadas para caminar hacia la sostenibilidad. Al igual que sucede con los trabajos de la Naturaleza, las tareas que han venido desempeñando las mujeres son invisibles en el modelo económico capitalista, ya que no se contabilizan en términos monetarios. Visibilizar y valorar las producciones de las mujeres es, por tanto, otro de los asuntos centrales para alcanzar la sostenibilidad.

En décimo lugar hay que decir que la sostenibilidad se basa en la autosuficiencia, la descentralización, la complejidad y la autoorganización. La vida, los ecosistemas, son una estrategia de autoorganización, a través de la cual se buscan los equilibrios, las sociedades humanas sostenibles no son ajenas a esta estrategia. Para alcanzar la sostenibilidad resulta ineludible superar la solución individualizada de los problemas y necesidades, por lo que sostenibilidad y salud comunitaria van de la mano. En este contexto, la inteligencia colectiva es una estrategia capaz de generar alternativas y construir un nuevo espacio de supervivencia. Los procesos de reflexión y actuación que involucran al conjunto de la sociedad proporcionan una ventana para soñar e inventar un modelo de organización social y económica que encare la crisis que ha causado vivir de espaldas a la Naturaleza y al resto de las personas.

El movimiento ecologista intenta desvelar el riesgo que el futuro depara a los hombres y mujeres, si ellos no forman parte de la solución y del descubrimiento de un rumbo diferente. El camino hacia la sostenibilidad es un viaje por hacer, una exploración para construir la democracia de todo lo viviente. Sin embargo, no se emprende este camino a ciegas, sino que ya hemos perfilado unos criterios para marcar el rumbo y, sobre todo, sabemos bien qué modelos y comportamientos nos apartan de un futuro viable.

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Fuente: Revista de Intervención Psicosocial